La capital de Estonia es una encantadora ciudad medieval Patrimonio de la Humanidad a la que no le faltan ni calles y callejuelas pintorescas ni castillo, templos, palacios y una gran plaza mayor con sus cafés y restaurantes. Pero, Tallín es también una ciudad con una larga historia, una rica mezcla de culturas –rusa, alemana, escandinava- y un entorno de lagos y bosques para ser descubiertas en la reina de las repúblicas bálticas.
PLAZA DEL AYUNTAMIENTO
Centro de la ciudad durante los ocho últimos siglos, el punto de encuentro de la reina de las repúblicas bálticas es un cuadrado perfecto enmarcado por casas de colores y el edificio del Ayuntamiento que, con buen tiempo, se anima con el ambiente de las terrazas de sus cafés y restaurantes. A la torre de este edificio del siglo XV podemos subir para ver la mejor panorámica de la plaza y la ciudad.