El Día del Libro es mucho más que una fecha en el calendario para los amantes de la lectura. También es una invitación a reencontrarnos con historias y protagonistas que nos han marcado y viajar a sus orígenes. En todos estos destinos, las letras se sienten en el aire, los paisajes dialogan con los libros y las calles y paseos nos ponen en contacto con la literatura.

ALCALÁ DE HENARES, ESCENARIO DEL PREMIO CERVANTES
Cada 23 de abril, el Paraninfo de la Universidad de Alcalá se convierte en escenario de la entrega del Premio Cervantes, el máximo reconocimiento de la Lengua Castellana, que este año recibe el escritor Álvaro Pombo. No hay destino más literario que la ciudad donde están los orígenes del autor de El Quijote –y en la que vivió y fue profesor el papa Francisco– para celebrar el Día del Libro. En la misma calle Mayor se levanta la casa familiar del escritor, convertida en un museo que reúne ediciones de su obra más famosa en diversos idiomas. Delante de esta, Don Quijote y Sancho Panza, sentados en un banco de piedra, invitan a entrar en ella. La plaza principal de Alcalá también está dedicada a su ilustre hijo, y en la capilla del Oidor –los restos de la antigua parroquia de Santa María– recibió las aguas bautismales, convertida hoy en centro de interpretación. Estos días, en honor a su ilustre hijo también organiza la Semana Cervantina, con representaciones teatrales, exposiciones, lecturas públicas, mercado temático...

SALAMANCA, LA CIUDAD DE LA CELESTINA
Son 8 siglos los que lleva Salamanca acumulando cultura entre sus venerables piedras doradas y no podía faltar entre los destinos para amantes de los libros. Bien los saben los 45.000 estudiantes que cursan sus estudios en la Universidad de Salamanca y en la Universidad Pontificia. Dos lugares que no puedes perderte: la biblioteca universitaria más antigua de Europa, llena de primeras ediciones de clásicos, y el romántico Jardín de Calixto y Melibea, que se cree que es el lugar en el que Fernando de Rojas ubicó el encuentro entre los protagonistas de La Celestina y escenario del trágico desenlace de la novela. A la entrada del huerto verás una estatua que representa a la alcahueta más famosa de la literatura española.

TORIJA, EL VIAJE A LA ALCARRIA COMIENZA AQUÍ
Los libros animan a viajar e incluso inspiran museos, como ocurre en Torija, cuyo castillo está dedicado a Viaje a la Alcarria. En él se evoca el recorrido que hizo Camilo José Cela por la comarca hace casi 80 años, donde se muestran ediciones especiales de la obra, fotografías de aquellos paisajes y personajes que recogió en su obra, y objetos tradicionales de la época. Lo más curioso es que uno de los promotores del museo, el pintor Jesús Campoamor, vive en el pueblo y pasa por allí de vez en cuando para contar recuerdos y anécdotas de su amigo Cela. Después de visitar el Centro de Interpretación de la Provincia, que también se encuentra en el castillo, hay que seguir los pasos del Premio Nobel por la comarca, “un lugar al que la gente no le da la gana venir” descubriendo joyas como Brihuega, Cifuentes, Trillo, el monasterio de Santa María de Monsalud o Zorita de los Canes.

LOS PUEBLOS DE NOVELA DE DON QUIJOTE
Y viajamos “allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes”. El lugar al que se refiere Don Quijote es Campo de Criptana, el pueblo de Ciudad Real donde siguen en pie algunos de aquellos molinos ‘gigantes’ que conservan la estructura y el mecanismo originales, junto a otros que se levantaron posteriores. La ruta por el paisaje manchego que inspiró a Miguel de Cervantes continúa por otros dos pueblos de novela: Consuegra, donde el caballero se enzarzó en una batalla con otros de estos gigantes, y El Toboso, en el que visitar la Casa-Museo de Dulcinea y el Museo Cervantino.
SAN MILLÁN DE LA COGOLLA, EN LA CUNA DEL CASTELLANO

En la Edad Media, los monasterios medievales eran auténticos centros del saber. Y dos de los mejores testimonios son los de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. Si el de Yuso destaca por su biblioteca, que guarda una impresionante colección de códices, manuscritos, cantorales y libros antiguos; en el de Suso, a un paseo de 15 minutos a pie, se hallaron las Glosas Emilianenses, el primer documento manuscrito en castellano. La Unesco los ha incluido en su lista del Patrimonio de la Humanidad.

URUEÑA, LA VILLA DEL LIBRO
Otra parada ineludible para viajeros apasionados de los libros es Urueña, un pequeño pueblo de Valladolid con poco más de 200 habitantes... y media docena de librerías fabulosas. Por algo la nombraron en 2007 Villa del Libro, como Hay-on-wye, en Gales, o Montolieu, en Francia. Pero Urueña alberga también varios museos temáticos y centros culturales, como el Centro e-LEA Miguel Delibes y la Fundación Joaquín Díaz, una espectacular muralla que rodea la ciudad y el impresionante castillo de Doña Urraca, levantado en el siglo XII y que ha inspirado, cómo no, muchas novelas y romances.

TUDANCA, LA INSPIRACIÓN DE PEREDA
Al valle de Nansa tienes que viajar para descubrir otro de los destinos para celebrar el Día del Libro, es el pequeño pueblo de Cantabria en el que se inspiró José María de Pereda para escribir su novela Peñas arriba. Caminando por las calles en cuesta de este conjunto histórico de bella arquitectura se descubre la casona de José María de Cossío, por la que pasaron Lorca, Alberti o Unamuno. El edificio que fue levantado por un indiano y en el que el académico pasaba sus veranos es un museo que relata la vida montañesa y conserva la extraordinaria biblioteca reunida por el erudito.

EL VALLE DE BAZTÁN Y LA TRILOGÍA DE DOLORES REDONDO
Dolores Redondo tenía una historia que contar y quería crear en torno a ella una trilogía policíaca. Solo faltaba un escenario para ambientarla y encontró en Elizondo y el valle del Baztán el lugar perfecto. Así nacieron El guardián invisible, El legado de los huesos y, por último, Ofrenda a la tormenta, convertidas en éxito de ventas mundial y en película. El entorno invita a seguir los pasos a Amaia Salazar, la protagonista, por este paisaje verde del norte de Navarra con pequeños caseríos, bosques fragosos y prados donde pastan pequeños rebaños de ovejas latxas. El mirador de Ziga, el Señorío de Bértiz, las cuevas de Urdax, las de Zugarramurdi, la cascada de Xorroxin, el molino de Zubieta y Donamaría son algunas de las paradas de la ruta. En el mismo entorno está ambientada Las que no duermen. Nash, su última novela.

SIGUIENDO A LORCA POR GRANADA
Partiendo de Fuente Vaqueros, el lugar en el que nació Federico García Lorca se inicia la ruta por Granada siguiendo al autor de La Casa de Bernarda Alba. Un itinerario en el que irás descubriendo paisajes y monumentos, campos soleados, miradores y jardines enaltecidos con los mejores versos (universolorca.com). Su casa natal, su Casa-Museo de Valderrubio, la casa de Frasquita Alba, la Huerta de San Vicente –donde la familia pasaba todos los veranos–, el Centro Lorca –en la plaza de la Romanilla–, el paseo que sube hasta la plaza de San Nicolás y la Alhambra son algunos de los hitos de la ruta.

TRAS LOS PASOS DE MACHADO POR BAEZA
Una estatua de Antonio Machado en la calle San Pablo recuerda que el camino del poeta tuvo un alto en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, la 'pequeña Roma' de Andalucía, entre los años 1912 y 1919, época en la que dio clases de francés en el que hoy es Instituto de Educación Secundaria Santísima Trinidad. En la misma plaza de Santa María está el Palacio de Jabalquinto, sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía, y, a pocos pasos, la catedral, lugares que inspirarían al poeta andaluz para escribir su poema Apuntes. Su huella en esta joya renacentista que es Baeza se hace presente también en la casa en la que vivió y, especialmente, en el paseo que rodea las antiguas murallas medievales, dedicado a él y que ofrece una de las vistas más bellas del valle del Guadalquivir, con las cumbres de Sierra Mágica a lo lejos.