Estar separada de tus seres queridos durante el curso hace que los meses de vacaciones de verano deban ser aprovechados al máximo, lleno de planes y momentos, en este caso, en familia. Así es como Irene Urdangarin ha tratado de disfrutar en numerosos viajes estas semanas: primero en Grecia y Bidart, y ahora en Barcelona, donde se ha trasladado con su madre y su hermano Pablo a apoyar a este en uno de sus partidos de balonmano.
Un verano en el que, no todo han sido momentos buenos, ya que desde ¡HOLA! Contábamos que Irene y Juan Urquijo decidían concluir con su relación sentimental tras más de un año de noviazgo. La expareja, que no lo tuvo nada fácil al llevar una relación a distancia ya que Irene estudia en Oxford y Juan trabaja en Madrid, siguen siendo muy buenos amigos.
Es por ello, que Irene ha decidido refugiarse este verano más que nunca en su familia. Así es como, en su última escapada de la mano de su madre, ha estado presente en uno de los partidos de su hermano mayor, Pablo Urdangarin. Pablo es jugador profesional de balonmano y solo por las imágenes, vemos que la presencia de su hermana junto a su madre en la grada, le ha dado la fuerza e ilusión suficiente para afrontar el partido.
La relación entre hermanos se caracteriza por el apoyo mutuo, lleno de gestos de cariño y complicidad. Irene trata de estar presente en la medida de lo que puede en la carrera profesional de su hermano, y Pablo también de protegerla y disfrutar del tiempo en familia cada vez que pueden. En un momento de la jornada, Pablo se acercaba a la grada a hablar con su familia y saludaba de una forma muy curiosa y cómplice a su hermana, juntando sus dedos índices entre risas y cariño.
A su vez, durante el partido Pablo no dudaba en dedicar preciosos gestos de cariño y mirar a la grada, agradeciendo el apoyo. Así lo reflejaba cuando al mirar, subía los brazos por encima de su cabeza y bien alto hacía con sus manos un corazón, que su hermana le devolvía con emoción y gritos de apoyo.
Una unión que nace del amor que ha sembrado la infanta Cristina a lo largo de los años en sus hijos, y que hoy se ve reflejado. La infanta, atenta al partido de su hijo, que enfrentaba la final de la Supercopa de Cataluña, donde el Fraikin BM Granollers —equipo de Pablo Urdangarin— ganó al Barça, tampoco dejó de estar atenta a Irene, aprovechando el momento juntas para darle muchos abrazos o la mano entre gestos de cariño. Un vínculo maduro que crece entre los hermanos y se refleja en el apoyo incondicional que se brinda el uno al otro, lleno de respeto y complicidad.