Así despedirá Holanda a la última 'Reina Madre'

Por hola.com

No todos los Orange, sin embargo, han sido sepultados en este mausoleo y aún se desconoce donde reposará la ‘Reina Madre’. Faltan, por ejemplo, los restos de Guillermo III, proclamado Rey de Inglaterra, que fue enterrado en la Abadía de Westminster de Londres junto con su mujer María Estuardo II; los del príncipe Felipe Guillermo, fallecido en 1619, que descansan en Bélgica, así como los de las Princesas Orange que se casaron en el extranjero. La reina Emma hizo todo lo posible por reunir a sus antepasados Orange en este sepulcro familiar, así que hizo traer los restos del príncipe Federico y de Guillermo V hasta Delft -en los tiempos de Napoleón fueron trasladados al extranjero-.

En el Panteón familiar
El acceso al panteón -levantando una losa de la iglesia de una tonelada- es muy restringido. Existen reglas muy estrictas para entrar en este espacio. El alcalde, los comisarios de la Reina y los guardias que tienen las llaves del sótano sólo abren sus puertas en presencia de dos miembros del Servicio de Seguridad del Estado y dos guardias reales. Para realizar las labores de mantenimiento -siempre se encargan a las dos mismas empresas-, los trabajadores, a los que, al parecer, se toma juramento, acceden por una entrada especial destinada exclusivamente a este servicio. Aparte de estos, nadie más puede entrar. Así que son realmente pocas las personas que conocen su interior, pues tampoco existen fotos del lugar. Aunque el mausoleo familiar ha sido ampliado en varias ocasiones, evidentemente no podrá albergar a todos los descendientes de los Orange que aun viven, ya que, al parecer, sólo queda sitio para seis personas más.

Se guardará luto por la muerte de Juliana de los Países Bajos hasta el día de su funeral, el próximo 30 de marzo. Pero ningún miembro de la Casa Real emprenderá compromiso público alguno hasta Pascua -el próximo domingo 11 abril-. Todos, sin excepción, la velarán durante estos días. Y es que su pérdida no ha dejado en los corazones de los miembros de la Familia Real, y en los de los holandeses en general, más espacio que para el duelo y el recogimiento. Su muerte ha supuesto un duro golpe para todos. Y, muy especialmente, para su hija mayor, la reina Beatriz, que ya no podrá ver cumplido su gran sueño: que su madre, la princesa Juliana, cumpliera los 95 años. Tampoco podrá pedirle consejo como acostumbraba, incluso durante los últimos años pese a su edad avanzada. Ni contar con su apoyo incondicional. Siempre había estado ahí, a la sombra, cuidando y protegiendo a los suyos. Como hizo durante toda su vida.