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Desde la ermita de San Telmo, al borde del mar, se tiene la mejor panorámica de la playa de Itzurun y del litoral único en el que se ubica, pues en los imponentes acantilados que envuelven este arenal rico en yodo –y continúan hasta Deva– se esconde un singular tesoro natural. Es la historia geológica que durante millones de años ha ido escribiendo en los sucesivos estratos rocosos la acción continua del mar. A esta formación con aspecto de hojaldre se la conoce con el nombre de flysch
Un breve paseo conduce desde el puerto de Zumaia, en el mismo casco urbano, hasta los bellos acantilados que protegen esta playa de fina arena dorada de apenas 270 metros de longitud. Uno puede sentarse tranquilamente en la arena y dejarse envolver por el entorno o practicar alguno de los diversos deportes acuáticos que favorece su fuerte oleaje, especialmente el surf, con olas derechas e izquierdas que varían en función de las mareas. En la zona oeste de la playa los fondos son de arena y roca y en marea alta, se forman en ella excelentes rampas para los bodyboarders.
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A pie de playa hay un bar donde ofrecen comidas en época estival y, a escasos metros, un centro de talasoterapia con impresionantes vistas. Pero antes conviene descubrir los acantilados más próximos a Zumaia, y para ello se puede seguir, mejor en marea baja, la ruta geológica que asciende a Talaimendi y recorre toda la costa hasta la punta de Algorri. Son 4 kilómetros (1 hora de camino) observando la extensa rasa mareal que el mar deja aquí al descubierto.
En Algorri, entre el conjunto de estratos se encuentra una capa de 65 millones de años de edad que contiene partículas pertenecientes a un meteorito que impactó con la Tierra. Para conocer más sobre este medio y su interesante geología se puede acudir a las visitas guiadas que regularmente organiza la oficina de turismo de Zumaia. Más larga (15 kilómetros), y también muy popular, es la excursión que discurre entre Deba y Zumaia. Y más aún el tramo del Camino de Santiago, que pasa por aquí.
Lugar de descanso de peregrinos que siguen el itinerario jacobeo es la otra playa de Zumaia, la de Santiago, donde vierte sus aguas el río Urola y las dunas han formado un ecosistema especial. Muy próximo está Z Espacio Cultural, creado por Ignacio Zuloaga sobre las ruinas de una ermita y una hospedería y completó el conjunto con un edificio anexo que utilizó como estudio-taller. En él se ven obras de Goya, Rodin, Picasso, Miró o Tàpies, además de muchas otras obras del pintor vasco.
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EN EL ENTORNO
LA RUTA DEL FLYSH
Desde el mirador de Baratzazarrak en la localidad de Elgorriaga se contemplan los acantilados más imponentes de la ruta. Si se continúa el recorrido, se encuentra la espectacular Sakoneta –paraíso de los surfistas–, donde los acantilados retan al Cantábrico y el flysch se muestra en todo su esplendor, con la mayor rasa mareal de este espacio protegido como Geoparque de la Costa Vasca que se extiende a lo largo de 13 kilómetros. Más adelante, a la altura de la playa de Saturrarán se ven las capas más antiguas del flysh, formadas hace más de 100 millones de años
MUSEO BALENCIAGA
Al gran arquitecto de la alta costura que fue firme defensor de la línea recta y tuvo como fieles seguidoras a la misma reina Victoria Eugenia dedica Getaria un gran museo, hijo ilustre de la villa. Se trata de una vanguardista construcción de cristal anexa al Palacio Aldamar, antigua residencia de los abuelos de la reina Fabiola de Bélgica. Su colección permanente está formada por 1200 trajes y complementos originales, la mayor colección de creaciones del modisto en el mundo, también la de mayor relevancia.
GETARIA
Además de su museo, muchos atractivos que tiene esta villa marinera, empezando por su puerto pesquero y continuando por las casas medievales de la calle de San Roque y el rincón que componen la iglesia gótica de San Salvador, la vieja torre de los Zarautz y Olaso y el pasadizo de Cataprona. También el monumento al marino Juan Sebastián Elcano, que nació en ella. Y, por supuesto, las playas de Malkorbe y Gaztetape y el paseo costero al pie de los acantilados. Si hablamos de gastronomía, el pescado recién capturado que se degusta en los restaurantes Elkano y Kaia-Kaipe del puerto tiene merecida fama.
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ZARAUTZ
Olas de hasta 10 metros rompen en la playa de Zarautz, la más larga del litoral guipuzcoano, con 2 kilómetros de longitud y meca vasca del surf. Por ello, esta localidad vive volcada en este deporte, con hasta 7 escuelas para aprender o perfecionar el manejo de la tabla. Ningún embajador mejor de su tierra que Karlos Arguiñano, donde sus hijos siguen regentando el hotel-restaurante KA que el televisivo cocinero puso en marcha. Con su terraza, frente al mar, es un lugar privilegiado para disfrutar a la vez de la gastronomía y de la playa. Y atractiva, la carretera costera que une Zarautz con Getaria.
PARQUE NATURAL DE PAGOETA
A 20 minutos hacia el interior, este espacio protegido se empieza a descubrir en el caserío Iturraran, uno de los más antiguos de Guipúzcoa, pues acoge el centro de interpretación del parque. En él ofrecen información de todos sus recorridos y actividades, desde la visita a una colmena a su jardín botánico, con una de las muestras de coníferas más completas del mundo, o la ferrería de Agorregi, que hoy todavía se puede ver en funcionamiento. Los que quieran ver pueblos bonitos está Aia y los que quieran andar, la subida a la Cruz de Pagoeta como meta.
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