Johan Friso, el segundo hijo de la reina Beatriz de Holanda, y el único soltero de los tres hermanos, ha anunciado hoy su compromiso oficial con Mabel Wisse en una rueda de prensa en Palacio en presencia de su madre, la soberana holandesa, su novia y la madre de ésta. De la mujer que conquistara su corazón hace dos años y con la que contraerá matrimonio la próxima primavera de 2004, una vez haya recibido el consentimiento del Gobierno holandés.
Aunque prácticamente no se conocen datos la futura boda de la pareja, ni el día ni el escenarió donde se celebrará, sí se sabe en cambio que la romántica pedida de mano de Mabel Wisse tuvo lugar en México, con infinidad de rosas y champán, y que será Londres la ciudad donde instalen su residencia conyugal. Distancia que no les eximirá, sin embargo, de las responsabilidades propias que ha de desempeñar el segundo en la línea sucesoria (tercero cuando nazca el hijo del príncipe Guillermo y la princesa Máxima). Y es que aunque nunca haya aspirado al trono, más bien todo lo contrario -cuentan los diarios holandeses que Johan, de pequeño, insitía en que había que cuidar mucho al príncipe Guillermo para que no le pasara nada, no fuera a ser que se convirtiera él en Rey -, siempre fue repetuoso con las normas protocolarias.
Pese al talante reservado de Johan Friso y de Mabel -disfrutan de las cosas sencillas de la vida y valoran, por encima de todo la libertad de poder disfrutar de una existencia casi anónima-, sus movimientos siempre fueron interpretados por los ciudadanos holandeses como un asunto "casi oficial". Uno de los últimos gestos que ratificaban, de hecho, esta manera de pensar, se produjo hace tan sólo unas semanas cuando el príncipe Johan abandonaba su trabajo sin previo comunicado oficial. Hecho éste que disparó la alerta máxima en los diarios holandeses, que comenzaron a justificar tal acontecimiento con la posibilidad de un inminente anuncio de compromiso. Así ha sido.
En la sombra Ya durante la aparición pública de Mabel Wisse, de 34 años -un mes más mayor que el Príncipe-, al lado de la reina Beatriz y de la Familia Real en la celebración del 65º cumpleaños de ésta en el Concertgebouw (Auditorio) de Ámsterdam, los holandeses y los medios de comunicación hablaban de ella como la nueva Princesa de los Países Bajos. No se equivocaban. Pero no era ésta la primera vez que el príncipe Friso aparecía en público junto a su novia, Mabel también rindió honores al príncipe Claus en el momento de la despedida cuando, para asombro de todos, y en un momento tan triste e íntimo como fue su entierro, desfiló, escondida tras un discreto sombrero, por el pasillo de la catedral de Delft, cerrando la reducida fila de familiares (12 personas en total) que bajaron a la cripta de los Orange para despedir, en la más absoluta intimidad, los restos mortales del esposo de la Reina. Al que llegó a tratar, aunque no demasiado, y con el que le encantaba conversar sobre su Proyecto de Cooperación al Desarrollo del Tercer Mundo (una causa por la que ambos luchaban), así como que éste le contara historias de cuando Johan Friso era niño.
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