Hay vacaciones que se recuerdan por el lugar en el que pasas unos días. Y si este huele a salitre, está rodeado de prados verdes y se asoma al Cantábrico, el recuerdo es aún más intenso. En Asturias, la costa dibuja un paraíso natural donde el mar y la montaña se funden, y pequeños hoteles y casas rurales con encanto ofrecen mucho más que descanso: vistas que no se olvidan. En estos alojamientos desconectarás y vivirás un verano como te mereces.

3 CABOS, VALDÉS
Hay lugares que te reconcilian con el tiempo. Que invitan a parar, a mirar el horizonte y a respirar con calma. El Hotel Rural 3 Cabos (hotelrural3cabos.com), en El Vallín (Valdés), en el occidente asturiano, es uno de ellos. Suspendido entre el verde de los prados y el azul del Cantábrico, este alojamiento de diseño— que cumple 15 años desde que abrió sus puertas– mira de frente a tres de los cabos más espectaculares de Asturias: Vidío, Busto y Peñas, de ahí su nombre.
Ubicado en una finca de 11.000 metros cuadrados, en lo alto de una loma cerca de Luarca, combina el encanto de una antigua casona rehabilitada con una arquitectura moderna abierta al paisaje. Las habitaciones (nueve en total) son acogedoras, luminosas, cada una con personalidad propia y poseen enormes ventanales orientados al Cantábrico. Aquí se viene a leer, a desayunar sin prisa mirando al campo y a probar dormir sobre almohadas de cáscaras de mijo.

El entorno es perfecto para senderistas, amantes del mar y quienes buscan una Asturias más salvaje y serena. Pero si prefieres quedarte, el hotel posee un gran jardín con tumbonas, mesas y sillas y ofrece sesiones de reiki, masajes a demanda y bicicletas para hacer excursiones. Por las noches, puedes cenar en su comedor de uso exclusivo para huéspedes, con productos de temporada de su huerto ecológico y recetas que huelen a tierra y mar.
Lo que puedes hacer en el entorno:
- Asomarte a los acantilados de Busto a la altura del faro.
- Acercarte a la villa de Luarca, la ‘villa blanca de la costa verde’ y pasear por las playas del entorno y el Jardín Botánico de la Fonte Baxa,
- Hacer una excursión a la playa de Barayo.

LAS RIBERAS, OVIÑANA
Muy cerca de Cudillero, a la altura de Oviñana, la punta rocosa del cabo Vidio es un lugar perfecto para contemplar acantilados de 70 metros de altura y los islotes del Paisaje Protegido de la Costa Occidental. A cualquier hora del día y, especialmente, a la hora de ponerse el sol. A pocos pasos están los 8 apartamentos de lujo de Las Riberas, en los que pasar unos días felices en pareja o en familia con todas las comodidades. Disponen de una o dos habitaciones, uno o dos baños, cocina-salón-comedor con grandes ventanales abiertos a la naturaleza, una piscina climatizada que comparten los alojados cuando uno regresa de hacer excursiones por el entorno y un gran prado alrededor para moverse, como las mascotas de los huéspedes, que aquí son bienvenidas.

Lo que puedes hacer en el entorno:
- A 5 minutos a pie, el mirador del cabo Vídio, con un banco en el que sentarte a disfrutar del paisaje, y el paseo que discurre junto a los acantilados y lleva al faro.
- Las playas vírgenes de Vallina y La Cueva, de cantos rodados y arena oscura, poco frecuentadas incluso en verano.
- La Senda Costera Norte que recorre el litoral desde Cudillero hasta Luarca.
- A 15 minutos en coche, el pueblo marinero de Cudillero, con sus casas de colores escalonadas sobre el puerto pesquero que conforman una de las postales de Asturias.

PLEAMAR, PUERTO DE VEGA
Puerto de Vega es un pueblo ejemplar, además del más bonito de Asturias. Así fue elegida esta villa cuya esencia marinera se respira en cada esquina, pero, sobre todo, en el puerto pesquero, con las coloridas barcas flotando en las aguas y en sus acantilados. Mirando al mar, como la capilla de Nuestra Señora de la Atalaya, se encuentra este pequeño hotel con encanto que Milagros, su propietaria, define como “un mar de sensaciones”. Cálidas y elegantes son sus 9 habitaciones, con vistas al Cantábrico, y agradable su jardín y una terraza del hotel ideal para disfrutar de un desayuno casero o contemplar las puestas de sol.
Lo que puedes hacer en el entorno:
- Seguir la senda costera de 21 kilómetros que discurre el tramo del litoral asturiano.
- La preciosa playa de Frejulfe, inmersa en un entorno de pinos y eucaliptos y declarada monumento natural.

EL FARO, UNKEMPT HOUSES, VALDÉS
Suspendido entre prados infinitos, acantilados y el rugido del Cantábrico, este alojamiento es mucho más que un retiro de lujo: es una experiencia estética, íntima y profundamente conectada con un paisaje en verde y azul. Ubicado en una aldea remota de Valdés, se compone de seis apartamentos de diseño nórdico y alma atlántica. Maderas claras, piedra, lino, silencio. Aquí, cada ventana es un mirador; cada habitación, un refugio. Algunas tienen terraza, pero todas están pensadas para detener el tiempo. Al amanecer, una cesta con el desayuno espera en la puerta: pan artesanal, fruta, café recién molido. Y al fondo, siempre el mar.

Pero Unkempt Houses (theunkempthouses.com) no es solo un lugar para dormir, sino una forma de entender el viaje. No hay televisión. No hay bar. No hay recepción tradicional. Lo que hay es diseño impecable, atención al detalle y la sensación de que el mundo se ha quedado fuera. Alrededor, playas salvajes y pueblos marineros, pero si no quieres moverte, basta con quedarte en los jardines, entre árboles y hortensias, viendo cómo cambia la luz sobre el Cantábrico.
Lo que puedes hacer en el entorno:
- Hacer una excursión a la playa de Barayo.
- Probar la cocina local en restaurantes como Sport o el Barómetro de Luarca

LA LLOSA DE FOMBONA, LUANCO
Luanco es una villa marinera preciosa que domina una amplia ensenada, con buenas playas, el antiguo puerto que en el pasado rivalizó con Candás como plaza ballenera, una animación veraniega de terracitas, sidrerías y restaurantes y un casco históirco con una buena colección de edificios notables. En este entorno, imagina despertar rodeado de praderas verdes, con el aroma fresco de los huertos ecológicos y el sonido lejano del Cantábrico batiéndose contra los acantilados. En La Llosa de Fombona (lallosadefombona.com), una casona rural restaurada con mimo en Susacasa, es así, porque cada instante es un respiro, un retorno a lo esencial. Solo tiene 12 habitaciones –algunas con jacuzzi privado–, decoradas en sintonía con las estaciones del año y con una atmósfera íntima y acogedora. Sus anfitriones, Rosa y Esteban, reciben con calidez y cuidada atención, invitándote a disfrutar de un desayuno casero en el salón o en las soleadas terrazas soleadas.
Lo que no te puedes perder:
- El faro de Cabo de Peñas, que acoge un centro de interpretación y los escarpados acantilados a los que se asoma.
- La playa de Verdicio.
- El faro de San Juan de Nieva.