Olvídate de los sustos y sumérgete en la magia de la historia. Nuestro país esconde castillos que seducen con su arquitectura, sus jardines y su encanto ancestral, lugares donde el misterio se vive con fascinación, sin necesidad de gritos ni fantasmas. Estas fortalezas demuestran que el verdadero terror puede transformarse en experiencias inolvidables.
© Alamy Stock PhotoCASTILLO DE FRÍAS (BURGOS)
El puente medieval de origen romano de Frías es un magnífico lugar para contemplar la primera vista de uno de los pueblos más bonitos de España. Arriba, sobre la peña, está el castillo en un extremo; la iglesia en otro y, entre ambos, los tejados cobrizos de sus casas en hileras asomándose al abismo. En equilibrio sobre el valle de Tobalina parece estar la torre del homenaje de la fortaleza, una de las primeras que se construyó en el siglo X para controlar el territorio. Luego se añadió una muralla y el puente levadizo sobre el foso que da acceso a su interior.
Cómo se visita:
El castillo abre los fines de semana y festivos y se pueden recorrer las murallas, las torres y patios haciendo una visita autoguiada. La entrada tiene un precio de 2 €.
© Alamy Stock PhotoCASTILLO DE BAÑOS DE LA ENCINA (JAÉN)
Más de mil años de historia tiene la fortaleza más antigua de España. Es como un gran barco varado en la montaña y desde sus almenas se ven los campos olivareros y el embalse del Rumblar, que queda a sus pies. Testigo incontables batallas, compitió en poderío militar con la de Gormaz, en tierras del Duero. La puerta principal, orientada al sur, da acceso al patio de armas, que sirvió para todo, desde cuartel militar a cementerio. Dentro de sus muros se ven restos de diferentes épocas: capiteles, zonas de caballerizas, aljibes árabes, aposentos, molinos de trigo...
A la izquierda se abre una de las 14 torres rectangulares del castillo, las que mandó levantar el califa Alhakam II allá por el año 968, el mismo que gobernaba la ciudad de Córdoba. Con Fernando III el Santo a manos cristianas en 1225, el rey del que dice la tradición que nació entre estos muros. De esta época data el alcazarejo, que mira hacia el caserío medieval de Baños de la Encina, su torre cilíndrica desmochada y la torre del homenaje, a la que se accede por unas escaleras de piedra irregulares. En verano y época navideña, el castillo se anima aún más, pues se organizan actividades, desde rutas teatralizadas a conciertos de música andalusí o veladas flamencas.
Cómo se visita
La visita al castillo de Baños de la Encina se hace guiada (6,50 €) y dura unos 45 minutos (lanencinaturismo.com).
© Adrian - stock.adobe.comCASTILLO DE ALCAÑIZ (TERUEL)
En la provincia de Teruel, encontramos un castillo que ha sido testigo de más de nueve siglos de historia. Lo llaman de los Calatravos, por la orden de monjes-guerreros que lo ocupó en sus orígenes. Lo que quedó de él tras siglos de guerras y saqueos acoge hoy un Parador de Turismo. Recorrer el claustro, la capilla románica y la torre del homenaje de la fortaleza primitiva, es como viajar en el tiempo. Guarda es uno de los conjuntos de pinturas murales más interesantes de Aragón. Datan del siglo XIV y tienen una singularidad: gran parte son de temática civil, algo poco visto en la pintura mural española de la época gótica.
Cómo se visita
Se realiza con reservas, son guiadas y se ofrecen una en horario de mañana y tarde.
© Mazur Travel - stock.adobe.comCASTILLO DE SOUTOMAIOR (PONTEVEDRA)
Lo tiene todo: una soberbia arquitectura en la que se mezclan con armonía elementos militares y palaciegos, una privilegiada ubicación –en el boscoso valle del Oitavén, en plenas Rías Baixas–, una intensa historia tras sus centenarios muros y ¡mucha vida! Fue levantado en el siglo XII, derribado tres siglos más durante la Revuelta Irmandiña y reconstruido al poco tiempo por Pedro Álvarez de Soutomaior, más conocido como Pedro Madruga. Un fascinante personaje que hizo de la fortaleza la base de sus correrías por la región. Para conocer mejor su historia, y también la de la escritora María Viyals, sobrina de los marqueses de la Vega y Armijo, que nació en él, lo más acertado es hacer la visita por el interior. A lo largo del ameno recorrido por sus salas temáticas se ven paneles y maquetas interactivas, cajas mágicas y proyecciones en 3D. El castillo del castillo es punto y aparte, un auténtico jardín botánico donde crecen un gran número de árboles singulares: secuoyas rojas, araucarias de Chile, criptomerias, tilos y también más de 400 ejemplares de camelia, algunas de ellas centenarias que le han hecho formar parte de la Ruta de la Camelias de las Rías Baixas.
Cómo se visita
El castillo se puede visitar por libre o con visitas concertadas. De octubre a abril, abre todos los días, excepto los lunes (castelodesoutomaior.com). La entrada tiene un precio de 5 €.




