PLAYA DE ANTUERTA
En la costa de Trasmiera, a unos 3 kilómetros del pueblo de Ajo, el gran atractivo de este arenal es que está encerrado entre acantilados. Su acceso ha de relizarse recorriendo unos 300 metros a pie desde la playa de Cuberris.
PLAYA DE LOS LOCOS
Dicen que el curioso nombre de esta playa aislada de Suances le viene por un antiguo centro psiquiátrico que estaba situado frente al arenal, aunque hay quien asegura que los locos no eran otros sino los arriesgados jóvenes que se lanzaban desde el acantilado que la protege.
PLAYA DE MERÓN
También conocida como El Sable de Merón, la playa principal de San Vicente de la Barquera la forman una sucesión de arenales que se extiende a lo largo de cinco kilómetros: El Puntal, El Rosal, Bederna y Peñas Grandes. Está situada junto a la ría que abraza a una de las localidades cántabras con más tradición turística y marinera. Al estar situada en mar abierto, sus olas son un regalo para los amantes del surf.
LA ARNÍA
En el municipio de Piélagos y a unos 3 kilómetros de la localidad de Soto de la Marina, La Arnía es una playa espectacular. Y lo es por su atractivo entorno rocoso, en medio de un paisaje geológico, con pequeños islotes y una plataforma de abrasión / © Rocío Jiménez
PLAYA DE MATALEÑAS
La playa del Sardinero tiene una hermana salvaje y es esta, la de Mataleñas. Uuna cala al abrigo de altos acantilados que se localiza entre Cabo Mayor y Cabo Menor.
PLAYA DE LANGRE
No una sino dos son las playas que forman el arenal de Langre, uno de los mayores y más bellos de Cantabria. Más para la contemplación que para el baño, está partida por un puntal rocoso y protegida por un hemiciclo de paredes de 25 metros de altura.
PLAYAS DEL SARDINERO
Los Jardines de Piquío, una amplia zona ajardinada sobre un promontorio rocoso que se adentra en el mar, con numerosas palmeras y bancos, muchos de ellos situados de forma estratégica para contemplar el mar, separan la playa Primera y Segunda del Sardinero. Si la marea está baja ambas se unen, siendo posible pasar de una a otra.
PLAYA DE SOMO
En la bahía de Santander y en el municipio de Ribamontán al Mar, la plaza del Puntal de Somo es una larga lengua de arena rodeada de agua por todas partes menos por la que le une a tierra. De arena fina y dorada y una zona de dunas, ofrece unas increíbles vistas de la estampa más regia de la capital cántabra. Desde ella se puede llegar en las típicas pedreñeras (barcos) hasta el embarcadero en Santander / © Shutterstock
TINA MENOR
En el municipio de Val de San Vicente, la ría de Tina Menor, la desembocadura del río Nansa en el Cantábrico, se abre al mar entre dos montes escarpados, apareciendo al este la playa del Sable / © Shutterstock
OYAMBRE
Oyambre no solo encierra una amplia playa de arena blanca donde se funden la ría del mismo nombre y el mar Cantábrico y que los veraneantes de Comillas tienen como feudo propio, también es un parque natural compuesto por marismas y sistemas dunares.
PLAYA DE BERRIA
Dos kilómetros de largo, arena fina, ventosa y con todos los servicios. Podría responder a una de las muchas playas bonitas de España. Lo que marca la diferencia con otras es su ubicación, en la zona de El Dueso, entre los montes Brusco y Buciero y junto a las marismas de Santoña, una zona de gran interés natural y paisajístico, ideal para los amantes del avistamiento de aves.
PLAYA VIRGEN DEL MAR
La poderosa naturaleza del Cantábrico hace acto de presencia en esta playa aislada y enclavada en un entorno rocoso. Junto a ella se encuentra situada la ermita del mismo nombre.
PLAYA DE COMILLAS
Comillas siempre fue un lugar de veraneo de personajes ilustres. El rey Alfonso XII, sin ir más lejos, se cuenta entre ellos. Pero con el tiempo, fueron muchos otros aristócratas los que elegían la villa como lugar de reposo, atraídos por sus maravillosas playas donde se practicaban los famosos baños de ola. Un recuerdo evocador que hoy se sigue disfrutando en su arenal.
PLAYA DE LA MAGDALENA
La vertiente sur de la península de La Magdalena ofrece un magnífico panorama de la bahía de Santander. En este lado se encuentran dos de las playas santanderinas: la playa de La Magdalena y la playa de Bikini, llamada así a finales de los años cincuenta por ser el primer lugar donde se pudo contemplar esta prenda en los cuerpos de las estudiantes y turistas extranjeras.
PLAYA DE SANTA JUSTA
La pequeña cala enclavada en el municipio de Santillana del Mar, aunque próxima a la villa marinera de Suances, debe su nombre a una ermita situada en un curioso emplazamiento. Se encuentra en el interior de una cueva que se cree que fue habitada por algún anacoreta entre el siglo VIII y el X y solo es visitable cuando el mar está en calma y con marea baja.