Hay que remontarse a mayo de 2024 para encontrar un plan que uniera al rey Carlos III y el príncipe Guillermo, en un acto público y en solitario. Entonces acudieron a Middle Wallop y el soberano entregó a su heredero el título de Coronel en Jefe del Cuerpo Aéreo del Ejército. Diecisiete meses después, padre e hijo han encontrado algo en común en sus agendas y han hecho una salida conjunta, sin otros miembros de la realeza.
Carlos III y el príncipe Guillermo acudieron en la noche del jueves al Museo de Historia Natural de Londres e incluso llegaron juntos a la velada, algo que tampoco es habitual. Allí estuvieron charlando con ambientalistas, científicos, diplomáticos y políticos para reafirmar su compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático en un evento organizado por el Gobierno británico y que ha sido la recepción previa a la cumbre climática COP30 que se celebrará en noviembre en Brasil.
Tanto su proyección pública como sus intereses personales son distintos, pero la protección del medio ambiente y todo lo relacionado con el conservacionismo es una prioridad compartida y de esta forma han querido evidenciar que es un compromiso de la monarquía británica a largo plazo, siendo Carlos III un pionero en abrir este debate cuando era un joven príncipe de Gales y el cambio climático no era un debate, ni siquiera un concepto, que estuviera a la orden del día.
Desde que Carlos asumió el trono, ha habido un esfuerzo por destacar su liderazgo, mientras Guillermo va consolidando su imagen pública por su cuenta y es muy poco habitual que coincidan en un acto público que no sea estrictamente familiar o vinculado a las funciones inherentes a la jefatura del Estado, ese es del caso de los recibimientos a mandatarios extranjeros, donde se requiere la participación de los dos; los servicios religiosos del Día de la Commonwealth o bien puede ser en actos familiares como un funeral, algo que tampoco sucede todos los días.
Carlos III tiene una agenda centrada en funciones de Estado, diplomacia y representación nacional, mientras Guillermo se enfoca más en causas sociales, medioambientales y en preparar su futuro rol como rey. Por otro lado, el tener agendas radicalmente separadas les permite cubrir más terreno institucional y también imprimir estilos distintos que capten el apoyo de distintos sectores de la sociedad británica.