Millonario para siempre

Por hola.com

Además de acceder al trono británico algún día, el destino de Guillermo es heredar todo un mundo de riqueza y privilegio. Junto con los castillos y palacios propiedad del Estado, es probable que algún día reciba las enormes fincas de Sandringham y Balmoral, así como la mansión de Highgrove perteneciente a su padre. Será propietario de una de las mejores colecciones privadas de arte, así como de la famosa colección de sellos iniciada por el rey Jorge V. Contará con la flota oficial de limusinas y montones de joyas, obras de orfebrería y porcelana.

Y aun así, a sus 21 años, no sólo ha mostrado poco interés por comenzar su carrera de deberes públicos, sino que tampoco parece estar por la labor de hacer gala de sus posesiones. El Príncipe es multimillonario por derecho propio gracias a la herencia de su madre, así como la de la Reina Madre. Pero su vida en Sant Andrews es igual que la de los otros estudiantes. Su padre acudió a la universidad para pagar las tasas de su primer curso, al igual que los padres de los demás estudiantes... Y, al igual que los demás estudiantes, va en bicicleta el colegio, compra en el supermercado Tesco, comparte piso, compra comida para llevar y termina el día con una jarra de sidra en el bar Ma Bell.

Tiene sus aposentos privados en la recientemente restaurada Clarence House, además de en Highgrove, junto con una casita en Balmoral que le prestó su abuela como refugio para escapar del ojo público. Carlos tiene una flota de coches, pero Guillermo sólo tiene un Volkswagen Golf y una Kawasaki roja, que deja en Highgrove durante el curso.