Turismo de voluntariado y Generación Z: un binomio inseparable 

Proveer de pozos de agua potable a aldeas de Tanzania, dar clases en escuelas de Nepal, atender necesidades médicas de manera altruista en Bolivia… Así son las vacaciones solidarias por las que apuestan, cada vez más, los jóvenes de todo el mundo. 

Por CRISTINA FERNÁNDEZ

El turismo de voluntariado es aquel que implica que los viajeros participen de modo altruista de las actividades de una comunidad, a la vez que exploran y descubren un nuevo destino. En la mayoría de las ocasiones, se apuesta por viajar a países en desarrollo para aprovechar y echar un mano a través de tareas de lo más diversas, ya sean de índole educativa, sanitaria o relacionadas con animales, agricultura, cultura o recuperación de edificios. Y esto es algo que ha existido siempre.  

Sin embargo, es cierto, y así lo dejan claro numerosos estudios –como el llevado a cabo por Booking en 2019, o el desarrollado por Young People Omnibus de Pisos MORI en 2018–, que las nuevas generaciones, especialmente los nacidos entre 1994 y 2010 –bautizados como Generación Z– optan en mayor número por este tipo de activismo social. En otras palabras, el estudio de Booking.com aseguraba que «la Generación Z quiere hacer algo por la sociedad, de ahí que sea una generación que muestra más interés en hacer voluntariado mientras viaja: un 41% frente a un 31% de media global».  

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Y es que son muchos los adolescentes y jóvenes que, movidos por una conciencia social, les lleva a cuidar del prójimo, a tratar de paliar en la medida de sus posibilidades las carencias de las que puedan sufrir determinadas comunidades a lo largo y ancho del mundo y reservan sus días de descanso para contribuir y ayudar en ellas. Vacaciones cuyos periodos suelen oscilar entre las dos semanas y varios meses, dependiendo de cuánto tiempo dispongan para ello.  

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Un tipo de turismo que ha ganado en popularidad en las últimas décadas, ya que esa misma juventud ávida de experiencias logra así conectar con las comunidades locales, aprende sobre nuevas culturas, desarrolla sus habilidades y experiencias y contribuye a un cambio positivo. Viajan de manera responsable y lo hacen, además, dejando patente que forman parte de una generación comprometida con la sostenibilidad y la justicia social.  

VOLUNTARIADO INTERNACIONAL VS VACACIONES SOLIDARIAS 

¿Sabías que este tipo de turismo tiene sus variantes? En otras palabras: no es lo mismo el voluntariado internacional que las vacaciones solidarias. Al menos, así lo defienden desde OXFAM Intermón, donde definen las diferencias entre ambos conceptos, aunque coincidan en muchos detalles. ¿Y en qué consisten ambas? 

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Para empezar, el voluntariado internacional es el que lleva a los jóvenes a trabajar voluntariamente sobre el terreno sin recibir ningún tipo de compensación económica a cambio. Normalmente forman parte de un equipo humano o de un proyecto concreto dedicado a brindar ayuda ante una situación de emergencia humanitaria o de lucha contra la pobreza, colaborando en la protección del medio ambiente, en el desarrollo sostenible de una comunidad o en la formación sobre la desigualdad de género y la manera en cómo detenerla. Este tipo de viajes los lleva a convivir con los habitantes locales y a compartir sus costumbres, llegando a formar parte de esa pequeña sociedad durante un tiempo determinado e intentando promover el cambio desde dentro.  

Para este tipo de voluntariado suele requerirse algún tipo de formación específica, ya sea en enfermería, medicina, magisterio o ingeniería. Si hacen falta médicos porque se va a abrir un nuevo hospital en una aldea del desierto de Etiopía, requerirán de voluntarios con conocimientos en la materia. Si lo que se va a inaugurar es una escuela en el sur de Madagascar, ídem. O si lo que hace falta es construir un pozo para abastecer de agua a una pequeña comunidad de Ecuador, será necesario ayuda por parte de un ingeniero.  

Los viajes de voluntariado, sin embargo, se acercan más al concepto de turismo solidario y responsable, una opción de la que se puede formar parte de múltiples maneras: desde apostando por contratar los servicios de empresas locales del destino al que se viaja, a comer en restaurantes regentados también por locales o contratando sus servicios como guía. El dinero invertido irá para la mejora y el desarrollo local.  

Este tipo de viaje suele ir de la mano con visitas a proyectos de cooperación y desarrollo ubicados en el terreno en los que se puede participar y conocer, de paso, la realidad social, cultural, económica y política de la comunidad. Este tipo de viajes suelen incluir a un guía local o coordinador que hará de intermediario y suelen organizarse en épocas de vacaciones como verano o Navidad.  

Abarcan proyectos tan dispares como el participar como voluntario, junto a biólogos especialistas, en tareas dirigidas a la conservación de las tortugas marinas que habitan el litoral de Costa Rica o colaborar con las tareas propias de organización de un orfanato en Tanzania, ya sea en la distribución de alimentos, en la cocina, en la jardinería o con el trabajo administrativo.   

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CÓMO ENCONTRAR EL PROYECTO IDEAL 

Por suerte, existen infinitas páginas y empresas que informan sobre todo tipo de opciones para que todos aquellos interesados en hacer turismo de voluntariado sepan y puedan encontrar el proyecto que más encaje con sus inquietudes y necesidades. ¿Por ejemplo? AIESEC (aiesec.org) es la organización global liderada por jóvenes más grande del mundo y se halla enfocada a tres ramas diferentes de trabajo que permiten conectar a jóvenes de diferentes partes del planeta con distintos objetivos.  

Una de las partes del proyecto es Global Volunteer, que participa y promueve acciones en más de 60 países y en colaboración con más de 10.000 ONG en todo el mundo para voluntarios que busquen conocer nuevas culturas, desarrollarse a sí mismos y, sobre todo, crear un impacto positivo en el destino elegido. Todos los proyectos en los que participan, por cierto, se hallan vinculados a alguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que propone la ONU.  

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Blua (bluavoluntariado.org) es el proyecto de Mint57, una agencia de viajes española que aboga por un tipo de turismo más consciente, que busque reducir la huella ecológica respetando el entorno natural y cultural que nos rodea. A partir de sus viajes a los lugares más remotos del planeta fueron conscientes de la necesidad de fundar una propuesta distinta y paralela más enfocada al turismo de voluntariado. ¿Y qué es exactamente BLUA? Pues una plataforma que se halla en contacto con numerosas organizaciones y voluntarios tanto de España como del extranjero y que promueve el trabajo de selección de proyectos, su definición y la realización de talleres formativos, así como la difusión de los viajes de voluntariado.   

Hacer turismo de voluntariado a través de ellos es muy sencillo, tan solo hay que elegir el destino y el ámbito en el que se quiere trabajar, siempre con la mente puesta en conocer de cerca la realidad de esas ONG que operan en el terreno y que trabajan por el medio ambiente en las comunidades locales, y dar el paso. La causa que más les mueve es la conservación de la apabullante biodiversidad y riqueza cultural del planeta. Sus propuestas abarcan opciones tan variadas como el voluntariado en un centro de fauna salvaje en Australia, en una eco-granja situada en una reserva privada en Colombia para trabajar en el cuidado del medio ambiente y la educación ambiental, o el rescate de perros callejeros en Nepal.  

Cooperatour (cooperatour.org), por su parte, es una entidad sin ánimo de lucro especializada en la organización de programas de turismo solidario y en voluntariado internacional que colabora con proyectos de enseñanza y educación, de empoderamiento de la mujer, de inmersión social y de medio ambiente y animales en países de Asia, África y América.  

Con 15 años a sus espaldas de trabajo en este terreno, y más de 3000 voluntarios a los que han asesorado y asignado proyectos de toda índole, preparan estancias de corta duración con las que pretenden aproximar a los voluntarios a proyectos de cooperación a lo largo y ancho del mundo. Trabajar de manera solidaria en un centro de acogida de niños en Ghana, en un programa de desarrollo para niños huérfanos en Guatemala o colaborar con un centro de apoyo a las mujeres en Jaipur, India, son algunos de los programas con los que trabajan mano a mano.