Harry Windsor: un 'cowboy' en Australia

La Familia Real Británica pide que dejen en paz al Príncipe

Por hola.com

El príncipe Harry de Inglaterra ha pedido a los medios de comunicación, a través de los asistentes de su padre, el Príncipe de Gales, que, por favor, le permitan disfrutar de su estancia en Australia.

Al parecer el Príncipe pensaba que iba a poder despistar a los fotógrafos después de posar para ellos en el Zoológico de Taronga, pero no lo consiguió a pesar de que voló en avión privado desde Sydney hasta el rancho Tooloombilla Station, a más de 600 kilómetros al oeste de Brisbane, capital del estado de Queensland.

Harry, un príncipe vaquero
Harry Windsor se encuentra ya trabajando en el primer destino de su año sabático: un rancho, de 16.000 hectáreas, propiedad una vieja amiga de su madre la princesa Diana, Annie Hill, y de su esposo, Noel Hill (hijo del millonario y estrella del polo Sinclair Hill, uno de los primeros entrenadores del príncipe Carlos).

Los medios internacionales han seguido a Harry hasta el citado rancho con la esperanza de verlo convertido en un yackarú -palabra australiana para designar a un vaquero o arreador de ganado-, pero el príncipe Harry no va a ponérselo muy fácil. Vivirá en una cabaña, separada por un tabique del resto de los trabajadores del rancho; trabajará duro levantando vallas y marcando reses, y saldrá poco. No en vano, el Príncipe tan sólo cuenta, en los alrededores, con un único bar (Injune Hotel) para divertirse, donde, eso sí, podrá tomar una cerveza al más puro estilo Cocodrilo Dundee.

Ya en Navidad, Harry abandonará la tierra de los canguros y volverá a casa, a Inglaterra, para pasar las fiestas con toda su familia. No obstante, hasta entonces, serán destinadas grandes sumas de dinero a preservar su seguridad durante su estancia en Australia -se estima que se gastarán al menos unos 408.000 dólares estadounidenses en su protección (casi 55 millones de pesetas)-, hecho éste que ha suscitado numerosas protestas de sus conciudadanos ingleses.