A 40 minutos de Lisboa, Cascais siempre ha sido un destino con glamour. Antiguamente, este tramo de la riviera portuguesa era deseado por los aristócratas para sus vacaciones estivales. Hoy, a esta ciudad cosmopolita se llega, por supuesto, también en busca de sus playas, cuyas olas hacen las delicias de los surfistas, pero además a disfrutar de su arquitectura contemporánea y de los sabores de su gastronomía. En un lugar privilegiado de esta villa de casas centenarias, sobre un acantilado, se levanta el Farol Hotel, un entorno espectacular para una boda íntima e inolvidable.
Sí, las parejas valoran la ubicación de este hotel-boutique, como la armoniosa y ecléctica fusión de una mansión restaurada del siglo XIX y un sofisticado y exclusivo hotel de diseño que atrae por fuera y por dentro. Gustan sus originales y acogedoras habitaciones –una treintena–, con piezas exclusivas de mobiliario y obras de arte contemporáneo de prestigiosos diseñadores portugueses e internacionales. Y, especialmente, sus diferentes rincones para la ceremonia, el cóctel de bienvenida y la fiesta de un memorable día.
Con el asesoramiento de un equipo de eventos que ayuda a organizar todos los detalles, los novios tienen a su disposición en el capítulo gastronómico un brunch (56 €) y 2 menús (150-160 €), con una selección de entradas, pescados, carnes y postres, entre los que se pueden encontrar platos como crema tibia de sopa de langostinos rojos con mango a la parrilla y limón, bacalao confitado con costra de camarón o un solomillo de cordero con espárragos blancos, quinoa y semillas de calabaza.
El hotel también cuenta con menús para niños (35 y 45 €). Como servicios adicionales, buffet de postres y quesos (22 € por persona) y barra libre de bebidas (dos opciones: 22 y 42 €). Previamente, la pareja puede hacer una degustación gratuita del menú.
Y para un día tan emocionante, el privilegio de disfrutar de otro momento mágico, como es contemplar el atardecer con unas vistas deslumbrantes desde los jardines o desde la piscina. Un romántico instante que se disfruta con todos los seres queridos y en un escenario único.