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Por hola.com

Última revisión: 2010-02-28

En los últimos veinticinco años, a las clásicas enfermedades relacionadas o producidas por el trabajo y consideradas como enfermedades profesionales, se han venido a sumar dos nuevas enfermedades que trascienden el ámbito físico y se sitúan más en la esfera psicológica. Nos referimos al síndrome de burn out o “estar quemados” y al mobbing o acoso psicológico, actualmente tan de moda.

¿A quién afecta?

Es este un tipo de estrés laboral que se da específicamente en los profesionales que mantienen un contacto constante, directo y estrecho con los beneficiarios de su trabajo, cuando entre ambos media una relación de ayuda o servicio. Los trabajadores más susceptibles de padecerlo son, por lo tanto, los trabajadores que atienden a otras personas, como el personal sanitario o docente, los trabajadores de los servicios sociales, policías, personal de justicia, hostelería, etc.

El interés por este problema de salud ha crecido a medida que ha aumentado la importancia de los servicios sociales y los dedicados al cuidado de las personas. Son los trabajadores de estos servicios los que están sometidos a una mayor exigencia, pero también a una mayor valoración de su trabajo por parte de los usuarios. Ambos aspectos se asocian con una gran expectativa, mayor estrés, más cansancio y así hasta completar el círculo vicioso.

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Depresión

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Causas y manifestaciones

Las causas, como venimos viendo, son múltiples pero podrían resumirse en la sobrecarga de trabajo, las diferencias entre las expectativas laborales y la dura realidad y la falta de alicientes o estímulos positivos que actuarían sobre profesionales escasamente motivados y mal preparados.

Las causas, como venimos viendo, son múltiples pero podrían resumirse en:

 

Una persona aquejada de este problema de salud tendrá insatisfacción en su trabajo, disminuirá la calidad de lo que haga, se ausentará con frecuencia de su centro (bajas laborales) y podrá terminar abandonando su profesión, amén de las consecuencias familiares que generará. Finalmente y de no poner remedio, podrá adquirir una verdadera enfermedad psiquiátrica como ansiedad, depresión o riesgo de suicidio.

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  • Falta de alicientes o estímulos positivos que actuarían sobre profesionales escasamente motivados y mal preparados.aa

¿Cómo prevenirlo o, en su caso, tratarlo?

Es incuestionable que pasamos muchas horas en nuestro lugar de trabajo y que según sea el ambiente laboral que vivamos nos influirá positiva o negativamente en nuestro estado de ánimo, en nuestra capacidad para disfrutar de otras actividades externas, de relacionarlos con nuestra familia, etc. Para evitar quemarnos en nuestro trabajo se han propuesto recetas elementales como evitar las rutinas, intentando aplicar ilusión por lo que hacemos diariamente. Es fundamental establecer límites, saber desconectar y evitar sobrecargas de trabajo. En definitiva, trabajar mejor en lugar de trabajar más.

Otra receta básica es intentar acentuar los aspectos positivos de nuestro trabajo. Conocer nuestros propios límites nos permitirá mejorar nuestras habilidades y pedir ayuda cuando sea preciso. Intentar mantener buenas relaciones familiares puede ser un buen colchón de seguridad, como lo puede ser disfrutar de actividades de ocio para descansar y desconectar del trabajo (deportes, actividades lúdicas, etc.). Apoyarse en los amigos, dentro y fuera del trabajo, podría ser otra buena iniciativa preventiva.

Muchas veces intentamos culpabilizar a otros compañeros, a nuestros jefes y al mundo en general de nuestros males, cuando lo más probable es que sea en las características personales y laborales de los propios trabajadores donde se encuentren las claves de los problemas y, por ende, de las soluciones.

Cuando a pesar de todo la situación lo exija, ponerse en manos de un médico y recibir tratamiento específico para la ansiedad o la depresión producidas por este trastorno podrá ser el único remedio.

Síndrome de burn out

Descrito por primera vez hace unos treinta años por un psicólogo clínico, se podría definir en una frase como un estado de fatiga o agotamiento por desgaste laboral. De forma más académica ha sido definido como una respuesta inadecuada a un estrés laboral con implicaciones emocionales, de carácter crónico y cuyos rasgos principales son el agotamiento físico y psicológico, la actitud fría o despersonalizada hacia los demandantes del servicio y el sentimiento de fracaso por parte del trabajador en las tareas que está realizando.

Actualmente es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo para la salud. En España se ha traducido como estar quemados o consumidos, se ha reconocido como enfermedad y se está estudiando su inclusión en el catálogo de enfermedades laborales.

Causas

Las causas son múltiples pero, en esencia, se centran en torno a aspectos relacionados con la organización del trabajo y la gestión del conflicto por parte de los superiores jerárquicos.

La idea del acosador es anular y denigrar a la víctima para conseguir a medio o largo plazo que abandone la empresa, recortando para ello su capacidad de comunicación y de interacción con sus compañeros, rebajando sus responsabilidades y dirigiendo contra él críticas y mentiras infundadas de su actividad laboral e incluso de su vida particular. La persona afectada pierde su autoestima, ve anuladas sus capacidades profesionales y finalmente sucumbe.

¿A quiénes afecta?

Las personas que sufren habitualmente el mobbing son trabajadores que generan envidia y celos entre sus compañeros y suelen ser, a diferencia de lo que podría pensarse, personas éticas, independientes, brillantes, muy trabajadoras, cooperativas y de vida personal y familiar satisfactoria. Generalmente este tipo de acoso moral se observa en empresas en las que no se puede despedir a los empleados como en la administración o instituciones públicas, o cuando el despido implica una indemnización muy elevada.

Como señalábamos en el caso del síndrome de burn out, muchas veces intentamos culpabilizar a los demás de nuestros problemas cuando la clave está en nosotros mismos; en otros casos, los problemas laborales pueden ser verdaderamente el principio del malestar y acabar en serios problemas psicológicos o psiquiátricos.

Formas de prevenirlo

Al igual que con el otro problema laboral antes mencionado, las recetas para prevenir el mobbing pasan a menudo por tener un buen soporte familiar que proporcione apoyo emocional, una buena red de amigos con los que compartir los problemas, no caer en las provocaciones, realizar actividades de ocio, deporte, etc. y buscar ayuda profesional si la situación lo requiere.

Es un tema complejo, sin duda, que implica a múltiples estamentos, pero los médicos siempre seremos el punto de apoyo de estos pacientes a los que no podemos abandonar en su sufrimiento.

Mobbing o acoso psicológico en el trabajo

Se aplicó por primera vez en 1990 y fue utilizado para hacer referencia a las conductas agresivas de los grupos que quieren echar a un intruso. También se le ha llamado psicoterrorismo y acoso moral. Se le ha definido como un comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataques sistemáticos, durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío y que abandone.

Dr. Salvador Pertusa Martínez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria