Este martes por la noche los reyes Carlos y Camilla ofrecieron una gran recepción para 900 diplomáticos en el Castillo de Windsor. Un acto de gran etiqueta donde la mujer del monarca británico sorprendió con impresionantes joyas. Entre estas imponentes piezas destacó la tiara de esmeraldas y diamantes que la princesa Eugenia de York lució en su boda.
De todas las increíbles diademas que la monarquía británica atesora en el joyero Real, Camilla eligió lucir por primera vez esta joya de esmeraldas en lo que podría interpretarse como un poderoso mensaje de apoyo a la princesa Eugenia, después de la polémica que sacude a sus padres, Andrés Mountbatten- Windsor y Sarah Ferguson, por sus vinculaciones con Jeffrey Epstein.
Siete años sin ser vista
De esta manera, Camilla ha decidido recuperar la diadema Greville Emerald Kokoshnik que no se veía en una royal británica desde hace siete años, cuando el 12 de octubre de 2018 la nieta de Isabel II la eligió para casarse con Jack Brooksbank. Entonces, la princesa Eugenia también sorprendió con su elección, ya que se esperaba que se decantase por la 'tiara York', el diseño que lució su madre en el día que se casó con Andrés Mountbatten-Windsor en 1986, un regalo que le hizo la reina Isabel de Inglaterra.
La elección de Eugenia de York para coronar su look nupcial fue llamativa, pero muy acertada, pues la imponente esmeralda central hacía juego con el verde de sus ojos. Está montada además de con estas gemas sobre platino y diamantes y fue un préstamo que la recordada monarca británica hizo a su nieta. La creó la joyería Boucheron en 1919 para la dama de la alta sociedad, Margaret Greville, a quien perteneció desde que se creó hasta 1942, cuando le fue legada a la madre de Carlos III. Cuenta con seis esmeraldas a cada lado y una gran central. El nombre de Kokoshnik hace referencia a su estética, inspirada en los tocados y coronas que proliferaban en la Rusia imperial y que se pusieron muy de moda en la década de los años veinte del pasado siglo. Para completar su estilo nupcial, Eugenia prescindió de velo, algo poco usual entre las princesas, y se puso unos pendientes a juego, regalo de su marido.
No hay duda, que Camilla ha querido respaldar a la sobrina del rey Carlos alejándola de todas las polémicas que sacuden a sus padres, quienes han perdido el título de Duques de York y, en el caso de Andrés, además, el de Príncipe a raíz de las últimas informaciones sobre su supuesta relación con Epstein.
Una tiara de Reinas
Con este gesto, Camilla también demuestra que esta es una diadema de Reinas y no de duquesas. El príncipe Harry, en su libro de memorias, En la sombra, arrojó luz sobre el conocido como tiaragate, la supuesta discusión que tuvieron Meghan Markle e Isabel II a cuenta de la tiara nupcial de la duquesa de Sussex. Al parecer, y según el príncipe Harry, todo ocurrió en el vestidor privado de la Reina, donde estaban presentes un experto en joyería; Angela Kelly, asistente personal de la Reina; Meghan y Harry. La pareja acudió por expreso deseo de la soberana para que la futura duquesa de Sussex pudiera probarse varias tiaras de cara a la boda. "Había cinco tiaras dispuestas y la abuela le indicó a Meg que se las probara delante del espejo de cuerpo entero. Yo me quedé atrás, mirando. Una era toda de esmeraldas. Otra de aguamarinas. Cada nueva tiara era más soberbia y deslumbrante que la anterior […] Sin embargo, de las cinco, una destacaba sobre las demás. Todo el mundo estuvo de acuerdo", cuenta el príncipe Harry sobre algo que sucedió en febrero de 2018, tres meses antes de la boda.
Hasta aquí parece que no había ningún problema y se eligió la tiara bandeu de platino y diamantes de la reina María que Meghan llevó a su boda. Sin embargo, en un artículo de The Sun se decía que " Meghan quería una tiara que tuviera esmeraldas y ni ella ni Harry estuvieron contentos cuando les dijeron que su primera opción era imposible, ya que nadie sabía exactamente de dónde procedía. Hubo preocupaciones por si era una tiara originalmente rusa".
La gran ausente del acto fue Kate Middleton, quien estuvo en un acto empresarial unas horas antes, donde dio su primer discurso público en casi dos años. Es la segunda vez que falta a esta recepción debido a su recuperación del cáncer que padece.















