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En un principio no parecía que la reunión que mantuvieron Donald Trump, Presidente de los Estados Unidosm y Keir Starmer, Primer Ministro británico, en el campo de Golf que el americano tiene en Escocia, Trump Turnberry, pudiera albergar algún tipo de comentario relativo al príncipe Harry y Meghan Markle, pero Trump siempre busca la forma de colar su mensaje. A pesar de ser una reunión informal, el contenido previsto era totalmente político y al hilo de las crisis y tensiones que atraviesa ahora mismo el planeta, sin embargo, cuando llegó el momento de atender a la prensa, el mandatario estadounidense lanzó una combinación de directas e indirectas que sin duda estaban destinadas a los duques de Sussex.
© Getty Images"Reino Unido tiene mucha suerte; puede haber gente que no fuera tan buena gente"
Si bien Donald Trump no nombró ni a Harry ni a Meghan, como si ha hecho en el pasado, es evidente que se refería a ellos cuando quiso advertir a los británicos de la suerte que habían tenido con su Familia Real, aunque dejando claro que había excepciones: "Estar con Carlos, Camila y todos los demás, gracias a mis cuatro años (en referencia a su legislatura anterior) y ahora seis meses, me ha permitido conocerlos. He llegado a conocer a muchos miembros de la familia. Son personas maravillosas. Realmente maravillosas. Y en ese sentido, creo que el Reino Unido tiene mucha suerte; puede haber gente que no fuera tan buena gente. No sé si puedo decirlo, pero puede haber gente que no lo fuera".
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© Getty ImagesDonald Trump ha mantenido una postura crítica hacia los duques de Sussex, particularmente Meghan Markle, a quien ha atacado en reiteradas ocasiones con comentarios despectivos. Todo ello sin olvidar que mucho antes de ingresar en la realeza británica, la actriz nacida en Los Ángeles había apoyado las campañas políticas en contra de la llegada de Trump a la Casa Blanca. Con estos antecedentes, la tensión y el intercambio de directas o indirectas ha sido constante desde la era de Isabel II.
© Getty ImagesAdemás, Donald Trump ha llegado a cuestionar públicamente el estatus migratorio del príncipe Harry en Estados Unidos. En una entrevista, cuando se le consultó si consideraría su expulsión del país, Trump respondió con sarcasmo: “No quiero hacer eso, lo dejaré en paz. Ya tiene suficientes problemas con su esposa, es terrible”. Esta declaración fue interpretada no solo como una crítica directa a Meghan Markle, sino también como una forma de deslegitimar la presencia de Harry en territorio estadounidense.
La respuesta del príncipe no tardó en llegar, aunque de manera sutil. En febrero, durante los Juegos Invictus celebrados en Canadá, Harry pronunció un discurso en el que habló sobre “la debilidad moral del mundo”. Aunque no mencionó a Trump de forma explícita, sus palabras fueron vistas por muchos como una réplica velada a los ataques del entonces expresidente y su actitud. El gesto fue entendido como una defensa pública de su esposa y como una reafirmación de los valores que ambos promueven desde sus plataformas.
© Getty ImagesEste ataque imprevisto viene a romper un tiempo de silencio y aparente calma que dio pie a una reunión entre representantes de ambas partes en Londres con el fin de explorar una posible reconciliación real. Hay que recordar que los duques de Sussex y los Windsor llevan ya más de cinco años distanciados y con las relaciones familiares congeladas. Al margen de la larga lista de asuntos que los han separado, según ha transcendido, ha habido dos temas han sido especialmente dolorosos para Carlos III: la forma en la que el príncipe Harry habló de la reina Camilla en sus memorias, y, por otro lado, la batalla legal que su hijo pequeño emprendió con el propio Estado a cuenta de la seguridad. Fue el propio Harry el que lo reveló durante una entrevista en la BBC: "Me encantaría reconciliarme con mi familia; no tiene sentido seguir peleando. La vida es preciosa; no sé cuánto tiempo le queda a mi padre; no me habla por este asunto de la seguridad".
