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Pueblo de Llafranc, en la Costa Brava (Girona), perteneciente al municipio de Palafrugell© pkazmierczak - stock.adobe.com

Llafranc, la bahía donde reside todo el glamur de la Costa Brava

Este encantador rincón de Palafrugell, abierto al Mediterráneo más puro, es un cuadro en azul y blanco que sigue destilando magia


17 de julio de 2025 - 18:30 CEST

No es mucho más (ni mucho menos) que la idílica imagen de unas barcas fondeadas sobre la arena, meciéndose al son de la brisa, frente a un pequeño anfiteatro de casas bajas. Al fondo despuntan las masas verdes de los pinares, y hacia el infinito, eterno e inabarcable, se extiende ese Mediterráneo de alma profunda y oscura.

Llafranc compila, en un minúsculo territorio, la más pura esencia de la Costa Brava. Aquella que Josep Pla plasmó en sus escritos y Salvador Dalí hizo cuadro. La de un terreno quebrado que se abre paso, entre pliegues y recovecos, para llegar al fin a unas calas que se cuentan, por derecho propio, entre las más hermosas del país.

Panorámica del pequeño pueblo de Llafranc, en la Costa Brava (Girona), perteneciente al municipio de Palafrugell© Getty Images

Pero, ojo, que Llafranc no es un pueblo, sino apenas una pedanía perteneciente al municipio de Palafrugell. Una suerte de aldea de pescadores encajada entre Calella y Tamariú, a los que se llega a través de un deslumbrante Camino de Ronda. Un cuadro en azul y blanco al abrigo de una bahía que ha sido, históricamente, un foco de atracción para el glamur de Hollywood.

REFUGIO DE ESTRELLAS 

Y es que este rinconcito del Bajo Ampurdán que, a duras penas, mantiene su virginidad, fue el paraíso de las celebrities durante los años 60. Atraídos por su belleza, cuentan que figuras de la talla de Burt Lancaster, Sophia Loren o Kirk Douglas frecuentaron estos parajes, barnizados de ese exotismo tan Typical Spanish. Y también cuentan que no eran pocas las fiestas a pie de playa, que se alargaban hasta el mediodía, y que tenían la compañía de estrellas patrias como Antonio Gades, Paco de Lucía o Carmen Amaya.

Mediterráneo visto desde la localidad de Llafranc, en la Costa Brava, Girona© Getty Images

Enamorado de Llafranc estuvo también el escritor británico Tom Sharpe, especializado en novela humorística, quien vivió cuatro inviernos en el Hotel Llevant, donde al parecer tenía un vaso propio, solo para él, puesto que no le gustaba compartir con el resto de huéspedes. El autor de obras como Vicios ancestrales, Lo peor de cada casa y la saga de Wilt, conocido por estos lares como “el inglés del whisky y el cigarro”, acabó comprándose una casa en esta misma bahía.

CAMINAR Y COMER

Más allá de la estela glamurosa, a Llafranc se viene a disfrutar de la playa en forma de media luna, junto a ese Mediterráneo que inspiró a Joan Manuel Serrat su canción inmortal a apenas unos cuantos kilómetros. También se viene a pasear. Por el ya mencionado Camino de Ronda, entre un paisaje de belleza inigualable, pero también hacia la iglesia de Santa Rosa de Lima (construida a finales del siglo XIX) a través de un agradable paseo marítimo. Y, sobre todo, hasta lo que se conoce como el Conjunto Monumental de Sant Sebastià, formado por un faro, una torre vigía, una ermita y un yacimiento ibérico, con un mirador desde donde las vistas resultan espectaculares.

restaurante Casamar, con una Estrella Michelin, comandado por Quim Casellas en el pueblo de Llafranc en la Costa Brava© Casamar
restaurante restaurante Casamar, con una Estrella Michelin, comandado por Quim Casellas en el pueblo de Llafranc en la Costa Brava, con una Estrella Michelin, comandado por Quim Casellas en el pueblo de Llafranc en la Costa Brava© Casamar

También a Llafranc, como a toda la Costa Brava, se viene a comer de lo lindo. Especialmente en el restaurante Casamar, con una Estrella Michelin, comandado por Quim Casellas y especializado en una cocina con personalidad que da protagonismo a los productos locales. También en Isabella's, en primera línea del mar, que fusiona los sabores mediterráneos con la tradición culinaria italiana. Aquí, por cierto, se puede dormir, puesto que también es un encantador hotel boutique de 26 habitaciones, por las que se cuela el horizonte azul.

Pueblo de Llafranc, en la Costa Brava (Girona), perteneciente al municipio de Palafrugell© oleg_p_100 - stock.adobe.com

ANIMACIÓN ESTIVAL

Sí, en verano Llafranc despierta del letargo para mostrarse abierta y festiva. Animada a menudo con conciertos y danzas tradicionales, es el primer sábado de agosto cuando hay una cita ineludible: la Cantada de Habaneras, un recital en el que se interpreta este género musical de origen cubano, que llegó a Cataluña a través de los comerciantes que regresaban de América. Este evento de tinte melancólico, donde las letras evocan la nostalgia por la tierra, mueve a propios, turistas y gentes de los alrededores.

Tampoco hay que perderse el Mercat Boig, también conocido como Mercado Loco, que se celebra el primer sábado de septiembre en el paseo marítimo de Llafranc. Una explosión de color en puestos de artesanía, antigüedades y objetos de segunda mano, en los que se puede encontrar cualquier cosa y a cualquier precio.

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