No hay ocasión que Ariadne Artiles deje pasar para hacer las maletas y regresar a casa, ni oportunidad para compartir con sus seguidores las virtudes de su tierra, desde las soleadas playas a la gastronomía local. Nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero el sur de la isla es su lugar favorito del mundo: allí pasó sus primeros veraneo, tiene su hogar –en el que se refugia con su marido José María García Fraile, y sus tres hijas–, hace campañas publicitarias y se divierte jugando a las palas, su deporte preferido, o practicando pádel surf. Aunque le encanta el surf, confiesa que no se atreve; lo que sí practica en la playa es correr, bucear y hacer yoga, “ejercicios buenísimos para eliminar los excesos y empezar el día con energía”.
¿Qué tiene el municipio de San Bartolomé de Tirajana que tantos halagos merece de la modelo? Para empezar, las dunas de Maspalomas, un inmenso arenal dorado que recuerda en pequeño a algunos desiertos africanos y que custodia un faro histórico. Pero también una privilegiada línea costera de 32 kilómetros, que alberga más de una veintena de playas de arena clara –y, en menor medida, volcánica–. Las más famosas, reconocidas con bandera azul, son El Inglés, Maspalomas y San Agustín, la playa de la infancia de Ariadne y frente a la que está el hotel del que es propietaria.
Para la modelo y empresaria canaria, este rincón sureño está cargado de recuerdos. En la playa pasó muchos buenos momentos con su hermana y el resto de su familia, forjando la conexión con la naturaleza que todavía hoy la inspira. “Aquí empezó todo”, ha confesado en más de una ocasión, recordando aquella etapa en la que el mar y la calma del sur eran su propio patio de juegos.
EL SUR COMO INSPIRACIÓN
Con los años, Ariadne ha recorrido el mundo, trabajado en las pasarelas más exigentes y vivido en ciudades cosmopolitas. Pero, lejos del ruido, el sur de Gran Canaria siempre ha sido su lugar de referencia. Allí encuentra el equilibrio, la energía y la creatividad necesarias para desarrollar sus proyectos. El contraste entre la calma de San Agustín y la intensidad de su vida profesional y personal es, precisamente, lo que convierte este enclave en su refugio más preciado.
Esa conexión vital con el entorno le hizo poner en marcha un proyecto muy personal que para ella "ha sido como un sueño". Se llama Pura Vida (@puravidasanagustin), un complejo de apartamentos boutique en primera línea de playa que es "un guiño a mis islas". Más que un hotel, es la materialización de un estilo de vida que combina naturaleza, bienestar y diseño. Con una estética minimalista y cuidada, el complejo refleja la filosofía de la modelo: un espacio donde el huésped pueda sentirse como en casa y, al mismo tiempo, en contacto con la esencia más pura de Gran Canaria. Cada habitación tiene el nombre de una isla canaria y tiene un toque distinto: Fuerteventura es en tonos azules, La Palma es más rocosa...
La gran atracción del sur de la isla es, sin duda, ese fascinante espacio de alto valor ecológico que es la Reserva de la Biosfera de las Dunas de Maspalomas. Sus 404 hectáreas comprenden un gran campo de dunas, una charca y un extenso palmeral que sirve de refugio y punto de escala a las aves migratorias hacia el continente. Al amanecer o al atardecer, el espectáculo visual que ofrece este entorno es simplemente único, especialmente si se contempla desde el faro, levantado en 1861, vigía de esa larga línea de arena que parece no tener fin.
A la izquierda, mirando desde el mar, arranca el paseo que conduce a la playa de Meloneras, donde se puede visitar el yacimiento aborigen de Punta Mujeres y disfrutar de uno de los ambientes más animados del sur de la isla. A la derecha quedan las dunas y la playa de Maspalomas, y al alejarse del faro en su dirección desaparece todo rastro de presencia humana: son las aves las que reinan en este hábitat natural. Más allá se encuentran los hoteles, restaurantes y locales de ocio de la turística Playa del Inglés, seguido por Las Burras y, más tranquila, la zona de San Agustín. El rincón favorito de Ariadne Artiles.