Carlos III accedió al trono el 8 de septiembre de 2022, tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel II

Camilla, la coronación que nadie esperaba

La reina consorte será la protagonista de una ceremonia más breve y sencilla que la de su marido: esta será la meta de una carrera de fondo que ni ella misma pensó vivir

Por Sira Acosta

A estas alturas no es ningún secreto el papel que ocupó Camilla en el matrimonio de Carlos y Diana, los flamantes príncipes de Gales -las estrellas de los años ochenta que cayeron en desgracia en los noventa- pero, para las nuevas generaciones, el príncipe Harry lo recuerda así en la biografía que estrenó el pasado enero: "Tuvo un papel protagonista en el desmoronamiento del matrimonio de mis padres". No es del todo justa esa afirmación, ya que Carlos y Camilla se enamoraron en los setenta pero entonces su historia de amor no tuvo el respaldo de la Casa Real británica. Camilla Shand (su nombre de soltera) no estaba a la altura de una boda real: era católica y no anglicana, tenía más experiencia en la vida, era más libre a nivel emocional, quizá parecía menos moldeable y definitivamente poco conveniente para el futuro rey. La dimensión de ese error fue épica y forma parte de la historia de los Windsor. Desde entonces la trayectoria de Camilla, de amante a novia oficial, de duquesa a reina consorte, ha sido muy distinta a la de sus predecesoras y nada fácil. Los británicos la aceptan ahora como la reina consorte que no esperaban y así será coronada el próximo 6 de mayo en una ceremonia más sencilla, pero igual de solemne, que tendrá lugar después de la Carlos III en la Abadía de Westminster. Un paso más para un reinado fuera de sus planes.

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Desde que se convirtió en rey, el pasado 8 de septiembre en el preciso instante en el que expiró la vida de Isabel II, ha sido más evidente que nunca que el gran pilar de Carlos III es Camilla. La presión, el agotamiento y la exposición de esos días dejaron ver que el rey en ocasiones se irrita o se emociona en público (algo nada Windsor y que Camilla jamás hace) y siempre es a ella a quien recurre, ya sea para buscar una pluma o una mirada. Esto confirma lo que se ha contado en los últimos años, que es más fácil trabajar con él cuando ella está cerca, porque es la que mejor conoce al rey, le conforta y le apoya en un rol complejo, la jefatura del Estado, que le ha llegado a él al cumplir los 74 años y a ella los 75.

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Hay quien asegura que Camilla nunca quiso esta vida, entre ellos la biógrafa británica Penny Junnor, que cuenta que ella era feliz con una existencia anónima de ama de casa de clase alta, afincada en la campiña, con una rica vida social y en un matrimonio que tenía acordado hacer vidas separadas, siempre y cuando no se supiera. Le importaban demasiado sus padres y sus hijos como para reclamar un papel exigente, cargado de obligaciones, totalmente expuesto y que ya le había sido negado en su juventud. Todo cambió cuando su relación con el heredero al trono se hizo pública, entonces su vida también se desmoronó, igual que los dos matrimonios. Camilla Parker Bowles se convirtió en la mujer más odiada del país, eso empeoró la noche en la que la BBC emitió la famosa entrevista de Diana de Gales, entonces Camilla se sintió totalmente desprotegida mientras crecía el interés y la animadversión hacia ella. Un sentimiento que fue a mayor tras la trágica muerte de Diana, la princesa favorita de los británicos y de buena parte del mundo, como demuestra el interés que sigue despertando su figura, ya convertida en icono, veinticinco años después de su muerte.

Ahora, gracias a las memorias del príncipe Harry, tenemos otra visión (al menos una distinta) de lo que sucedió desde ese momento hasta que Carlos y Camilla se casaron en el año 2005. El duque de Sussex cuenta cómo su padre les presentó a la que llama en su biografía la "Otra Mujer", un apelativo que es posible que no guste a los nuevos reyes en la cuenta atrás de su coronación. "Tengo un vago recuerdo de ver a Camilla tan calmada (o aburrida) como yo. A ninguno de los dos nos preocupaba demasiado la opinión del otro. Ella no era mi madre y yo no era su mayor obstáculo. En otras palabras no era el Heredero (Guillermo). Aquella escena conmigo era una pura formalidad", cuenta Harry en un libro en el que también desvela que los dos hermanos desearon a su padre toda la felicidad del mundo pero que le pidieron que no se casara con ella. "'No necesitas contraer segundas nupcias', le rogamos. Una boda crearía polémica, incitaría a la prensa, haría que el país entero, el mundo entero comparase a nuestra madre con Camilla, cosa que no quería nadie. Y menos ella", explica el duque de Sussex en su biografía.

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Esta es la opinión de Harry, como hijo de padres separados y como adolescente que había perdido a su madre, sin embargo, el propio Carlos era consciente de que el hombre que está apunto de convertirse en el máximo representante de la Iglesia de Inglaterra (es lo que simboliza buena parte de la ceremonia y el servicio religioso que se celebrará en al Abadía de Westminster el próximo 6 de mayo) no podía dejar en ese punto su situación sentimental. Era todo o nada: hacer oficial a Camilla y legitimar su figura o apartarla de forma definitiva y esta opción Carlos III nunca la contempló, en parte porque ya lo había intentado en los años setenta y no había podido.

Perfecta o no, esta relación se ha demostrado que fue una verdadera historia de amor con todos sus matices como que ella siga defiendo tener su propio espacio simbólico y físico, por eso le gusta refugiarse en su residencia privada de Ray Mill House, en el condado de Wiltshire, a donde se traslada de vez en cuando para desconectar de la realeza y recordar cómo era la vida en un ambiente relajado rodeada de amigos y familia.

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De cara a su coronación han circulado dos teorías que en realidad no son contrapuestas. Por un lado, están, como hemos dicho, los que aseguran que ella no quería esta vida, pero esta vida la encontró a ella y otros, como Harry, que cuentan que Camilla tenía muy claro sus dos objetivos: primero la boda y luego la coronación. Es posible que Camilla efectivamente fuera feliz con una vida sin obligaciones, no hay que olvidar que empezó a trabajar cuando entró en la Casa Real, con la edad en la que el resto de los británicos tienen puesta la mirada en la jubilación, no obstante, si su vida iba a ser al lado de Carlos, es lógico que deseara terminar con la etiqueta de "la Otra Mujer".

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Ahora el Reino Unido afronta la coronación que nadie esperaba y se abre para Camilla un futuro libre de incógnitas, ya que durante años el futuro de su papel era incierto, porque la Casa Real británica no se atrevía a tomar está decisión: la de hacerla reina consorte. Está claro que acompañará a Carlos III todo el tiempo que sea posible y después -si ella le sobrevive a él- tendrá que cambiar de nuevo de título y de vida, ya que nunca será reina madre. Pero para este nuevo giro puede faltar mucho, de momento, se inicia la cuenta atrás para la coronación de una mujer a la que le dijeron que no era lo suficientemente buena para este papel.