La noche en que murió la Princesa

Por hola.com
"Diana ya está en casa, ahora es una Spencer"
Contrariamente a lo que se creía, la Princesa de Gales no fue enterrada con la bandera real. Según las declaraciones de Paul Burell, fue el hermano de la Princesa el que "con su egoísmo rebajó a lady Diana del estatus apropiado. Una posición de la que se sentía muy orgullosa, especialmente por sus hijos.

La bandera real en el ataúd de la princesa Diana fue sustituida por la de la familia Spencer pocos minutos antes de que su cuerpo recibiera sepultura. Entonces el hermano de Diana le dijo al Príncipe Carlos y a sus dos hijos "Diana ya está en casa, ahora es una Spencer" . "Pensé en cómo el príncipe Carlos, Guillermo y Harry debían sentirse, pero nadie dijo o hizo nada. Estábamos en el territorio de Earl".

Se lo devolveré todo a los Príncipes
Paul Burrell ha prometido devolver las posesiones más personales de Diana a sus hijos, Guillermo y Harry porque, aunque durante el juicio, la policía le acusó de haberlas robado, él siempre se mantuvo firme a la idea de jamás había pensado apropiarse los objetos personales. "Siempre he pretendido devolverlos a Guillermo y a Harry y ahora, que son lo suficientemente mayores, pueden aceptar esa responsabilidad... No obstante, si tengo que enviarlos personalmente al palacio de St James's lo haré, pero nada irá a Althorp... He oído que Earl Spencer quiere que todo sea devuelto a la mansión de la familia, pero no hay nada para el Conde. Diana me dio estas pertenencias para que fueran guardadas en lugar seguro y a alguien en quien confiaba" "Quiero llevar a cabo mi tarea y devolver los objetos a sus hijos asegurándome de que no caen en manos equivocadas".

No se ha cumplido con su testamento
"Sólo me quedaré con lo que Diana me regaló... Yo sí devolveré lo que no me pertenece, aunque no entienda por qué no se han emprendido acciones legales contra aquellos familiares que no han llevado a cabo algunos de los deseos que la Princesa dejó en su testamento... como el entregar una parte de sus joyas a sus 17 ahijados, cuando fueran mayores de edad. Personas a las que se les dio, en lugar del dinero de la venta de esas joyas, unas porcelanas chinas... Lo que tengo son mis memorias más preciadas de Diana y no están a la venta" .
Paul Burell termina sus relatos en el Daily Mirror contando cómo la muerte de la princesa le dejó tan traumatizado que estuvo a punto de quitarse la vida.