"Lamento mucho no haber podido hacer que esto siga adelante. Ha sido una decisión muy difícil de tomar para todos nosotros". Con estas palabras, el príncipe Harry anunciaba hace apenas unos minutos la suspensión de los Juegos Invictus, un proyecto que puso en marcha él mismo hace ya varios años y que es uno de sus grandes orgullos. Se trata de una competición entre militares veteranos y heridos de guerra inspirada en los Warrior Games de Estados Unidos, que suele durar varios días y en la que se dan cita aspirantes procedentes de una veintena de países.
Así fue la inauguración de los primeros Juegos Invictus con la presencia de Michelle Obama
El príncipe Harry ha dejado claro que los Invictus, cuya presente edición iba a celebrarse el próximo mes en La Haya, se pospondrán con toda probabilidad para mayo o junio de 2021. "Es la opción más sensata y más segura para todos, para vuestras familias y para todos los involucrados en estos juegos", añadía el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra. "Sé lo decepcionados que debéis de estar todos, esta es una perspectiva que muchos necesitáis, así que os animo a mantenerla lo mejor que podáis. La buena noticia es que tenéis doce meses más para poneros aún más en forma", añadía.
Tanto el príncipe Harry como su mujer, Meghan Markle, iban a viajar desde Canadá, donde residen con su hijo Archie, hasta los Países Bajos para asistir a los juegos pero, tal y como comentó un portavoz de la Fundación de los Invictus, la decisión de posponer el evento responde sobre todo al intento de evitar cualquier riesgo para las personas involucradas, dado que se trata de una cita que reúne a multitud de personas "potencialmente vulnerables".
Los Juegos Invictus son no solo un proyecto que involucra a una buena causa, sino también se han convertido uno de los acontecimientos más especiales para los duques de Sussex. Fue en el marco de este campeonato donde todo empezó, el escenario que eligieron para posar juntos en público por primera vez. Lo hicieron en 2017 en Canadá, el mismo lugar que ahora se ha convertido en su hogar, una vez que han renunciado a sus deberes institucionales y reales.
Desde su hogar en Vancouver, donde permanecen, como el resto del planeta, preocupados y con incertidumbre ante esta complicada situación que se vive a raíz de la propagación imparable del coronavirus, el príncipe Harry y Meghan Markle mandaron, este miércoles, un mensaje de esperanza a todos sus seguidores. En él pedían a los ciudadanos de todos los países que colaboren con sus vecinos, amigos y familiares para ayudar a que todo se solucione. Además, la pareja se comprometía a aportar información y ayuda al público de la forma que les fuera posible. "Estos son momentos inciertos. Ahora, más que nunca, nos necesitamos los unos a los otros", escribían, mientras rogaban que todas las personas desarrollaran la empatía.
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