PRIMERA ESCAPADA DEL AÑO

Ni Roma ni Milán: la ciudad italiana que inventó algunos de los placeres dulces más famosos del mundo


De la Nutella al croissant cúbico: estas y otras deliciosas creaciones nacieron en la capital del Piamonte italiano. Seguimos su ruta más golosa.


La imponente Mole Antonelliana representada en un gianduiotto, dulce inventado en Turín, Italia© @farmaciadelcambio
30 de diciembre de 2025 - 19:00 CET

Elegante sin esfuerzo, creativa por naturaleza y con un talento especial, Turín es una de esas ciudades que sorprenden a cada paso, empezando por los espléndidos palacios y castillos de la Casa de los Saboya, la imponente Mole Antonelliana, que alberga el Museo Nacional del Cine, y el Museo Egipcio, uno de los más importantes del mundo. La llamada "dama del Norte" también deslumbra con su legado automovilístico, sus preciosas galerías comerciales, y, por supuesto, con un gusto gastronómico inigualable. Aquí nacieron el café bicerin, la Nutella o los chocolates más célebres del país. En sus confiterías centenarias, cafés históricos y recetas, la ciudad demuestra su creatividad en versión dulce.

Gianduiotto, un bombón con forma de lingote, inventado en Turín, Italia© @farmaciadelcambio
El gianduiotto tiene forma de lingote.

Por méritos propios, Turín es la capital del chocolate de Italia. Y a ella viajamos para dejarnos tentar por sus dulces “inventos”. El primer descubrimiento es el gianduiotto, un bombón con forma de lingote truncado o de barco invertido, envuelto tradicionalmente en papel dorado y de textura tan suave que no se muerde, sino que se funde en la boca. Su nombre proviene de Gianduja, un personaje bonachón de la commedia dell’arte típico de la región, y surgió a principios del siglo XIX, cuando los chocolateros locales mezclaron cacao con las avellanas de Piamonte –consideradas entre las mejores del mundo– para estirar el chocolate y, de paso, mejorar su sabor. El resultado fue tan bueno que este bombón, convertido en un icono, es uno de los grandes orgullos de la ciudad.

Heredera directa del gianduiotto es la Nutella. Durante la Segunda Guerra Mundial, la escasez de cacao llevó a mezclarlo con avellanas, dando lugar a la famosa crema que hoy se vende en multitud de versiones en chocolaterías y tiendas de la ciudad.

Piazza Carignano y terraza de la Farmacia del Cambio, turín, Italia© @farmaciadelcambio
Una parada dulce en la plaza Carignano.

UN HELADO DE PALO EN LA PIAZZA CARIGNANO

Antes del siglo XX, el chocolate se consumía principalmente en barras sólidas o pastillas, hasta que en Turín se decidió dividirlo en porciones cuadradas para facilitar su consumo y venta. Otro invento turinés es el “pingüino”, el helado de palo recubierto de chocolate, que nació en la Gelatería Pepino (gelatipepino.it). Abierta en 1929 y actualmente en manos de la quinta generación de la familia, su letrero, ventanas, paneles de madera, terciopelo rojo y mesas al aire libre forman parte de la decoración de una de las plazas más bellas de la ciudad: la piazza Carignano.

café-confitería Baratti & Milano, Turín, Italia© @barattiemilano
Café-confitería Baratti & Milano.

A la hora de comprar chocolate, en la piazza Castello encontramos el café-confitería Baratti & Milano (barattiemilano.it), donde es posible adquirir todas las especialidades tradicionales. También históricas son Caffarel –fundada en 1826– y Guido Gobino, uno de los chocolateros más renombrados de Turín, con varias tiendas, incluida la principal en Via Lagrange. Entre sus productos más solicitados están el tourinot, la versión moderna del gianduiotto, y su premiado cremino al sale.

Piazza Castello, Turín© Shutterstock
Piazza Castello.

En los puestos del mercado de Porta Palazzo, el mayor mercado al aire libre de Europa, ubicado en piazza della Repubblica, se venden avellanas de la región, productos dulces relacionados con el chocolate y los famosos bombones piemonteses Cri Cri, un praliné esférico cubierto de caramelo crujiente que nació en Torre Pellice, un pequeño pueblo de la provincia de Turín. 

El “pingüino”, el helado de palo recubierto de chocolate nació en la Gelatería Pepino, Turín, Italia© @farmaciadelcambio
El “pingüino”, el helado de palo recubierto de chocolate nació en la Gelatería Pepino.

FESTIVAL DEL CHOCOLATE

Para sumergirse aún más en la tradición, el Museo del Cioccolato e del Gianduja (choco-story-torino.it) recorre los orígenes del cacao desde las civilizaciones precolombinas hasta la excelencia chocolatera de Turín. Y cada año, en el mes de febrero, la ciudad celebra CioccolaTò (cioccola.to.it), un festival dedicado enteramente a este dulce. En 2026 se celebra entre del 13 al 17 de febrero, con actividades en la céntrica piazza Vittorio Veneto y varios museos y edificios históricos.

Cubik, versión cúbica del croissant clásico creada en la Farmacia del Cambio de Turín, italia© @farmaciadelcambio
La versión cúbica del croissant clásico creada en la Farmacia del Cambio.
Farmacia del Cambio de Turín, Italia© @farmaciadelcambio
Farmacia del Cambio.

La ruta dulce por Turín tiene otra parada en la piazza Carignano, a dos pasos del Museo Egipcio, para probar el Cubrik de la Farmacia del Cambio (delcambio.it). En esta pastelería y bistró histórico, de ambiente elegante, que conserva el encanto de la antigua botica del siglo XIX, se inventó en 2019 este croissant cúbico e interior relleno inspirado en el famoso cubo de Rubik, que se vende en cantidades limitadas y forma colas cada mañana a su puerta.

Caffè Al Bicerin, Turín, Italia© Shutterstock
Caffè Al Bicerin.

LA BEBIDA MÁS TRADICIONAL

Obligado en Turín es también probar el bicerin, combinación de café, chocolate y nata en capas, “que hay que tomar también por orden, sin removerlas”, nos dice Alberto Landi, propietario del diminuto Caffè Al Bicerin (bicerin.it), abierto en 1763 en la piazza della Consolata, frente a la iglesia del mismo nombre. Un local verdaderamente especial, no solo por el invento turinés, “basado en una antigua receta que van a heredar mis nietas”, sino también porque permite sentarse en las mismas mesas de mármol donde lo hicieron Nietzsche, Dumas o Puccini. 

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