Con una historia de más de 5.000 años y una cultura ultramoderna, se ha convertido en uno de los destinos turísticos de moda en el mundo. Posee 14 lugares Patrimonio Mundial de la Unesco, ciudades modernas, una cultura gastronómica única, naturaleza para disfrutar en todas las estaciones y una cultura pop cada vez más famosa. En la Feria Internacional del Turismo que arranca hoy se va a hablar mucho de él.
ISLA DE JEJU
El monte Halla, un volcán extinto de 1950 m de altura, domina esta isla volcánica, la más grande del país, situada en el estrecho de Corea. Se formó hace cientos de millones de años como consecuencia de erupciones volcánicas y se compone fundamentalmente de basalto y de lava. En su entorno, un montón de rutas de senderismo, como la que lleva a la cima del pico más alto de Corea, o sus cascadas o al Seonsang Ilchul-bong.
EL JARDÍN SECRETO DEL PALACIO CHANGDEOK
Quizá porque sea el que mejor representa la cultura coreana, por su belleza arquitectónica y también natural, el palacio Changdeokgung de Seúl forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. La Puerta Donhwamun, la entrada más antigua de todos los palacios reales del país, da acceso a esta joya arquitectónica de la dinastía Joseon, que da para entretenerse un largo rato en sus dependencias reales y también en su jardín posterior, que ocupa más de la mitad del palacio y en el que se van descubriendo los estanques, pabellones y puentes de piedra por los que se paseaba la realeza en otro tiempo.
ANDONG HAHOE
Entre los pueblos de Corea el de Andong Hahoe, con sus casas nobles de estilo tradicional, es uno de los mejor conservados. Su nombre significa «pueblo envuelto de agua», y es que el río Nakdong rodea a esta aldea. Sus casas nobles de estilo tradicional con techos de paja o teja permiten viajar en el tiempo e imaginar cómo era la vida en este país hace más de 600 años. Hahoe es famosa también por sus máscaras y sus danzas locales.
EN TELEFÉRICO POR EL MONTE SEORAK
Hay que alejarse del ajetreo de Seúl para apreciar la belleza del monte Seorak de un vistazo y lo mejor es subirse al teleférico que recorre el parque nacional al que da nombre. Desde sus alturas se observan sus maravillas en forma de montañas, cascadas, bosques, valles y vistas al mar. La fortaleza Gwongeumseong, el templo Sinheungsa y, en otoño, la ruta de Yangpok son algunas de las visitas ineludibles.
MERCADO DE GWANGJANG
Entre los muchos mercados con los que cuenta Seúl, uno de los más famosos es el mercado de Gwangjang, ubicado en el corazón del centro tradicional. Un paraíso culinario para los foodies, abierto en 1905, en el que entretenerse en sus puestos de comida probando platillos tradicionales coreanos como mandu (bolitas de masa cocidas al vapor), hoe (pescado crudo) o los clásicos bindaetteok, una especie de panquenque de frijol.
LA TORRE BUSAN
A 118 metros elevada sobre el suelo, esta torre es todo un símbolo de Bután, la segunda ciudad en importancia de Corea y la mayor portuaria del país. Emplazada en el parque Yongdusen, no hay mirador más privilegiado que este que se asemeja al de la pagoda Dabotap del templo Bulguksa, Gyeongju.
TEMPLO DE BULGUKSA
Gyeongju es conocida como la capital cultural del país y entre sus lugares imprescindibles está este famoso templo que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Un complejo religioso del año 528 que no solo es uno de los más grandes del país, también es un cofre lleno de tesoros, con patios y pabellones enlazados mediante pasarelas y exquisitamente decorados, además de pagodas y estatuas de buda que son toda una obra maestra del apogeo del budismo en el reino de Silla.
EL MONTE SONGNISAN
Macizos de granito, valles rocosos, cerezos en flor en primavera y bosques llenos de color en otoño. Los paisajes montañosos del Parque Nacional del monte Songnisan son espectaculares, pero es que además en este entorno hay templos budistas esparcidos por su superficie, entre la que sobresale el de Beopjusa, levantado hace casi 1500 años y con la estatua de buda más alta de Corea.