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Plaza de la Constitución, corazón de Teguise.© Delphotostock - stock.adobe.com

LANZAROTE

El municipio canario conocido como la 'Cerdeña española': caserío blanco y playas de ensueño en un paraje volcánico

Muchos parecidos guarda este rincón de Lanzarote con la isla mediterránea, empezando por sus paisajes montañosos, su ritmo pausado y su arquitectura encalada. ¿Quién no querría pasar unos días aquí?


31 de julio de 2025 - 17:30 CEST

Hace un par de siglos, Teguise era un lugar importante, pues hasta 1847 fue la capital de Lanzarote, para pasar después el testigo a Arrecife. Y como tal, un paseo por las calles empedradas de su casco histórico permite hacerse a la idea de cómo era la vida en la isla durante los primeros tiempos de presencia colonial, pues conserva un notable conjunto de edificaciones, desde el castillo de Santa Bárbara a casonas señoriales, iglesias y conventos.

El punto de partida es la plaza de la Constitución, corazón de la villa, en la que se levanta la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, que es antigua, pues se construyó en el siglo XV y fue panteón real de la princesa Teguise, la hija del último rey aborigen de Lanzarote, Zonzamas, que gobernaba antes de la conquista europea en el siglo XV. Se dice que fue una joven de gran belleza y espíritu noble, profundamente querida por su pueblo. A su espalda queda el Callejón de la Sangre, una histórica calle, a la que hay que asomarse.

Rincón de Teguise, Lanzarote© roberto - stock.adobe.com
Patio con palmeras de la iglesia de Teguise.

Sin moverte de la plaza, frente al templo, está el Palacio Spínola, otro edificio de interés, pues era la Casa de los Gobernadores en el siglo XVIII. Tras ser restaurado por César Manrique, actualmente alberga el Museo del Timple, dedicado a un instrumento muy popular en Canarias. Puedes visitarlo y, si coincide, asistir a los conciertos que acoge puntualmente.

Los domingos, la gran atracción en este entorno es el mercadillo, el más famoso de Canarias y de los más grandes y con más ambiente, donde encontrarás desde artesanía a productos ecológicos.

Arquitectura de Teguise, Lanzarote, Canarias© eunikas - stock.adobe.com
Arquitectura de Teguise.

Durante el paseo por el casco antiguo, entre casas blancas con puertas de tonos azules y verde pastel, otro edificio llamará tu atención: es el convento de San Francisco, en la plaza del mismo nombre. Acogió a franciscanos durante varios siglos, y hoy es el Museo de Arte Sacro, donde se exponen pinturas y obras de arte de iglesias del municipio que ya no tienen culto.

En la plaza de San Francisco también está la escultura titulada Elegua dedicada a los míticos Diabletes de Teguise, una de las figuras más emblemáticas del folclore de Lanzarote. Se trata de un personaje carnavalesco, ancestral y misterioso, con raíces que se remontan a tiempos prehispánicos y coloniales.

Palacio Ico, Teguise, Lanzarote,© @hotelapalacioico
Hotel Palacio Ico.
Gastronomía del Palacio Ico, Teguise, Lanzarote© @restaurantepalacioico
Restaurante del Palacio Ico.

Ejemplo de arquitectura señorial canaria también es el edificio de 1690 que acoge el Palacio Ico (hotelpalacioico.com), reconvertido en el hotel más exquisito de Teguise. Suelos de tea, techos con artesonados de más de 4 metros de altura, anchos muros de piedra, balcones tradicionales de madera, patio tradicional…, combinan con mobiliario cuidadosamente escogido, delicadas texturas y una selección de obras y piezas de artistas y artesanos de la isla. Y es que cada elemento ha sido seleccionado buscando el equilibrio y la armonía. En sus nueve exclusivas habitaciones –todas diferentes–, algunas con acceso a un patio privado, se descansa de lujo, como se come en su restaurante, referencia gastronómica de la cocina contemporánea en el archipiélago, basada en el producto kilómetro 0.

Otra buena referencia a la hora de comer es El Recoveco de NaRa (elrecovecodenara.es), donde podrás probar una selección de quesos de Lanzarote elaborados en la Finca de Uga, el cabrito lechal del pueblo, lapas –un molusco endémico de Canarias,  o el tradicional gofio para acabar con algo dulce.

Castillo de Santa Bárbara, Teguise, Lanzarote© Manel Vinuesa - stock.adobe.com
Castillo de Santa Bárbara y, al fondo, Teguise.

CASTILLO DE SANTA BÁRBARA

Para visitar el castillo de Santa Bárbara hay que salir del casco histórico, pues está a un kilómetro del pueblo y encaramado sobre el cráter volcánico de Guanapay. Antaño vigilaba incursiones de corsarios –sus vistas abarcan desde el Atlántico hasta la campiña de lava negra–, hoy es Museo de la Piratería. Si quieres asomarte a otros miradores, desvíate por la carretera LZ-10 hacia el de Los Helechos, desde el que admirar el valle de Haría y los acantilados al noroeste. Más al norte, la ermita de las Nieves, rodeada de aridez volcánica, ofrece panorámicas salidas de otro planeta.

Ciudad Estratificada de Lanzarote© Denis Feldmann - stock.adobe.com

UNA GEOGRAFÍA ESPECTACULAR

Teguise es mucho más que el pueblo, es también el entorno natural de un municipio con una geografía espectacular. En una antigua cantera volcánica del municipio de Teguise, al borde del barranco de Las Piletas, y accesible desde la carretera LZ-404, que conecta Guatiza con Teseguite, encontrarás la Ciudad Estratificada, también conocida como Los Roferos, Rofera del Mojón o Mataburros, una formación natural que surge del cruce entre la erosión milenaria de viento, sol y lluvia y la actividad humana de extracción del rofe, una arena volcánica utilizada tradicionalmente en la agricultura de Lanzarote. El resultado son capas de rocas, fracturas y cavidades que presentan texturas y colores que parecen obra de escultores fantásticos

El Barranco de Tenegüime es otra joya natural del municipio, un profundo cañón esculpido por la erosión del agua en el macizo de Famara con una biodiversidad sorprendente en plena aridez insular, pues alberga flora y aves endémicas, entre ellas la mayor colonia de romero marino de Canarias. La ruta que lleva a él comienza tras dejar el vehículo en el cementerio de Guatiza. Son entre 7 y 8,5 kilómetros con desniveles.

Jardín de Cactus de César Manrique, Teguise, Lanzarote© Shutterstock
Jardín de Cactus de César Manrique.

EL JARDÍN DE CACTUS DE CÉSAR MANRIQUE

El arte y la naturaleza conviven en equilibrio en este jardín que César Manrique creó en una antigua rofera (cantera) de piedra volcánica y rodeado de la mayor plantación de tuneras de la isla dedicada al cultivo de la cochinilla. En él crecen alrededor de 4500 ejemplares de cactus de más de 450 especies diferentes, traídos de varias zonas del archipiélago y de los cinco continentes. En sintonía con el entorno, en su cafetería se pueden degustar desde croquetas a hamburguesas de cactus (cactlanzarote.com/es/cact/jardin-de-cactus).

Playa de Famara, Lanzarote© Cordon Press
Playa de Famara.

FAMARA Y OTRAS PLAYAS DE ENSUEÑO

El epicentro de la actividad surfera en Lanzarote está a 12 kilómetros al norte de Teguise. Son más de 5 kilómetros bordeados por un impresionante risco que todo el año, pero más aún cada mes de octubre, se convierte en un punto de encuentro de aficionados al surf y al kitesurf, pues se celebran en ella pruebas del campeonato mundial. También es buen lugar para iniciarse en estos deportes, empresas como Surf Famara (surffamara.com) o Lanzarote Surf (lanzarotesurf.com), ofrecen cursos y alquiler de tablas y equipos.

Dar la bienvenida al día o despedirlo desde la arena viendo cientos de tablas sobre las aguas resulta tan sobrecogedor como hacerlo desde la explanada del Bosquecillo, en lo alto del risco, donde la vista no tiene fin. Cuando la marea baja, la playa despliega toda su belleza, porque el agua forma una delgada capa sobre la arena que refleja el cielo y el risco como un gigantesco espejo.

Windsurfistas en la playa de Las Cucharas de Costa Teguise, Lanzarote© Alamy Stock Photo
Windsurfistas en la playa de Las Cucharas.

A apenas 10 kilómetros al sur de Teguise, la costa revela un precioso litoral de playas: la playa de las Cucharas, una larga franja de arena clara es ideal para el windsurf; más resguardadas y para familias o un baño relajado, la del Jablillo y playa Bastián, bordeadas por el paseo marítimo de Costa Teguise, animado con restaurantes, tiendas y escuelas de deportes acuáticos.

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