La exquisita educación de un futuro Rey de Inglaterra ya da las primeras señales en el pequeño príncipe George de Cambridge. No es una mera impresión sino un hecho comprobado en una reciente excursión a un café. La Duquesa y el Príncipe estaban de visita en el Centro de Jardinería Fakenham en Norfolk cuando hicieron una parada para tomarse un descanso y, cuentan los testigos de la escena, que escucharon al bisnieto de la reina Isabel pedir a la empleada de una cafetería una porción de bizcocho con impecables modales, y tan dulces como su pastel.
“La Duquesa de Cambridge le dijo al príncipe George que le pidiera a la amable señora lo que le gustaría tomar”, declaró una fuente local a People. “El pequeño George dijo entonces: ‘Disculpe amable señora, podría tomar...’ y se refirió a una torta del mostrador. Luego se sentó con su madre para saborear su pastel con un zumo de frutas”.
Los Cambridge disfrutaban de un día de unión madre-hijo en el centro de jardinería local, que está a 25 minutos en coche de su casa de campo, Anmer Hall. No es la primera vez que los habitantes de la zona se cruzan con ellos, ya que la Duquesa y el príncipe George, que asiste a la cercana escuela Montessori Westacre en East Walton, hacen vida por allí con relativa frecuencia. Otra vez, el año pasado concretamente, ambos fueron fotografiados en Snettisham Park, un lugar que seguro hizo las delicias del pequeño Príncipe, que es un fan de los zoológicos y que, en aquella ocasión, tuvo cercano y personal contacto con los bebés de las cabras.
El príncipe George, que cumplió tres años la semana pasada, también ha visitado a los animales en Bucklebury Farm, la granja que está cerca de la casa de sus abuelos maternos, Carole y Michael Middleton, en Berkshire. Ahora está de vacaciones (de todo menos tranquilas) en Francia con sus padres, el príncipe Guillermo y la duquesa Catherine, y con su hermana, la princesa Charlotte, de un año de edad. El matrimonio y sus niños aterrizaron en el pequeño aeropuerto el pasado martes por la tarde al suroeste de Pau-Pyrénées, a donde llegaron en el avión privado Cessna del Duque Westminster, buen amigo de la familia. Su hijo, Hugh Grosvenor, de 25 años de edad, tiene el honor de ser el padrino del príncipe George y el orgullo de ver en su ahijado los mejores modales.
