Al príncipe Haakon de Noruega nada se le resiste, ni en tierra, ni en mar, ni en aire, ni… en los tejados. El heredero al trono sigue con su agenda oficial y comprometido con su país. En esta ocasión ha participado en una jornada sobre protección de incendios, que incluía la inspección de chimeneas, al más puro estilo del deshollinador de la mítica película Mary Poppins.
El futuro Rey participó en una jornada sobre protección preventiva contra incendios con motivo del 80º aniversario de la Asociación Noruega de Bomberos. El heredero conoció más sobre la profesión de barrendero que se ha convertido en una parte crucial en la labor de prevención de fuegos en los pueblos y ciudades.
Además del tradicional barrido, realizan inspecciones, ofrecen asesoramiento sobre calefacción y seguridad y comprueban el correcto funcionamiento de los conductos de humo y las chimeneas, algo que el príncipe Haakon pudo descubrir sobre el terreno. Vestido con el uniforme de bombero y con los correspondientes arneses, subió por una escalera hasta los tejados de varios hogares de Federikstad, una ciudad de la provincia de Ostfold de unos 84.000 habitantes. Una vez en lo alto, inspeccionó los tiros de las chimeneas y los sistemas de extracción de humos y la limpieza del hollín producido por las combustiones.
Allí estuvo presente en las revisiones ordinarias de prevención de incendios, así como las inspecciones de sistemas de gas y calefacción. Este servicio ahonda sus raíces al siglo XVIII y hoy desempeña un papel importante en la labor de la prevención de catástrofes.