Solo 1,5 kilómetros del río subterráneo están abiertos a los visitantes. Para llegar a él hay que hacer tres viajes: de Puerto Princesa, la capital de la isla filipina, a la pequeña ciudad de Sabang; desde esta en barco a una bahía cercana y luego, tras un corto paseo a la entrada, el recorrido que discurre por el interior de la cueva.