Cantabria custodia ocultas entre acantilados calizos y valles modelados por el tiempo un tesoro arqueológico y geológico casi inagotable, pues más de 6500 cuevas surcan sus entrañas. Al menos 70 de ellas contienen restos de arte rupestre, y diez han sido reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Altamira fue la primera, en los años 80, y las demás lo lograron en el nuevo siglo, pero en todas ellas se abre una ventana a un pasado remoto que susurra secretos sobre los orígenes de la humanidad. Cada cavidad es una invitación al asombro, pero las elegidas por la Unesco son únicas. Hoy te invitamos a aventurarte por las seis que se pueden visitar (La Garma, en Ribamontán al Monte; Chufín, en Rionansa; y La Pasiega y Las Chimeneas, en Puente Viesgo tienen acceso restringido) y entrar en contacto con la historia.

CUEVA DE ALTAMIRA
Santillana del Mar es uno de los pueblos más bonitos de España y a poco más de 2 kilómetros de él se esconde su mayor tesoro: la capilla sixtina del arte rupestre. La pena es que la cavidad con las representaciones artísticas más importantes de la Prehistoria en el mundo solo se puede visitar con unas condiciones muy estrictas. Pero por suerte, junto a la original está la cueva "animada", la Neocueva, réplica exacta de su gran sala de pinturas en la que los hombres prehistóricos pintaron hace más de 15.000 años bisontes, ciervos, manos, caballos y diferentes símbolos, "como si las rocas bramaran", dijo Rafael Alberti cuando la visita en 1928. La visita se complementa con la entrada al Museo de Altamira (museodealtamira.com), dirigido por Pilar Fatás, quien nos comenta que "las obras que dejaron los sapins del Paleolítico en los techos y paredes de la cueva son testimonio de una creatividad envidiable".
Lo esencial de la cueva:
- Qué vas a ver: en la Neocueva todo está reconstruido con fidelidad, incluyendo la disposición de las figuras y las técnicas utilizadas por los artistas prehistóricos. En el Museo de Altamira se contextualizan la vida y el arte de los habitantes prehistóricos de la región.
- Una curiosidad: Uno de los detalles más sorprendentes de Altamira es el volumen y realismo a sus pinturas. Para crear la sensación de profundidad, los prehistóricos aprovecharon las formas naturales de la roca, usando salientes y concavidades como un lienzo tridimensional. Además, aplicaban los pigmentos frotando con las manos o soplando a través de huesos huecos, generando efectos de sombreado que hacen que los bisontes, caballos y ciervos parezcan casi vivos. Es, en muchos sentidos, una de las primeras demostraciones de perspectiva tridimensional en la historia del arte.
- La visita: A la Neocueva se puede llegar en coche, porque está a 10 minutos del centro de Santillana. La entrada se reserva en museodealtamira.mcu.es y tiene un precio de 7 €, que da acceso también al museo. Acoge exposiciones, talleres dirigidos a familias y todo tipo de actividades interactivas.

CUEVA DE EL CASTILLO
Dónde: Puente Viesgo
En el corazón del valle del Pas, Puente Viesgo es un pueblo encantador –el favorito de Alberto de Mónaco, curiosamente– que guarda muchos tesoros: el río Pas, un famoso balneario, una vía verde que te lleva pedaleando hasta Santander y, sobre el monte del Castillo, un extraordinario conjunto de cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad: Las Monedas, Las Chimeneas, La Pasiega y El Castillo, la más famosa, pues conserva evidencias humanas de los últimos 150.000 años y uno de los conjuntos rupestres paleolíticos más importantes de Europa, con una gran variedad de temas, técnicas y estilos creados por los primeros Homo sapiens.
Lo esencial de la cueva:
- Qué vas a ver: sus paredes muestran dibujos y pinturas de caballos, cabras, bisontes, uros, ciervos y mamuts. Hay 275 figuras a lo largo de 275 metros de pared, uno de los conjuntos más densos de arte paleolítico conocido. Además, encontrarás grabados, símbolos de significado desconocido, estampaciones de manos, incisiones y surcos.
- Una curiosidad: algunas de las marcas de la cueva, como los puntos rojos en la Galería de las Manos, se han datado en más de 40.000 años. Como nos comenta Eduardo Palacio-Pérez, arqueólogo y conservador de las cuevas cántabras, esta serie de formas discoidales y "manos en negativo", símbolos cargados de misterio, están entre las primeras expresiones artísticas de la humanidad.
- La visita: la entrada se realiza desde el Centro de Arte Rupestre de Cantabria, a la salida de Puente Viesgo. Las visitas (cuevas.culturadecantabria.com) son guiadas, se limitan a 64 personas al día y requieren reserva previa (15 €). El recorrido dura unos 30-40 minutos y ofrece un viaje íntimo a la oscuridad donde surgió el primer arte. Si subes andando por el sendero PR-S17 podrás disfrutar de una excelente panorámica del. pueblo y su entorno, el valle y las montañas del Pas, las pedanías de Aés e Hijas, y el pico Dobra o La Capía, máxima altura del macizo calcáreo al que pertenece el monte Castillo.

© JUAN CARLOS MUNOZ - stock.adobe.comCUEVA DE LAS MONEDAS
Dónde: Puente Viesgo
A unos 600 metros de la cueva de El Castillo se encuentra Las Monedas. No tiene la riqueza artística de la otra, pero es un auténtico espectáculo geológico de estalactitas, estalagmitas, discos, columnas, terrazas colgadas y coladas de colores. Al poco de ser descubierta en 1952, se localizó en una sima de 23 metros de profundidad un lote de 20 monedas de la época de los Reyes Católicos. Escondidas o extraviadas por un anónimo visitante del siglo XVI, son las que hoy dan nombre a la cueva y acrecientan su misterio.
Lo esencial de la cueva:
- Qué vas a ver: una red de salas de grandes dimensiones, muy ricas en formaciones estalagmíticas y pinturas negras que representan animales, sobre todo caballos (algunos de ellos acéfalos) y en menor medida renos, cabras, bisontes, un cérvido y un oso, además de algún otro animal indeterminado. También hay signos complejos incisos y pintados que datan del Magdaleniense Superior, hace alrededor de 12.000 años.
- Una curiosidad: en su interior se encontraron, además de monedas, restos óseos de oso cavernario.
- La visita: se encuentra a 1,4 kilómetros de Puente Viesgo. El recorrido es guiado y tienen una duración aproximada de 45 minutos (15 €). También en esta existe un cupo de visitantes, así que se recomienda reservar con antelación (cuevas.culturadecantabria.com). Además del Centro de Arte Rupestre, en el que hay que detenerse en la reproducción de la Galería inferior de La Garma, un enclave que ha permanecido intacto durante 16.500 años, hay un moderno centro de interpretación y un aula que organiza actividades relacionadas con la Prehistoria (cazar, hacer fuego o pintar como se hacía entonces) para todos los públicos, en especial para familias.

CUEVA DE COVALANAS
Dónde: Ramales de la Victoria
Dos visitas indispensables en Ramales de la Victoria, al pie del monte Pando, son las cuevas de Covalanas y, a unos minutos de esta, la de Cullalvera, sorprendente por su imponente boca de 28 metros de alto. La primera es la que la Unesco ha incluido en su lista del Patrimonio de la Humanidad. Es relativamente pequeña y en su Galería de las Pinturas, a unos 65 metros de la entrada, se concentran la mayoría de sus manifestaciones rupestres. Fueron realizadas hace 25.000 años con la original técnica del trazo punteado o baboso, también presente en la cueva de El Pendo, y son las manifestaciones más antiguas de este arte puntillista, que consiste en aplicar el colorante sobre las paredes con el dedo o con un tampón.
Lo esencial de la cueva:
- Qué vas a ver: a lo largo del estrecho corredor por el que discurre el recorrido podrás observar, a escasa distancia, 18 figuras de ciervas pintadas en color rojizo, además de signos geométricos, puntos y líneas con un estado de conservación excepcional, llegándose a identificar las marcas dactilares del artista.
- Una curiosidad: las ciervas, el uro y un caballo representado son de gran realismo y belleza, al estar dotadas de movimiento.
- La visita: está bastante limitada, solo se puede acceder entre septiembre y febrero y con un cupo de personas al día para proteger las pinturas. La entrada cuestra 15 € (cuevas.culturadecantabria.com).

CUEVA EL PENDO
Dónde: Escobedo de Camargo
Otro de los tesoros prehistóricos que permite asomarse a la vida de los primeros habitantes de la cornisa cantábrica es esta cueva excavada por grandes arqueólogos como Marcelino Sanz de Sautuola –descubridor de las pinturas rupestres de Altamira–, Jesús Carballo y Julio Martínez Santa-Olalla, en cuyas galerías se han encontrado útiles de hueso y asta finamente decorados, conocidos como los “bastones de mando”. Fue ocupada primero por neandertales hace unos 84.000 años y, posteriormente, por Homo sapiens entre 36.000 y 9.000 a.C., dejando un testimonio excepcional de su vida cotidiana y de su arte.
Lo esencial de la cueva:
- Qué vas a ver: lo más destacado son sus pinturas rupestres de ciervas rojas y un caballo central, situadas en la cornisa de la cueva. Además, verás grabados y representaciones hechas mediante la técnica del punteado, única en la cornisa cantábrica, junto con restos arqueológicos, que ofrecen una visión completa de la ocupación humana del lugar.
- Una curiosidad: Las pinturas no se encuentran a nivel del suelo, sino en lo alto de la cornisa, lo que obligó a los artistas a trabajar sobre un andamio a unos 6 metros de altura, algo que demuestra su intención artística y planificación.
- La visita: la entrada a la cueva está en el barrio de El Churi de Escobedo de Camargo. Se reserva en cuevas.culturadecantabria.com y el acceso tiene un coste de 15 €.

CUEVA HORNOS DE LA PEÑA
Dónde: Tarriba, San Felices de Buelna
Si te animas a visitar la cueva de Hornos de la Peña, en la comarca de Besaya, a una media hora de Santander, prepárate para sentir que retrocedes miles de años. Su entrada es un estrecho corredor de poca altura que ya te hace imaginar cómo vivían los primeros artistas prehistóricos. Uno de los grandes atractivos es un caballo grabado en el exterior, que no solo es muy antiguo, sino que es de los pocos grabados al aire libre que se conservan en la Cornisa cantábrica. Cuando entras en la última sala, te encuentras rodeado de la mayoría de las pinturas, realizadas hace entre 15.500 y 13.000 años, donde aparecen caballos, cabras, uros y bisontes, pero también una figura humana desnuda con los brazos en alto, combinada con rasgos animales, que sugiere un significado chamánico o religioso. Con la ayuda del guía, cada imagen cobra vida y puedes imaginar cómo los artistas usaban estas representaciones para sus rituales y su vida cotidiana.
Lo esencial de la cueva:
- Qué vas a ver: Durante la visita disfrutarás del famoso caballo exterior y de las pinturas del interior. La última sala concentra la mayoría de las figuras y te permite ver la diversidad de animales representados, desde caballos hasta uros y cabras, y la curiosa figura humana, que añade un toque místico a la experiencia. Todo está pensado para que te sumerjas en la historia y entiendas cómo estos artistas plasmaron su mundo en piedra.
- Una curiosidad: El caballo grabado en el exterior es muy especial porque los grabados fuera de la cueva son rarísimos en esta región. Su conservación y ubicación lo hacen único, y es casi como encontrarse con un mensaje directo de alguien que vivió aquí hace más de 15.000 años.
- La visita: Para llegar, hay que tomar una pista que sube al monte Tejas. Desde Tarriba, hay unos 1,7 kilómetros hasta la Peña de los Hornos, donde está la boca de la cueva. Entrar requiere reserva previa (15 €). Abre casi todos los días excepto los lunes (cuevas.culturadecantabria.com).




