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VALLE DE LAS BATUECAS

Muy cerca de La Alberca, este espacio natural mágico con frondosos bosques de robles y castaños acoge entre su espesa vegetación el monasterio carmelita del Desierto de San José –fundado a finales del siglo XVI–, así como numerosos miradores que invitan a disfrutar del paisaje. Lope de Vega se refirió a este paraje como «perpetuo lugar de felicidad» y razón no le faltaba.

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GUIJUELO

 Se la conoce como la capital del jamón ibérico, el gran tesoro gastronómico de la provincia. Es en las dehesas salmantinas donde se crían con gusto los mejores cerdos y es aquí donde hay que venir para darse un homenaje gourmet con sus productos con denominación de origen. Uno no se puede ir de estas tierras sin visitar también el Museo de la Industria Chacinera, un espacio que ilustra la elaboración artesanal de chacina a través de proyecciones, juegos interactivos y exposiciones.

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LA ALBERCA

La Alberca es más que un pueblo bonito. Esta tranquila villa salmantina fue la primera de España en ser declarada conjunto histórico. Es su arquitectura serrana, una de las mejor conservadas del país, con sus soportales, sus fuentes de piedra y sus fachadas con entramados de madera y dinteles lo que más destaca, pero no lo único. Pasear por sus calles empedradas para descubrir la iglesia de San Antón, detenerse en una de las muchas tiendas de jamones del pueblo o visitar el Museo del Traje Típico albercano son algunos de los imprescindibles en una ruta por este rincón de la Sierra de Francia.

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CIUDAD RODRIGO

Estrella de las ciudades-fortaleza, Ciudad Rodrigo es una parada imprescindible en la provincia de Salamanca. Su recinto defensivo, que data de época medieval y que tuvo un destacado papel a lo largo de la historia, es, junto con la catedral de Santa María, su patrimonio monumental más destacado. Visitar sus palacios e iglesias y recorrer sus intricadas calles sirve para formarse una imagen completa del que es uno de los principales conjuntos históricos salmantino.

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LOS ARRIBES DEL DUERO DESDE SUS MIRADORES

Desde el balcón del Fraile (en la imagen) uno puede asomarse al que es uno de los paisajes más sobrecogedores de la península, Las Arribes, una inmensa grieta en la tierra cuyas paredes encañonan al Duero en la frontera con Portugal. En total hay hasta una docena de miradores desde los que obtener la mejor panorámica de los cortados y farallones de granito que el río ha ido tallando durante siglos. En cada uno de ellos encontrarás un panel informativo con historias, curiosidades del entorno y el paisaje detallado que se divisa.

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PLAZA MAYOR DE SALAMANCA

Diseñada por el arquitecto barroco Churriguera en el siglo XVIII, la plaza mayor de Salamanca es una de las más emblemáticas de España. En su cuadrilátero casi perfecto destaca el Ayuntamiento y sus 88 arcos de medio punto, bajo los que se instalan multitud de terrazas donde toman asiento estudiantes, locales y turistas.

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POZO DE LOS HUMOS

Situado en el Parque Natural de Arribes del Duero, el Pozo de los Humos es una impresionante cascada que salta por un cortado rocoso de más de 50 metros. Para llegar a esta maravilla de la naturaleza, que es visible desde los miradores de Pereña y Masueco, se puede hacer a través de dos rutas de senderismo cortas y sencillas: desde el pueblo de Masueco (3 kilómetros ida y vuelta) o desde Pereña de la Ribera (4 kilómetros), que permite una visión más completa del salto.

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CANDELARIO

Pasear por las empinadas calles de este pueblo serrano es retroceder en el tiempo. Situado en la ladera del mismo nombre, Candelario tiene una estética especial, con sus calles recorridas por regueras y un aire tan limpio y curativo que, ha beneficiado desde hace siglos a la actividad chacinera, de ahí que las casas cuenten con grandes balconadas empleadas como secaderos.

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CASA LIS

Porcelanas, muñecas, joyas y otras artes decorativas de finales del siglo XIX y comienzos del XX llenan las salas de este singular museo salmantino de art nouveau y art decó, donde sentarse relajadamente a tomar un café en su modernista galería acristalada y pasarse un buen rato entretenidos en su tienda, en la que encontrarás reproducciones de obras de su colección, muchos de ellos con la libélula y las mariposas como motivo decorativo, pero también hadas o ninfas de caballeras ondulantes, tan característicos del modernismo.

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