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CASTILLO DE LOARRE

La fortaleza románica mejor conservada de toda Europa se alza a cinco kilómetros del pueblo de Loarre, sobre un peñasco que domina toda la hoya de Huesca y que en aquellos tiempos era la frontera entre cristianos pirenaicos y musulmanes oscenses. Su capilla real es la joya del castillo, una magistral obra del románico aragonés. Siempre fue un lugar muy visitado, pero desde que Ridley Scott rodó aquí El reino de los cielos nadie quiere perdérselo.

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CASTILLO DE OLITE 

Concebido como palacio real para los Reyes de Navarra, vivió su máximo esplendor en el siglo XV bajo el reinado de Carlos III El Noble. Pasear por sus diferentes salas hace volar la imaginación hasta aquellos momentos, donde la fastuosidad y el lujo copaban cada estancia. Tan hermoso por fuera como por dentro, la galería del Rey o de la Reina merecen una visita.

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CASTILLO DE COCA

No en un alto, como la mayoría de los castillos españoles, el segoviano de Coca se ubica desde el siglo XV en uno de los meandros del río Voltoya y es uno de los mejores exponentes del estilo gótico-mudéjar. Sorprende cada uno de sus rincones, pero especialmente el patio de armas y el mirador, desde el que se disfruta de unas imponentes vistas de Coca y de la tierra de pinares que la rodea.

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CASTILLO DE LA MOTA

En Medina del Campo, Valladolid, el que fuera uno de los castillos preferidos de los Reyes Católicos impone ya desde lejos por su perfil dominador. De cerca lo que asombran son sus proporciones, su torre del homenaje y el foso defensivo. Una vez en su interior, en lo que hay que entretenerse en las galerías de tiro, la sala de Juan de la Cosa, la capilla de Santa María del Castillo, el peinador de la reina y en las vistas que regala el mirador del Caballero.

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CASTILLO DE PÚBOL

El pueblo de La Pera, en el interior de la Costa Brava, es diminuto y encantador, pero toda la atención la acapara el castillo de Púbol, uno de los vértices del Triángulo Daliniano. Fue el refugio que Dalí regaló a su amada Gala para su refugio y descanso y el lugar donde hoy reposan los restos de esta. La visita al edificio, del siglo XI y que respira romanticismo por los cuatro costados, descubre el universo de esta pareja singular: las estancias privadas de la musa, la colección de trajes de alta costura que se guarda en el desván o las grandes esculturas de elefantes que decoran el jardín, de gusto afrancesado.

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CASTILLO DE SOUTOMAIOR

La que es una de las fortalezas gallegas mejor conservadas de Pontevedra y de Galicia lo tiene todo: una soberbia arquitectura en la que se mezclan con armonía elementos militares y palaciegos, una privilegiada ubicación, en el boscoso valle del Oitavén, pero, sobre todo, una intensa historia tras sus muros. Su interior se ha musealizado y la visita incluye el recorrido por sus nueve salas temáticas, su estanque y un inmenso jardín de 25 hectáreas donde crecen 22 especies de camelias diferentes. Cuenta con una variada agenda de actividades. 

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CASTILLO DE BELMONTE

En un cerro, con vistas sobre la población conquense, y unido a ella mediante una larga muralla el Marqués de Villena hizo levantar un castillo a capricho, con unos interiores palaciegos decorados con espléndidos artesonados mudéjares y filigranas escultóricas. Escenario de rodaje de películas, la más famosa, El Cid, con Charlton Heston y Sofía Loren, hoy es propiedad de la familia Fitz-James Stuart.

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CASTILLO DE PONFERRADA

Ponferrada fue y es una localidad importante de León, estando como estaba en la encrucijada de calzadas romanas y estratégico hito jacobeo que acabó en manos de los aguerridos caballeros de la orden del Temple. Fueron estos misteriosos templarios, mitad monjes y mitad solados, los que eligieron la colina sobre la que se asienta para erigir una imponente y sólida fortaleza rodeada de un profundo foso y con numerosas torres circulares desde las que hoy se domina una buena panorámica de este antiguo emporio minero presidido por la iglesia de Nuestra Señora de la Encina y la famosa torre del Reloj. 

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FORTALEZA DE MOLINA DE ARAGÓN

Como capital del Señorío, el de Molina de Aragón, en Guadalajara, es el más grande e imponente de los castillos de esta tierra de frontera entre los reinos de Castilla y Aragón. Antaño, desde aquí se vigilaban los caminos, hoy se disfruta de la vista del vasto recinto amurallado que se eleva por encima de los tejados de la villa. Lleva un tiempo trepar por la alcazaba medieval, recostada en la ladera, y otro rato largo, recorrer después sus tres recintos fortificados, sus numerosas torres, caminar por el paseo de ronda y subir hasta la torre de Aragón, que acoge un centro de interpretación.

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BAÑOS DE LA ENCINA 

El imponente castillo jiennense de Burgalimar, el segundo más antiguo de Europa, es un ejemplo de libro de fortaleza musulmana española. Su aspecto actual, sin embargo, es muy diferente del que tuvo en el siglo X, cuando se construyó sobre un pequeño cerro, ya que entonces estaba completamente cubierto de cal, y adornado por innumerables motivos vegetales y geométricos. La tradición dice que entre sus muros nació el rey cristiano Fernando III El Santo. Presidiendo un amplio territorio de olivares en el alto Guadalquivir, entre los cerros de Sierra Morena y el embalse de Rumblar, el castillo se complementa con el alcazarejo añadido por los cristianos, con su torreón circular y su torre del homenaje. 

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