Entre los numerosos museos en la Casa Orduña, hogar que fue de los alcaides de la fortaleza, se puede ver cómo vivía la gente acomodada en los siglos XVII, XVIII y XIX. En el Museo de Microminiaturas, lo que se ve, con lupas muy potentes, es «La maja desnuda de Goya» pintada en el ala de una mosca, un elefante esculpido en los ojos de un mosquito, una pulga vestida de torero dando un pase y otras obras «microscópicas» del escultor murciano y azote de los insectos Manuel Ribera Girona. También hay un museo de saleros y pimenteros, con 20.000 de ellos, otro de casas de muñecas y juguetes antiguos, otro de aparatos de tortura y otro de vehículos históricos (este último fuera de las murallas).