El Vaticano se prepara para la misa de inicio del pontificado del Papa León XIV, que se celebrará el domingo 18 de mayo en la Plaza de San Pedro. Este evento marcará oficialmente el comienzo de su liderazgo en la Iglesia Católica. Teniendo en cuenta la enorme influencia moral con la que goza un hombre con dos roles, líder religioso y jefe de Estado, se espera, como ya ocurrió en la despedida al Papa Francisco, una enorme presencia de líderes globales. El Palacio de Buckingham ha sido de los primeros en confirmar su presencia y ha anunciado que, en esta ocasión, no será un miembro de alto rango el que acuda a la cita, una costumbre impuesta por Isabel II y que su descendencia mantiene.
Son continuistas con la tradición que estableció Isabel II con respecto a sus relaciones con el Vaticano
En las últimas horas, la monarquía británica ha confirmado su presencia en la misa del próximo domingo, y con su elección han demostrado que son continuistas con la tradición que estableció Isabel II con respecto a sus relaciones con el Vaticano. Ni Carlos III ni el príncipe Guillermo, el elegido, ha sido el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo, y un representante de menor rango. Lo que sigue la senda del reinado anterior y que tiene su explicación lógica en que el soberano británico es el jefe supremo de la Iglesia Anglicana, algo que históricamente se ha querido marcar de esa forma y con cierta distancia protocolaria.
El príncipe heredero de la Corona británica acude a los funerales de los Papas, pero no a los actos inaugurales del siguiente Papa
Así como las monarquías católicas están representadas por las máximas figuras, en el caso de la realeza que procesa una fe distinta, se suele optar por esta vía. Así, en la misa inaugural del Papa Francisco el representante fue el Duque de Gloucester, en cambio, para su solemne funeral sí que acudió un miembro de primer nivel, el príncipe Guillermo, ocasión en al que además desembarcó como hombre de Estado ocupando su lugar junto a otros líderes internacionales como el Canciller alemán Olaf Scholz y los Reyes de Jordania, Abdalá II y Rania. Su presencia reafirmó su papel como futuro monarca y su participación en eventos diplomáticos de gran relevancia.
La presencia de Guillermo en el funeral del Papa Francisco también fue una continuidad de las costumbres que impuso Isabel II durante su largo reinado. Ya que ella consideraba que los monarcas británicos no debían acudir a funerales de líderes religiosos, en su lugar, era el heredero al trono el que tenía que asumir esa representación oficial, hasta el punto que Carlos III, como príncipe de Gales, se vio obligado a cambiar de fecha su boda con Camilla para poder acudir al funeral del Papa Juan Pablo II en abril de 2005.
El hermano pequeño de Carlos III desempeña un papel activo en la casa real, pero con un papel más representativo que ejecutivo en lo que se refiere a labores de Estado
El Papa León XIV, cuyo nombre es Robert Prevost, fue elegido tras cuatro votaciones en el cónclave de 2025. Su primera audiencia general será el 21 de mayo, y el 24 de mayo tendrá una reunión con la Curia Romana. El Papa es una figura única en el mundo, porque combina dos roles muy distintos. Como líder religioso, es el máximo representante de la Iglesia Católica, con autoridad espiritual sobre más de mil millones de fieles. Pero también es jefe de Estado, ya que gobierna sobre la Ciudad del Vaticano, el país más pequeño del mundo. Este doble papel le otorga una influencia excepcional en temas morales, sociales y políticos. De hecho, el Papa recibe a mandatarios de todo el mundo y a veces actúa como mediador en conflictos internacionales. Es por eso que los eventos vaticanos, como la Gran Misa, suelen tener tanta presencia de líderes globales.