Meghan Markle elige una joya excepcional: la tiara 'bandeau' de diamantes que perteneció a la reina Mary
Se trata de una joya elaborada con diamantes, platino y un broche central desmontable que data de 1893
En las casas de apuesta había dos nombres que sonaban por encima del resto: la tiara Spencer, la que lució Diana de Gales en el día de su boda con el príncipe Carlos, una joya familiar que nadie ha vuelto a lucir desde su muerte; y la tiara Strathmore Rose, una de las piezas más bonitas y desconocidas, compuesta por una guirnalda de rosas silvestres que le regaló a la Reina madre su padre, y no ha vuelto a ser vista en público desde 1930. Finalmente, Meghan Markle ha optado por la tiara bandeau de diamantes para el día de su enlace con el príncipe Harry. La gran joya perteneció a María de Teck, abuela de la reina Isabel y esposa del rey Jorge V de Gran Bretaña e Irlanda. Es un diseño inglés, confeccionado en 1932, aunque la pieza central data de 1893. En cuanto a las demás joyas, son de Cartier. En concreto, la duquesa de Sussex ha elegido los pendientes Galanterie en oro blanco y diamantes y el brazalete Reflection de Alta Joyería en oro blanco y diamantes.
La tiara, que está elaborada con diamantes, brillantes y platino, forma una banda flexible dividida en secciones perforadas con óvalos entrelazados y pavé con diamantes talla brillantes de diferentes tamaños. La pieza central, la más antigua, está formada por un broche desmontable de diamantes. Esta pieza fue diseñada para la reina Mary y pensada especialmente para acomodar el broche central, un obsequio que la entonces princesa recibió en 1893 por el Condado de Lincoln en su matrimonio con el príncipe Jorge, Duque de York. Las dos piezas, la tiara y el broche, fueron un regalo que la reina Isabel II recibió, en 1953, de su abuela.
Otras tiaras reales
Para su boda con el príncipe Guillermo, celebrada en 2011, la duquesa de Cambridge optó por la tiara Cartier Halo Scroll, una joya que el rey Jorge VI -padre de la reina Isabel II-, encargó a Cartier en 1936. La tiara en cuestión está compuesta por 739 diamantes talla brillante y 149 diamantes talla baguette.
Aunque inicialmente esta pieza era un regalo para la Reina Madre, algún tiempo después, la reina Isabel II la recibió de las manos de su madre, en el día de su dieciocho cumpleaños. Un presente que desde entonces han utilizado en el día de su boda la princesa Margarita, condesa de Snowdon y hermana de la Reina o Catherine Middleton. Una pieza que podría haber sido la elegida por Meghan si no fuera porque, desde el 30 de mayo al 22 de junio formará parte de la exposición Cartier: The Exhibition, que se ubicará en la National Gallery de Australia, lugar al que debía partir días antes del enlace.
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Muy llamativa y comentada fue también la que lució Diana de Gales el día de su boda con el príncipe Carlos el 29 de junio de 1981. Aunque la mayoría de las tiaras matrimoniales reales pertenecen a las joyas de la Reina, la que eligió Diana pertenecía a la familia. Se trata de la tiara Spencer, una pieza que perteneció a su familia desde tiempos inmemoriales, tanto que, según afirman medios especializados, podría remontarse hasta el periodo de la dinastía Tudor, un reinado que abarca desde el año 1485 hasta 1603 aunque, al parecer, fue montada en varias ocasiones.
Este tocado, como muchas de las tiaras, está compuesto por un conjunto de piezas de joyería familiar. Está elaborada en oro y plata y cuajada de diamantes, entre los que destacan cinco centrales, uno de ellos de mayor tamaño y envuelto en un pequeño corazón. Muy significativos son también los motivos vegetales que la componen. Además de Diana, su hermana lady Jane (1978) y Victoria Lockwood (1989), primera esposa de charles Spencer, las lucieron en sus respectivos enlaces. Una emblemática joya que no se ha vuelto a utilizar desde la muerte de la princesa y que conserva su hermano Charles, quien la puso a disposición de Meghan para que optara por ella si quería lucirla en el gran día.
