Una ceremonia con reminiscencia militar

El duque de Edimburgo dedicó más de una década de su vida en diseñar el Land Rover portador de su féretro

El Defender TD5 130 ha llevado al Príncipe Felipe desde la Entrada Estatal del castillo de Windsor, donde descansaba, hasta la escalinata Oeste de la capilla de San Jorge donde se ha realizado la ceremonia

Por Raquel Barahona

El duque de Edimburgo pidió entre sus voluntades que su féretro fuera trasladado en un vehículo militar de la marca Land Rover que él mismo se encargó de diseñar. El Defender TD5 130, construido a mano en la fábrica que la firma tiene en la localidad de Solihull, es una de las versiones más lujosas de la marca automovilística que presenta numerosas variaciones: una distancia entre ejes extralarga, marco reforzado, grandes ventanas, ventilación en el techo, iluminación LED y un sinfín más de detalles que enamoraron al marido de la reina Isabel. La producción de este vehículo hecho especialmente para él duró un total de 16 años -lo encargó en 2003- y a lo largo del proceso revisó personalmente su evolución. 

Él mismo decidió realizar un repintado en verde militar y abrir la parte trasera para asegurar que el ferétro se portada de manera segura. El último ajuste se hizo en 2019, poco antes de que se le fuera entregado. "Nos sentimos profundamente privilegiados de haber disfrutado de una asociación muy larga y feliz con el duque de Edimburgo durante muchas décadas. También nos sentimos honrados de que el Land Rover que diseñó el duque se utilice en el funeral del sábado. El duque fue un gran campeón del diseño, la ingeniería y la tecnología", explicaba el director ejecutivo de la marca, Thierry Bollore, quien también destacaba "el impresionante conocimiento y el profundo interés en el diseño, la ingeniería y la fabricación de vehículos".

Felipe de Edimburgo era un gran aficionado de los vehículos, sentía una gran pasión por la firma automovilística encargada de llevar su féretro a lo largo del camino que separa la Entrada Estatal del castillo de Windsor, donde permanecía desde que falleció el pasado 9 de abril, hasta la escalinata Oeste de la capilla de San Jorge, donde se ha realizado la ceremonia religiosa. Concretamente, el modelo elegido por el marido de la reina Isabel II tiene un aspecto muy similar a un 4x4, cumpliendo así con las indicaciones de que su funeral tuviera una personalidad militar.

Una marca muy apreciada en la Familia Real

La relación de la Familia Real con Land Rover se remonta casi 70 años atrás cuando ya el padre de la reina Isabel II, Jorge VI, recibió como obsequio en 1948 el modelo número 100 de la marca. El Rey, además, concedió en 1951 una autorización real a la marca británica por lo que se convirtieron en proveedores oficiales de la Casa Real. A lo largo de sus 94 años, la monarca podría haber tenido hasta 30 modelos distintos de Land Rover, el primero lo recibió en 1953 y era un Serie 1, mucho más sencillo y austero. Más recientemente, los duques de Cambridge han conducido un vehículo Land Rover en las ocasiones que se han desplazado del hospital a su residencia en el Palacio de Kensington después de dar a luz a los príncipes Louise, Charlotte y George. En 2016, la reina junto al duque de Edimburgo, realizaron un recorrido por las calles de Windsor en un Range Rover muy especial: color burdeos, hecho a medida y descapotable. Desde él saludaron a los miles de asistentes que se aglutinaron para ver al matrimonio real y desearle al príncipe Felipe un feliz 90 cumpleaños. La marca automovilística británica tiene, de hecho, una lista con los miembros de la Familia Real que han poseído o poseen un modelo de la marca y es la Jefa del Estado quien la encabeza. 

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El último homenaje

Con motivo del fallecimiento de Felipe de Edimburgo el pasado 9 de abril, Land Rover quiso enviar un mensaje de apoyo y cariño a la Familia Real británica, con la que comparte este estrecho vínculo. "En Jaguar Land Rover estamos profundamente entristecidos por el fallecimiento de Su Alteza Real el príncipe Felipe. Nuestros pensamientos y condolencias están con Su Majestad, la Reina, y con la Familia Real en este momento. Su Alteza Real dedicó su vida al servicio público e hizo una contribución significativa a la fabricación, la ingeniería y el diseño británicos", rezaba el comunicado, haciendo evidente el profundo afecto que sienten hacia la figura del duque de Edimburgo. Asimismo, el Palacio de Buckingham confirmaba, horas más tarde, el especial homenaje que tendría lugar el día de su funeral. "El ataúd de Su Alteza Real se transportará en un Land Rover especialmente diseñado, en el que el Duque participó en el diseño, flanqueado por portadores de féretros militares", explicaban a lo que añadían cual sería el recorrido del coche fúnebre.

Vínculos con el Ejército

La marca automovilística tiene también una gran conexión con el Ejército británico ya que usó grandes vehículos 4x4 del modelo Defender. De hecho, una gran cantidad de automóviles fueron fabricados y diseñados exclusivamente para el Ministerio de Defensa del Reino Unido para ser usados en los conflictos bélicos. En especial, para la Segunda Guerra Mundial en la que las camionetas fueron de gran utilidad en las misiones especiales de largo alcance. Tanto el rey Jorge VI como el duque de Edimburgo tienen una larga y exitosa carrera militar que los une estrechamente con el ejército británico. El difunto marido de la reina Isabel II fue teniente de la Marina Real británica convirtiéndose en el militar del cuerpo de oficiales más joven en obtener un rango similar. Fue en la Universidad Naval Real donde el Duque conoció a su futura esposa ya que él era el encargado de cuidar de ella y de su hermana en la visita oficial del Rey a la academia. Durante su trayectoria participó en distintas batallas navales como la de Creta, en 1941, o la del Cabo Matapán, en el mismo año, por lo que no es de extrañar que ya hiciera uso de algunos de los vehículos Land Rover para desplazarse en tierra.

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Una de sus últimas voluntades

Felipe de Edimburgo conducía un coche de la marca británica cuando tuvo un accidente de tráfico en 2019 en Sandringham. El Duque chocó su todoterreno Land Rover contra otro vehículo en el que iban dos mujeres y un bebé de nueve meses. A pesar de que el automóvil que conducía el marido de Isabel II quedó muy dañado, él consiguió salir ileso. Su pasión por esta marca ha quedado demostrada desde que recibiera el primer modelo en 1953 ya que no ha dejado de lucir vehículos de la marca desde entonces. De hecho, él mismo bromeó con la Reina al decirle que transformaría uno de sus prototipos favoritos para convertirlo en su propio coche fúnebre. Algo que, finalmente, se ha hecho realidad.

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