Han sido tres días repletos de actos y encuentros en algunos de los cuales la princesa Victoria de Suecia ha vuelto a mostrar su lado más humano. Junto con su marido, el príncipe Daniel, ha hecho su primera visita oficial a Corea del Sur, un periplo que ha estado marcado además por el carácter empresarial y cultural.
La visita arrancó el pasado día 23 en la provincia de Panmunjom, en la frontera entre las dos Coreas, en una zona desmilitarizada donde hay representación sueca. Fue precisamente un general sueco, Berndt Grundevik, el que ejerció de guía de los Príncipes, que mantuvieron un encuentro con la delegación de su país en esa área. Los Príncipes conversaron con el general que les puso al tanto de su trabajo en la zona.
"Estoy muy emocionada, uno no puede estar aquí sin conmoverse, le pasan muchos pensamientos por la cabeza, ver la frontera, que es sólo una marca en el suelo que divide a tantas familias y a un país", declaró Victoria a medios suecos. La primera jornada incluyó también una cena, ya en Seúl, con representantes de empresas suecas presentes en Corea del Sur, que es el cuarto mercado de Suecia en Asia.
Al día siguiente visitaron la oficina del Fondo Climático Verde en Songdo, una iniciativa impulsada por la ONU para apoyar a países en desarrollo a reducir sus emisiones de gases invernadero y adaptarse a los efectos del cambio climático. El embajador sueco en Corea del Sur, Lars Danielsson, ejerció luego de anfitrión de un almuerzo de trabajo con parlamentarios y expertos coreanos sobre los retos a los que se enfrenta este país asiático. Ya por la tarde los príncipes fueron recibidos por la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, en su palacio presidencial en Seúl, donde trataron temas climáticos y asuntos sociales.
Park elogió a Victoria y a Daniel por ocuparse ellos mismos del cuidado de su hija, la princesa Estela. "He oído que los dos se tomaron un permiso de paternidad y de maternidad después del nacimiento de la princesa Estela. Son un ejemplo en ese aspecto", les dijo, según recoge el diario Expressen. Tras una ofrenda floral al monumento por los nacionales caídos en conflictos bélicos, se trasladaron a la residencia del primer ministro, Lee Wan-koo, donde celebraron una cena.
La visita se ha cerrado con una amplia agenda, que incluyó visitas a la Universidad de Seúl, donde donaron libros en sueco al departamento de estudios internacionales; un centro para minusválidos, un almuerzo en la residencia del embajador sueco; un seminario empresarial, una biblioteca juvenil y el Museo de la Guerra. Sin duda un ajetreado final de viaje. Fue durante la visita al centro para minusválidos, cuando Victoria se refirió por primera vez al accidente sufrido hace unas semanas por su madre, la reina Silvia, en los Alpes.
"Sí, se cayó y se llevó un golpe considerable", dijo al diario Expressen y añadió que la reina está "mejorando", pero que llevará su tiempo para que se recupere del todo. Allí se pudo ver a la Princesa muy pendiente y cariñosa con los niños que siguen algún tratamiento, hablando con los pacientes del centro e incluso probando el sistema que se utiliza en los coches para llevar a gente en silla de ruedas. No dudó en sentarse en una de ellas para comprobar cuan sencillo es el desplazamiento.
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