Los príncipes de Orange y Beatriz de Holanda sacan una sonrisa en su Día de la Reina más triste

La soberana ha lamentado que su 'familia por desgracia y tristemente no está completa hoy en esta preciosa celebración' pero ha subrayado su gratitud por 'las muestras de cariño y apoyo recibidas durante todo el día'

Por hola.com

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La Familia Real holandesa celebra hoy el Día de la Reina en las localidades de Rhenen y Veendendaal, en la provincia de Utrecht. Se trata del trigésimo primer a vez que se celebra con la reina Beatriz en el trono y probablemente el más triste para la soberana. Desde que el príncipe Friso fuera víctima de un alud de nieve durante las vacaciones de invierno del pasado febrero mientras esquiaba en Austria, provocándole graves daños cerebrales y un coma, los medios holandeses habían especulado con la posible suspensión de este festivo día. Sin embargo, la reina Beatriz expresó desde el primer momento su voluntad de que la celebración debería producirse con absoluta normalidad, como finalmente ha sido.

Los miembros de la Casa Real han llegado en autobús alrededor de las diez de la mañana a la pequeña localidad de Rhenen. Doscientos niños con globos naranjas-el color de la Casa de Orange-les esperaban entonando una canción de bienvenida expresamente compuesta para la ocasión. Los Orange han paseado alrededor de una hora por las calles del centro histórico donde han recibido innumerables muestras de afecto de los habitantes. Como es tradición, los miembros de la Familia Real holandesa han participado en varios de los juegos que amenizaban el pueblo. Los príncipes Guillermo y Máxima, por ejemplo, han participado en el tiro de soga.

 

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El Alcalde de Rhenen, Joost van Oostrum, ha dirigido un breve discurso de bienvenida a las puertas del ayuntamiento en el que ha agradecido la presencia de la Familia Real en un momento tan difícil para ellos: "No podemos más que mostrarles nuestro respeto y admiración por su presencia hoy aquí", afirmó el regidor municipal. Tras ello, los Orange han abandonado Rhenen con rumbo a Veenendaal no sin antes ser agasajados por un coro que ha interpretado canciones populares de la región.

Poco antes del mediodía han llegado a Veenendaal donde han sido recibidos por unos quinientos niños que han cantado varias alboradas en honor de la Reina. La Familia Real ha paseado por el pintoresco centro de esta pequeña ciudad y han podido comtemplar el trabajo de varios artesanos como fabricantes de cigarros o trasquiladores de ovejas. Tras ello, el alcalde Ties Elzenga ha recibido a los Orange a las puertas del teatro municipal, agradeciéndoles su visita. A continuación la Familia Real ha continuado con la visita en la que los Orange han podido saborear productos de la zona, como las galletas de arroz, e interesarse por los bolsos fabricados con materiales reciclados y ecológicos. La Familia Real ha sido despedida de Veendaal con un gran espectáculo de música y danza que ha contado con la presencia de desde grupos de música tradicional hasta raperos.

 

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La Reina ha aprovechado el momento para dirigirse al público y agradecer "la impresionante fiesta organizada". La Soberana ha lamentado que su "familia por desgracia y tristemente no está completa hoy en esta preciosa celebración" pero ha subrayado su gratitud por "las muestras de cariño y apoyo recibidas durante todo el día". Tras la intervención de la Reina se ha puesto punto y final a la visita de la Familia Real a Veendendaal.

El Día de la Reina de las ausencias
La Casa Real holandesa comunicó hace unas semanas que la princesa Mabel, esposa del príncipe Friso, ingresado en una clínica londinense, no asistiría a los actos del Día de la Reina. Además, en el último momento se ha ausentado igualmente la princesa Anita, esposa del príncipe Pieter-Christiaan, sobrino de la Reina, debido a una neumonía. Por su parte, Pieter van Vollenhoven, marido de la princesa Margarita, hermana de la Reina, sólo ha participado en una parte del programa a causa de una lesión en el pie.

La festividad del Día de la Reina se remonta a hace 120 años. La reina Juliana decidió tras llegar al trono celebrarlo el día de su cumpleaños, el 30 de abril. Cuando Beatriz sucedió a su madre en 1980 no quiso cambiar la fecha por respeto a la reina Juliana, una soberana especialmente querida en Holanda. El objetivo de esta gran fiesta nacional es que los holandeses puedan mostrar su cariño y simpatía por la Familia Real que, a su vez, cada año se traslada a dos municipios del país en donde participan en todo tipo de actividades lúdicas programadas especialmente para ellos.