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Friedrichshafen, Alemania, lago Constanza© Sina Ettmer / Alamy Stock Photo

ESCAPADAS DE VERANO

El lago Constanza en 7 paradas esenciales: lo mejor de Alemania, Austria y Suiza

Desde la ciudad que da nombre a este lago enmarcado por los Alpes, trazamos una ruta por sus orillas, compartidas por tres países.


19 de mayo de 2025 - 18:13 CEST

Ciudades pequeñas llenas de encanto, paseos ribereños que invitan a caminar sin prisa, playas, puertos deportivos y museos espectaculares: la costa del lago Constanza está llena de sorpresas. Para una escapada con estilo, es un destino perfecto. Te proponemos comenzar el itinerario en Constanza y seguir la ruta en el sentido de las agujas del reloj. Puedes recorrer parte del trayecto en ferri e, incluso, llevar contigo la bicicleta para pedalear junto al agua si prefieres una opción más activa y al aire libre.

Puerto de Constanza, Baden-Wurttemberg, Alemania© Joana Kruse / Alamy Stock Photo

CONSTANZA (ALEMANIA)

El corazón del Bodensee –su nombre en alemán– y la ciudad más grande que se asoma al lago es, precisamente, la que le da nombre. Fue un lugar próspero en época medieval, y de entonces conserva un valioso casco antiguo, con la bella catedral de Nuestra Señora y numerosos edificios góticos que hoy albergan tiendas y restaurantes. Un lugar de atmósfera relajada para dar un paseo al atardecer por la orilla del lago o acabar el día cenando en uno de sus restaurantes con vistas. Desde el puerto de Constanza, el mayor de este mar interior, parten los barcos que enlazan con el resto de ciudades litorales.

Catedral de St. Maria y San Marcos, isla Reichenau Island, lago Constanza, Baden-Wurttemberg, Alemania© Alamy Stock Photo

ISLA DE REICHENAU (ALEMANIA)

Todo resulta idílico en el lago Constanza, los trenes que recorren la ribera alemana, los caminos para bicis entre viñedos y los bosques que bajan hasta las playas, los pintorescos pueblos rodeados de viñas, residencias fastuosas como la de los Príncipes-Obispos y la isla Reichenau. A 15 o 20 minutos en coche (o en bicicleta, como hacen muchos de sus visitantes), y accesible por un puente, es perfecta para una excursión de medio día desde Constanza. Una isla de 5 kilómetros de largo que fue un importantísimo centro benedictino desde el siglo VIII y está declarada íntegramente Patrimonio de la Humanidad, con tres iglesias románicas únicas cubiertas de frescos. Precioso es también su paisaje rural, con viñedos y huertos de agricultura ecológica, rutas señalizadas, miradores y zonas de descanso junto al lago.
 

Palafitos de Unteruhldingen, lago Constanza, Alemania© Alamy Stock Photo

PALAFITOS DE UNTERUHLDINGEN (ALEMANIA)

Los pfahlbauten, esos poblados prehistóricos construidos sobre estacas clavadas en el fondo de los lagos por los primeros pobladores del Neolítico, tienen en el Museo de los Palafitos de Unteruhldingen uno de sus mejores ejemplos. Aquí se ha reconstruido un conjunto de casas elevadas sobre el agua y conectadas por puentes, rodeadas por una empalizada a la que se accede desde la orilla. Aunque es un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, el lugar tiene cierto aire de parque temático, pensado para que los niños jueguen y disfruten con figuras a tamaño real que recrean la vida cotidiana de sus antiguos habitantes.

Castillo de la isla de Mainau, lago Constanza, Alemania© Alamy Stock Photo

ISLA DE MAINAU (ALEMANIA)

Es el paraíso floral del lago Constanza, a solo 4 kilómetros de la ciudad. Un corto trayecto en autobús permite acercarse para disfrutar de sus espectaculares exposiciones florales temáticas: tulipanes en primavera, rosas en verano, dalias en otoño —más de 20.000 dalias de 240 variedades distintas—, alfombras florales y esculturas vivas hechas con plantas. En sus 45 hectáreas también acoge la encantadora Casa de las Mariposas, por la que pasear entre especies exóticas y pequeños estanques; un invernadero de palmeras con más de 30 especies; un castillo, joya del barroco alemán que acoge muestras temporales, y la anexa iglesia de Santa María. Gracias a la protección natural de los Alpes, la isla goza de un microclima privilegiado que la convierte en un lugar excepcional para disfrutar de la naturaleza.

Museo Dornier, Friedrichshafen, Alemania, lago Constanza© Werner Dieterich / Alamy Stock Photo

FRIEDRICHSHAFEN (ALEMANIA)

Siguiendo la orilla norte, tras unos 40–50 minutos en coche (lo mismo en ferri) se alcanza esta ciudad famosa por ser la sede del museo Zeppelin, dedicado a la memoria del creador de los grandes dirigibles rígidos de principios del siglo pasado. Si en el museo se reproducen espacios interiores del Hindenburg, el dirigible más grande de la historia, que asombró al mundo con sus vuelos transatlánticos; desde el aeropuerto, parten vuelos en un pequeño, moderno y seguro zepelín para experimentar la sensación de volar a 70 kilómetros por hora. El complemento perfecto es el vecino Museo Dornier, que atesora la evolución de la aviación, desde los pioneros a la era espacial, a través de una empresa de vanguardia tecnológica.

 

"Der Freischütz", ópera de Carl Maria von Weber, festival Bregenz, Austria, lago Constanza© Getty Images

BREGENZ (AUSTRIA)

Otra hermosa y elegante ciudad asomada al lago, esta vez en la parte austriaca, es Bregenz, con un encantador casco antiguo medieval, situado en lo alto, con callejuelas empedradas, casas burguesas y la iglesia barroca de San Gallus. Desde Friedrichshafen se llega en unos 35 o 40 minutos hacia el este. Ciudad de arte y cultura, es conocida por su famoso festival de ópera, que se celebra cada verano en un espectacular escenario flotante sobre el lago. Para disfrutar de otro tipo de arte, merece una visita el excelente museo KUB, diseñado por Peter Zumthor. Y para obtener las mejores vistas del lago y los Alpes, nada como tomar el teleférico hasta el Pfänder, la montaña que domina la ciudad.

Kornhaus, antiguo granero portuario de Rorschach, Suiza, lago Constanza© Alamy Stock Photo

ROSCHCHAH (SUIZA)

A solo 20 minutos de Bregenz, esta pequeña y encantadora ciudad suiza es una parada tranquila en la orilla del lago Constanza. Su gran emblema es el Kornhaus, un antiguo granero portuario del siglo XVIII que hoy alberga exposiciones culturales y está considerado uno de los edificios barrocos más bellos de Suiza. Muy cerca se encuentra el muelle, perfecto para pasear, contemplar la llegada de los barcos o simplemente disfrutar de las vistas del lago y las montañas. Si el Museo de Historia de Rorschach descubre el pasado comercial y lacustre de la ciudad; la abadía de Mariaberg es su cara más espiritual. Rorschach es también famosa por su histórico baño de mar en el lago, una construcción de madera sobre pilotes con más de cien años de historia, donde locales y visitantes se bañan, toman el sol y disfrutan de un ambiente nostálgico.

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