Quienes tienen hijos y estos practican un deporte como el fútbol bien saben que los torneos que juegan los llevan a recorrer distintas localidades de España y, aunque el deporte ocupa gran parte del día, siembre hay tiempo para dedicarlo al turismo y más si una de esas ciudades es tan apetecible como Bilbao.
Eso ha hecho Sara Carbonero, que ha visitado la capital vasca para disfrutar del torneo en el que participa su hijo mayor, Martín Casillas, junto a su equipo, en la categoría de alevín del Real Madrid. “No perder nunca el norte y la magia de las primeras veces”, ha escrito la periodista en su cuesta de Instagram, donde nos ha ido mostrando los lugares por los que ha pasado, sin duda, entre los imprescindibles de la ciudad.
El Guggenheim, por dentro y por fuera
Qué podemos decir de este museo. Imprescindible, no, lo siguiente. No se puede visitar Bilbao sin pasar por él. Todo el mundo lo hace, una parada inevitable en el paseo por la ría (otro de los imprescindibles en la ciudad) como lo ha hecho Sara Carbonero, que se ha fotografiado junto al enorme edificio de titanio y vidrio, con sus características formas curvas, salido de la imaginación de Frank Ghery y que supuso un resurgir para esta ciudad.
Es cierto que casi nadie pasa por Bilbao sin, al menos, verlo, pero más allá de su innegable belleza arquitectónica, no todo el mundo se anima a descubrir su interior –y es un error–. No ha sido el caso de Sara y su pareja, el empresario José Luis Cabrera, que sí se han animado a la visita.
Sus colecciones de arte moderno y contemporáneo –desde la segunda mitad del siglo XX a la actualidad– se extienden en tres plantas y un gran atrio e incluye escultura, pintura e instalaciones que son referentes del arte contemporáneo.
De regreso al exterior, no hay que perderse otras obras situadas a lo largo de su perímetro, algunas muy populares y otras no tanto. Puppy es la primera, un megacachorro de West Highland terrier que debemos al artista norteamericano Jeff Koons y que es el favorito de los niños. Lo que más impacta es su tamaño, pero pocos saben que se trata de la escultura floral más grande del mundo y que hace referencia a un jardín clásico europeo del siglo XVIII. También monumental la obra El gran árbol y el ojo, obra del escultor Anish Kapoor, con 73 esferas reflectantes que reflejan además de crear movimiento. La ruta debe de continuar por Maman, cerca del río, la imponente araña gigante de Louise Bourgeois junto a la que se ha fotografiado Sara Carbonero. Representa el amor y la protección maternal y es probable que Sara se haya sentido reflejada en ella. Y de nuevo una obra de Jeff Koons ha llamado la atención de la presentadora, ha sido Tulipanes (actualmente expuestos en la sala 303), un ramo de flores de colores (más de 2 metros de alto y 5 de ancho) concebidas como globos de colores, de nuevo una obra optimista y llena de color y de tamaño gigantesco, como el famoso perro que da la bienvenida a quienes visitan este excepcional museo.
Esta vez proponemos detenerse en las exposiciones temporales, de las que Sara también ha disfrutado. Hemos podido verla en In situ: Refik Anadol (hasta el 19 de octubre de 2025). Una llamativa instalación audiovisual que combina arte, tecnología, música y performance mientras investiga sobre formas alternativas de percibir y habitar los espacios. No es la única exposición que puede visitarse estos meses en el museo, como Helen Frankenthaler: Pintura sin reglas (hasta finales de septiembre), o para los que van con niños, Aprendiendo a través del arte 2025 (hasta el 21 de septiembre), una exposición que muestra el trabajo realizado por niños y niñas de entre 6 y 12 años como parte del programa educativo del museo, ‘Aprendiendo a través del arte’.
Como parte de la cultura, la gastronomía es esencial en este museo gracias a su excepcional restaurante Nerua (neruaguggenheimbilbao.com), para una cena con estrella en la que el chef Josean Alija ofrece una cocina personal y de raíces. Su carta cambia tres veces al año (primavera, verano y otoño-invierno) para ofrecer una cocina cercana que se adapta a la temporada y a los productos de la huerta, el mar y los proveedores locales.
Las Sirgueras
Si queremos seguir los pasos de Sara Carbonero por la ciudad del Nervión hay que dirigirse al Paseo de Uritarte, a 10 minutos del Guggenheim, donde encontramos el grupo escultórico de Las Sirgueras, inaugurado en mayo de 2021. La obra de la escultora Dora Salazar representa a un grupo de mujeres y nos recuerda el duro trabajo que realizaban a lo largo de la ría remolcando embarcaciones con la única ayuda de una cuerda (o sirga). Un homenaje a estas mujeres y una forma de reivindicar y enaltecer su labor.
Tardes de fútbol en ‘La Catedral’
Así es como los futboleros (y no futboleros) llaman al estadio de ‘Los leones', el Athletic Club, en realidad el estadio de San Mamés, una visita casi obligada si te gusta el fútbol. Porque no solo hablamos del estadio, en su museo se pueden ver más de 1000 objetos históricos desde la fundación del club hasta la actualidad. Indumentarias antiguas (como el primer uniforme que data de 1903), a botas, trofeos… e incluso donde tienen espacio desde el fútbol femenino a la cantera o incluso la afición.
El museo puede visitarse junto con un tour guiado por el campo que permite pisar incluso el terreno de juego. Para rematar la jornada, puedes tomar algo en el bar del interior, con enormes ventanales al terreno de juego y picar algo de manera informal. Si lo que se prefiere es algo más formal y con las mejores vistas está la propuesta culinaria del restaurante San Mames Jatetxea (sanmamesjatetxea.com), el mejor complemento a la visita. De la mano del chef Fernando Canales se disfruta de cocina vasca tradicional protagonizada por un excepcional producto.
Momento de descanso
Para finalizar el día, Sara Carbonero ha elegido el céntrico hotel Carlton (hotelcarlton.es), a 10 minutos caminando del Museo Giggenheim o a 15 del estadio de San Mamés. La vemos sentada junto al redondo ventanal que da a la plaza de Federico Moyúa, uno de los establecimientos más lujosos y emblemáticos de la ciudad. Entre sus lujosas habitaciones podrás encontrar una excepcional: la Suite Imperial, la más grande del norte de España con 250 metros cuadrados y situada en la última planta del hotel. Alojarse en ella es el no va más, pero también son magníficas opciones sus otras habitaciones.