Las campanas de la iglesia de San Juan de la Palma tañen con ímpetu alertando de que el mediodía se acerca. Las palomas revolotean y las calles adoquinadas que definen el corazón hispalense se encargan de rememorar épocas de un pasado que aún se siente muy presente. Es una de las mil maneras de describir la Sevilla de raíces, la capital de talento infinito donde la elegancia desborda en cada esquina. Una urbe señorial, de esbeltos palacios y balcones floridos, que cada día apuesta por avivar su versión más auténtica, la que lleva la artesanía por bandera.
Lo comprobamos en una ruta que iniciamos en el número 33 de la calle Castellar. Allí aguardan Daniel y Luciano, las almas tras The Exvotos (theexvotos.com), envueltos en un aura mágica, casi mística. Su taller, que ocupa la planta baja del que también es su hogar, se siente como un templo en el que las formas antropomórficas son las protagonistas. Piezas inspiradas en la belleza de la cotidianeidad, ya sea el cine, la naturaleza o la religión. Una antigua mesa conventual sirve para apoyar algunas de las cabezas-jarrón que se han convertido en su seña de identidad. Tanto es así, que los ha llevado a la fama en países tan dispares como Estados Unidos o Taiwán. Con la música clásica siempre presente trabajan, cómplices, moldeando la arcilla o dotando de color a sus creaciones mientras el olor a naranja se cuela entre los visillos.
Es ese mismo aroma el que guía por estrechas aceras, entre plazuelas y coloridas espadañas, hasta el vecino barrio de San Luis, donde Sevilla es más Sevilla que en ningún otro rincón. La iglesia desacralizada de San Luis de los Franceses contempla con su fachada barroca a quienes se dirigen a Rompemoldes (rompemoldes.com), el moderno corral de artesanos que acoge, desde 2012, disciplinas tan diversas como la imaginería, la restauración o la lutería. Bucear en este último oficio es sencillo con Pablo Fernández, que se afana en arreglar y dar forma a instrumentos de cuerda de todo tipo mientras decenas de herramientas cuelgan a su alrededor perfectamente ordenadas. Su pasión le ha convertido en todo un especialista en la viola de gamba, del que elabora ejemplares que son usados hoy por músicos de todo el mundo.
Pero la artesanía sevillana abraza incontables posibilidades, solo hay que echar un vistazo al universo creativo de la sombrerera Patricia Buffuna. Infinitas telas y materiales, detalles decorativos y hormas de madera salvadas de una antigua sombrerería de Madrid se apilan por los rincones de su taller de la calle Aceituno en un caos ordenado en el que se mueve como pez en el agua. La artesana, que estudió Historia del Arte, ballet y baile contemporáneo, acabó por marcharse a Londres para formarse en este oficio. A su vuelta, en los 90, creó Buffuna Hats (@buffunahats), la firma desde donde defiende un trabajo que se distingue por su deliciosa elección de materiales y la ejecución de sus ideas, logrando que cada uno de sus sombreros y tocados lleven un estilo absolutamente propio.
El camino de vuelta al centro histórico lleva al encuentro con las míticas Setas de Sevilla, la monumental obra arquitectónica con la que el alemán Jürgen Mayer desafió la cara más tradicional de la urbe. Sus dos parasoles enrejados de madera guían hasta la calle Cuna, donde tiene su tienda la artesana Ana Jiménez, o lo que es lo mismo: Anuscas Family (anuscasfamily.com). Para verla en acción, eso sí, mejor la intimidad de su taller en Santa Clara, un paraíso de tejidos y colores, bocetos, patrones y tijeras, cuya banda sonora la protagonizan las máquinas de coser.
La sevillana fundó su marca en 2007 y desde entonces viene creando una línea de bolsos y accesorios con enfoque sostenible. Una filosofía de economía circular que, en sus orígenes, se inspiró más en el aprovechamiento de prendas usadas, pero que en los últimos años ha derivado en el uso de materiales hechos con fibras recicladas y reciclables. Tejidos de rayas y tonos vibrantes que ella misma diseña y que son su rasgo distintivo. «Me encanta que los clientes sientan que se llevan algo especial, que hay un cariño puesto en cada proceso», asegura.
Esta versión de la moda artesana más lenta, honesta y responsable, la defiende también Ana Salas (anasalasceramica.com), formada entre Sevilla e Italia, abre las puertas a su universo creativo a través de lo su denominada joyería espiritual. A ella la encontramos tras el mostrador de su pequeña tienda en la calle Méndez Núñez, cerca de Plaza Nueva y de las vías comerciales Sierpes y Tetuán. Los propios muebles sirven de recipiente para mostrar las piezas que ha elaborado a mano con gran paciencia y más pasión. Su joyería-silenciosa, fina, sencilla, pero con gran carga simbólica, está pensada, según sus propias palabras, «para aquellas personas que no usan joyas». Rebosantes de personalidad, en ellas utiliza materiales preciosos pero sostenibles, metales reciclados y cerámica. Pequeñas obras de arte con las que marca la diferencia, al igual que hace otro de nuestros protagonistas: Antonio Rodríguez Enrile (enrile.es), entregado en cuerpo y alma a la creación en su tienda-taller del barrio de Los Remedios, al otro lado del Guadalquivir, donde lleva 23 años elaborando a mano los mejores zapatos artesanos del país.
Sobre una mesa tira las pieles y las corta, eligiendo minuciosamente los patrones de una caja a rebosar. No sabe de dónde le vino la vocación, pero siempre la tuvo muy clara: tras hacer marketing se fue a Alicante a especializarse en diseño y patronaje con los que más sabían. «No hago más de 24 pares de zapatos al año», confiesa, y todos por encargo. Piezas que arma y cose a mano con minuciosidad, perfeccionando cada detalle. Desde su particular micromundo elabora también cinturones, carteras, correas de reloj o bolsos hechos con pieles de España, Estados Unidos, Francia e Italia.
Otro ejemplo más de que la ciudad del Guadalquivir, apuesta también por la vanguardia, creando una urbe que camina hacia adelante con el mismo ímpetu con el que se aferra a sus raíces. Y su artesanía es gran prueba de ello.
DÓNDE COMER
Los chefs Patricia Moliner y Rafa Liñán componen el cuatro manos más famoso de Sevilla: desde su restaurante Barra Baja (barrabajarestaurante.com) ofrecen talento, creatividad y producto de calidad en una experiencia sublime. También una pareja, Jesús León y Fátima Villanueva, defienden el espectáculo gastronómico ofrecido en Sr. Cangrejo (srcangrejo.es), cuya Barrita Brava asegura el disfrute máximo. La Sevilla más tradicional se despliega en rincones como Casa Palacios (casapalacios1926.com), abierto desde 1926, Casa Morales (casamoralessevilla.es) o El Rinconcillo (elrinconcillo.es). Lalola de Javi Abascal (lalolasevilla.es) resulta clave para catar alta gastronomía basada en el cerdo ibérico, mientras que en Cañabota (canabota.es) se entenderá el porqué de su merecidísima estrella Michelin. La mejor cocina japonesa, en Kinu (kinusevilla.com).
DÓNDE DORMIR
El confort y el lujo contemporáneos se fusionan en Coolrooms Palacio de Villapanés (coolrooms.com), ubicado en el palacio del marqués de Torre Blanca de Aljarafe. Un cinco estrellas GL compuesto de 50 exclusivas habitaciones que comparte categoría con el Hotel Don Ramón (hoteldonramon.com), alojado en otra casa palacio, esta del siglo XVI. Las 300 obras de arte que decoran sus estancias y su acogedor Patio de los Limones son una absoluta tentación. Más íntimo y más nórdico resulta Plácido y Grata (placidoygratahotel.com), un hotel boutique de 15 habitaciones dotado, además, de una cafetería de especialidad abierta al público. Para aunar gastronomía y excelencia, Radisson Collection Magdalena (radissonhotels.com), cuyo restaurante, Basque, está dirigido por el mismísimo Eneko Atxa. Si se prefiere una lujosa opción cerca de la estación de tren, Only You Sevilla (onlyyouhotels.com) reúne todos los requisitos.