Parece que fue ayer cuando el príncipe Friso renunció en 2004 a su título y a su posición en la línea de sucesión al trono de Holanda para casarse con Mabel Wisse. Puede decirse hoy que, una vez más, triunfó el amor en la generación de Príncipes del siglo XXI y que prueba de aquella victoria, constatada con el paso de los años, son las fotografías oficiales de la pareja con sus hijas, Emma, de tres años, y Zaria de dos, plublicadas en la página web de la Casa Real de los Países Bajos con ocasión de los cumpleaños de los príncipes Friso (25 de septiembre de 1968) y Mabel (11 de agosto de 1968). Imágenes que constituyen un magnífico testimonio de la felicidad de la familia durante su posado en el marco quijotesco de Molendriegang Leidschendam entre enormes molinos locales (no en vano, el príncipe Friso es el padrino de la Asociación de Molinos Holandeses).
Las bellas estampas reflejaban la unión familiar, así como la naturalidad y simpatía de sus protagonistas, quienes, sobre una alfombra verde de césped y acompañados por los populares gigantes de brazos largos, se mostraron en todo momento relajados y muy sonrientes. Para la ocasión, el príncipe Friso vistió camisa azul de cuadros y pantalón de pinzas de color beige; la princesa Mabel, fiel a su look juvenil, una blusa blanca suelta con manga de farol y jaretas encima del pecho, que combinó con pantalón oscuro, y las reinas de la casa, muy divertidas durante la sesión fotográfica, lucieron idénticos vestidos blancos con ribetes en rosa de aire hippy.
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