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Puente y castillo de Molina de Aragón, Guadalajara© Marcos Veiga / Alamy Stock Photo

GUADALAJARA

Molina de Aragón: un nuevo Parador, 7 iglesias y una de las fortalezas más imponentes de España

A las puertas del Alto Tajo, esta joya medieval de Guadalajara suma más razones para visitarla sin prisas.


14 de mayo de 2025 - 16:45 CEST

Molina de Aragón es uno de los pueblos más bonitos de Guadalajara y siempre fue una escapada interesante, con un espectacular castillo medieval que domina toda la villa, un casco histórico bien conservado adornado de palacios, monasterios, puentes y calles empedradas que invitan al paseo tranquilo y, además, es la puerta de entrada a un espacio de naturaleza extraordinario: el Parque Natural del Alto Tajo, que se extiende entre las provincias de Guadalajara y Cuenca. A todos estos ingredientes se suma ahora una razón más: el nuevo Parador que se acaba de inaugurar, orientado a su histórica fortaleza amurallada del siglo XII.

Parador de Molina de Aragón, Guadalajara
El Parador es un establecimiento del siglo XXI que mira a la Edad Media.

Las vistas son el fuerte de este espectacular edificio de nueva planta concebido hace casi dos décadas. De ellas disfrutan sus 24 elegantes habitaciones y 2 suites equipadas con todo tipo de lujos y comodidades para pasar una estancia inolvidable. Pero también sorprende por su diseño vanguardista, que fusiona la arquitectura contemporánea con el paisaje circundante. Un establecimiento del siglo XXI que mira a la Edad Media.

Entre sus instalaciones, los huéspedes pueden disfrutar de amplios espacios comunes en los que prima el diseño y el cromatismo: salones, cafetería, una gran terraza y el restaurante, que busca ser todo un referente de la cocina alcarreña. En su carta de platos autóctonos encontramos: migas del pastor al aroma de lavanda, ensalada de trucha ahumada, morteruelo, cabrito asado y, de postre, las famosas patas de vaca.

Fortaleza de Molina de Aragon, Guadalajara © Alamy Stock Photo
Tres recintos tiene la fortaleza de Molina de Aragón..

Después de descubrir la cara más moderna de Molina de Aragón, espera la villa medieval amurallada, por la que discurre la ruta de los Caminos del Cid. En tiempos pasados, la localidad era la capital del Señorío de Molina, esa tierra de frontera entre los reinos de Castilla y Aragón, y como tal, tenía –y tiene– el más grande e imponente de los castillos de la zona. Antaño, desde aquí se vigilaban los caminos, hoy se disfruta de la vista de uno de los conjuntos fortificados más grandes de España, que se eleva por encima de los tejados de la villa.

Los barrios de la judería y la morería nos transportan a épocas pasadas, cuando Molina de Aragón era un crisol de culturas

Lleva un tiempo trepar por la alcazaba medieval, recostada en la ladera, y otro rato largo, recorrer después sus tres recintos fortificados, sus numerosas torres, caminar por el paseo de ronda y subir hasta la torre de Aragón, cerca del castillo, que acoge un centro de interpretación sobre el monumento. En él hay paneles con curiosidades, fotografías aéreas, planos antiguos y documentos históricos, como la donación en 1468 de Enrique IV de la Villa de Molina y su Tierra a la princesa Isabel (Isabel la Católica), o una carta del ayuntamiento de Molina dirigida a la reina Isabel II, en la que se pedía que no derribara el castillo que había sido un reducto carlista. También se recoge información sobre los trabajos arqueológicos y de rehabilitación de todo el complejo.

Río Gallo, Molina de Aragón, Guadalajara© Alamy Stock Photo
Río Gallo.

Desde el vasto recinto amurallado se abarca toda la villa. Pero, una vez contemplada, hay que bajar y admirar sus palacetes renacentistas y barrocos; entrar en sus 7 iglesias —sobre todo, la románica de Santa Clara, del siglo XII, San Gil y San Martín—; cruzar la plaza de España; visitar el Museo Comarcal, ubicado en el antiguo convento de San Francisco; y después pasear por sus viejos barrios de la judería y la morería, que parecen salidos de otra época. Todo antes de ir a parar al Puente Viejo sobre el río Gallo, que cruza de norte a sur Molina de Aragón, para admirar —ahora sí, desde abajo— el castillo-alcázar y su muralla exterior, El Cinto, que durante la Edad Media protegía la ciudad.

UN PLAN DE NATURALEZA EN EL ENTORNO

Y de un castillo a otro cercano, no tan monumental, pero sí, de lo más televisivo, el de Zafra, que podrás ver en un paraje apartado del pequeño pueblo de Campillo de Dueñas, y que muchos han descubierto en pantalla, pues aquí se rodaron algunas escenas de Juego de Tronos.

Santuario de la Virgen de la Hoz, Ventosa, Corduente, Guadalajara, Alto Tajo© Alamy Stock Photo
Barranco de la Hoz y el santuario de la Virgen de la Hoz.

Cuando cruces la puerta de Molina y te adentres en el Parque Natural del Alto Tajo descubrirás un singular paisaje de cañones y hoces fluviales y formaciones de rocas calizas y areniscas rojas. Si el mirador de Zaorejas es el más espectacular para contemplar este privilegiado entorno, entre las excursiones que no hay que perderse están la laguna de Taravilla, el puente de San Pedro, el barranco de la Hoz y los entornos de pueblos gancheros como Peralejos de las Truchas o Poveda de la Sierra, donde podrás ver su cascada o descender en piragua por las aguas del Tajo. 

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