La Princesa vive en Florida desde 2018

Magdalena de Suecia mantiene un encuentro con el alcalde de Miami por la infancia

Participó en un acto de la fundación infantil de la reina Silvia en el Ayuntamiento de la ciudad

Por Beatriz Castrillo

La princesa Magdalena de Suecia ha aparecido en público. Pero no lo ha hecho en su país natal, sino en Estados Unidos, donde reside desde hace ya algunos años con su marido Chris O’Neill y sus tres hijos Leonore, de 7 años;  Nicolas, de 6,  y Adrienne, de 3 años. La hija menor de los reyes Carlos Gustavo y Silvia ha participado en una reunión con el alcalde de Miami, ciudad en la que vive con su familia, para un acto de la división estadounidense de Childhood, la fundación que creó su madre hace más de veinte años para garantizar que todos los niños tengan una infancia segura, llena de amor y libre de violencia, explotacion y abuso sexual. En norteamérica está entidad ha ayudado a más de 90.000 niños a través de iniciativas, proyectos e innovadoras ideas. La reunión de la Princesa con Francis Suarez se ha producido en el Ayuntamiento de la ciudad y lo ha hecho en calidad de miembro de la junta directiva de Childhood Suecia ya que es miembro honorario de la junta directiva de la entidad en Estados Unidos.

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 Vestida con un pantalón beige y chaqueta al tono, la Princesa posó para la foto de familia con Suarez y con Nicole G. Epps, directora ejecutiva de ChildHood USA. "Emocionados de reunirnos con el alcalde Francis Suarez", ha escrito la entidad junto a las imágenes. Magdalena de Suecia se siente muy involucrada en su lucha por el bienestar de todos los niños y aunque ya no vive en el país escandinavo sigue desde el continente americano aportando su granito de arena. A su vez, el alcalde de Miami ha compartido el encuentro mantenido con la Princesa y ha asegurado que "garantizar la segunidad de nuestros hijos es primordial y mi puerta siempre estará abierta para la princesa Magdalena".

En 2016, Madeleine escribió una publicación para TIME titulada "Por qué estoy haciendo campaña para acabar con el abuso sexual infantil". En el artículo explicaba que "en 1999, mi madre decidió usar su voz para hablar sobre los derechos de los niños y fundó la Fundación Mundial para la Infancia, que desde entonces ha financiado más de 1000 proyectos en 20 países. Siempre he admirado el coraje de mi madre y su objetivo de continuar su trabajo en la lucha contra el abuso sexual infantil" Continuaba relatando que ahora que se había convertido en madre, en ese instante de Leonor y Nicolas, estaba aún "más decidida a ayudar a crear un mundo libre de abuso sexual para todos los niños en nuestra vida", afirmaba.

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Fue precisamente el pasado 23 de diciembre cuando la Reina Silvia, en el día de su 78 cumpleaños, anunció que había ofrecido a su hija el título de vicepresidenta honoraria de la Fundación Mundial de la Infancia, un cargo que ella aceptó al instante. "Esto significa que la princesa Magdalena trabajará codo con codo con la Reina en asuntos relacionados con la Infancia, que es parte de la visión que la organización ha establecido para su desarrollo a largo plazo hasta el año 2030", explicó la Casa Real. Magdalena ya había trabajado con la citada organización durante años y es miembro del consejo de la fundación en Suecia y miembro honorario de la delegación estadounidense de la misma. La Princesa colabora en diversas iniciativas que ha puesto en marcha la fundación en Estados Unidos, entre las que se enmarca este encuentro con el alcalde de Miami.

 La última vez que se vio a la hermana de Victoria de Suecia en la tierra que la vio nacer fue la pasada Navidad donde junto a su marido y a sus tres hijos participó en la bonita tradición de recibir los abetos que adornan Palacio durante las fechas más entrañables del año y donde vimos la curiosidad y la espontaneidad de los tres pequeños. La Princesa demostró, una vez más, que es una de las royals más bellas del mundo y que sigue siendo un icono de estilo, para una cita tan especial eligió una falda con estampado de cuadros escoceses con la que volvió a destacar por su elegancia.