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Parece que este año el otoño se está resistiendo a llegar, aunque el Observatorio Astronómico marcó su comienzo el pasado 23 de septiembre, lo cierto es que las temperaturas que nos han acompañado han sido más propias del verano que de la nueva estación. Pero este veroño alargado parece que tiene los días contados y que las esperadas lluvias comienzan a llegar.

Para ir planificando próximas escapadas, toma nota de estos bosques que en pocos días vestirán sus mejores galas. Rojos, anaranjados, ocres, marrones…, los paisajes se tiñen y ofrecen estampas de gran belleza. Podemos pasear, recorrerlos en bici, recoger setas…, es decir, disfrutar de ellos como sea estos días, es un tiempo efímero y no hay que dejarlo pasar.

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PARQUE NATURAL DE SOMIEDO (ASTURIAS)

Pura naturaleza la de este espacio natural asturiano, un rincón único en la cordillera Cantábrica formado por una encrucijada de valles con picos de enorme altura, tapizado de pastos y salpicado de lagos glaciares y cientos de senderos por recorrer. Protegido como Reserva de la Biosfera, los cuatro valles principales que lo forman -Saliencia, Somiedo, Pigüeña y Valle) se tiñen en el otoño por las hojas de hayas, robles y abedules que se encuentran por todas partes. Las llamadas cabañas de teito son su estampa más reconocible, casas rústicas utilizadas para resguardar el ganado. En su interior, 12 rutas señalizadas (parquenaturalsomiedo.es) van recorriendo sus paisajes más bellos.

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VALLE DEL GENAL (MÁLAGA)

El interior de la provincia de Málaga hay un espacio que durante el otoño luce más que ningún otro. Es el valle del Genal, que durante esta época sus frondosos bosques de castaños crean estampas únicas llenando de colores las laderas de las montañas en contraste con los pueblos blancos que cuelgan de ellas. De octubre a diciembre son los mejores meses para visitar este valle en una escapada rural de fin de semana en la que disfrutar también de la gastronomía en torno a la castaña. En el mes de noviembre, en Pujerra se celebra su conocida Fiesta de la castaña con este fruto como protagonista en sus mesas.

 

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HAYEDO DE MONTEJO (MADRID)

Al norte de la provincia de Madrid se encuentra uno de los bosques más fotografiados en otoño: el Hayedo de Montejo. Por su interior discurre un recorrido perfecto para hacer en familia, la llamada Senda del Río, un camino que sigue paralelo al curso del río Jarama y va descubriendo sus diferentes bosques: melojos, matorrales, álamos y, por supuesto, hayas.

Disfruta de un día alejado del bullicio de la ciudad con esta excursión al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

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MONTSENY (BARCELONA)

Para apasionados de los paseos por la naturaleza y cazadores de boletus, a un paso de Barcelona está el parque natural del Montseny, un reino de agua que muestra en otoño una variada paleta de colores y un sinfín de caminatas. Entre las recomendables, la que parte de Sant Celoni al valle de Santa Fe y más allá al nacimiento del río Tordera; también a la falda del Turó de l’Home –la cima más alta del macizo–, al salto de Gualba o a la fuente de Pasavets.

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SIERRA DE URBIÓN (SORIA)

La Laguna Negra es el paraje natural con más fama de la Sierra de Urbión, aunque su nombre no le haga justicia, porque ni sus aguas son negras, sino de un profundo azul oscuro, ni está comunicada con el mar ni esconde monstruos en sus profundidades. Descubrirla en otoño tiene aún más magia, cuando se cubre con un gorro de niebla y los frondosos bosques de hayas, álamos y chopos que la envuelven se pintan de colores.

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CASTAÑAR DE EL TIEMBLO (ÁVILA)

Un clásico entre los bosques de otoño. Y tiene su explicación, ya que no solo es uno de los castañares más hermosos de la península, también es el más extenso del Sistema Central y además alberga algunos de los ejemplares más longevos, que alcanzan los 800 y 1000 años de antigüedad. Un sencillo paseo senderista señalizado de 4,5 kilómetros recorre sus rincones más interesantes.

 

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MUNIELLOS (ASTURIAS)

El mejor bosque peninsular de roble albar es denso, fresco, rezuma humedad en sus mullidos suelos de hojarasca y entre los musgos y líquenes que tapizan sus troncos. Parece un bosque de cuento. Pero es que, además, en medio del otoño se incendia de color. Primero son las hayas, después las hojas de abedules y seguidamente, los robles los que ponen la nota de color a este espacio que en esta temporada resulta único.

 

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SIERRA DE CEBOLLERA (LA RIOJA)

Los hayedos son los bosques caducifolios más representativos del Parque Natural de la Sierra de Cebollera y caminar entre estos umbríos ejemplares en otoño, el pasatiempo perfecto. El mejor escenario, en el rincón más escondido de la comarca riojana de Cameros, la ruta de senderismo que lleva a las singulares cascadas de Puente Ra.

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TEJERA NEGRA (GUADALAJARA)

Es el bosque de hayas, pero también los robles melojos, los tejos, acebos y abdules, el musgo de sus suelos y sus silencios los que embellecen el hayedo más al sur de Europa, conservado gracias su excepcional microclima y que forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. Dos rutas circulares, la senda de Carretas y la del Robledal, permiten recorrerlo a pie. Su acceso, desde la localidad de Cantalojas.

 

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PARQUE NATURAL DE REDES (ASTURIAS)

Tres cuartas partes de este espacio protegido asturiano en la cordillera cantábrica, atravesado por el río Nalón, lo copan las hayas, que, junto a otros bosques de robles, fresnos, carbayos, arces, abedules y praderas sirven de hábitat a múltiples especies y son un paraíso natural en otoño. En el Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes de Campo de Caso informan sobre las diferentes rutas y ofrecen itinerarios guiados, como las que llevan al desfiladero de los Arrudos, a la cascada del Tabayón o la del Alba, la más conocida.

 

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SELVA DE IRATI (NAVARRA)

La Selva de Irati es uno de los bosques de hayedos y abetos más extensos y mejor conservados de Europa. En total, 17.000 hectáreas en estado casi virgen, lo que lo convierten en un tesoro natural de gran valor ecológico. Una red de senderos de diferentes niveles permiten descubrir este rincón navarro en el que conviven zorros, jabalís o ciervos.

 

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SIERRA DE O COUREL (GALICIA)

Entre Lugo y Ourense, lindando con León, la sierra de O Courel es una joya natural de Galicia por su extraordinaria biodiversidad. Entre picos de más de 1.500 metros de altura y atravesada por el río Lor se enconden profundos valles que guardan una riqueza excepcional, con profundos bosques, incontables arroyos y una tradición íntimamente relacionada con su aislamiento. Folgoso do Caurel es el centro neurálgico de esta sierra y la devesa de A Rogueira, una joya de reserva botánica.

 

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SIERRA DE URBASA (NAVARRA)

El más espectacular de los parajes de la sierra de Urbasa es el nacedero del Urederra, declarado Reserva de la Biosfera de la Unesco. El azul turquesa de sus aguas y la espesa vegetación que rodea esta salida natural del acuífero formado por el macizo kárstico de Urbasa es de una belleza rotunda. A través de una ruta senderista, que sale del área de acogida de Baquedano, se puede descubrir este entorno llegando hasta una catarata de 30 metros de altura.

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VALLE DE AMBROZ (CÁCERES)

En Segura de Toro están los impresionantes castaños del Temblar. Son, junto al castaño del Corbiche o la Marotera –en el paraje de Berruecos de Casas del Monte– algunos de los singulares que se pueden contemplar en los extensos bosques del cacereño valle de Ambroz y que en otoño se visten de colores. Durante los meses de otoño, en el valle se organizan bajo el lema Otoño mágico (visitaambroz.com) todo tipo de propuestas culturales y lúdicas para celebrar la estación, como rutas senderistas, raids, carreras por la montaña, talleres de astronomía, música, actividades infantiles…

 

Explora la naturaleza extremeña con este tour por el valle del Ambroz.

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