La 43ª Copa del Rey MAPFRE de vela está en marcha. Del 28 de julio al 2 de agosto, la bahía de Palma de Mallorca se convertirá en el epicentro de la vela mundial con una de las ediciones más grandes de su historia. Además, este año podría sumar un extra en el campo de regatas. La Armada está volcada. Cuatro barcos suyos participarán en la prueba que promete ser una de las más emocionantes y competitivas en sus cuatro décadas de recorrido.
El Aifos, con Felipe VI de nuevo a la caña, y otros tres veleros que competirán en diferentes clases; y, además, cuentan por primera vez con una tripulación íntegramente femenina y militar que combatirán en la Women's Cup. Hay rumores y hay pistas que apuntan a que la princesa Leonor dará el paso este verano, pero lo que no hay es confirmación oficial. Zarzuela mantiene la incógnita, mientras que en el entorno de la regata la opinión es unánime: después de formarse en la Armada durante el último año, recibiendo instrucción en Elcano y una fragata de guerra, este verano es el momento.
Al Rey le gustaría
Al Rey le gustaría mucho ver a su hija compitiendo y dando un impulso a la tradición familiar, pero la decisión será exclusivamente suya. La princesa de Asturias definirá cómo apoyar a la Copa del Rey de Vela en el presente y el futuro y esta edición que está en camino nos dejará con menos preguntas. Podrá hacerlo embarcándose como hizo su abuelo, don Juan Carlos, sus tías, las infantas, y sigue haciendo el Rey, lo que significa atarse de por vida, asumiendo también en el futuro el relevo en el mar… O sencillamente ligándose al gran evento náutico en momentos puntuales como la entrega de premios.
Felipe VI dio el paso seguramente sin pensárselo cuando su padre, don Juan Carlos, comenzaba a ser el rey del mar en el Bribón. Era su pasión, el deporte que había practicado desde niño y, en 1984, dio el salto a la competición en el Sirius II. Tenía 16 años –doña Sofía le llevó un bocadillo al pantalán y llegó a puerto con quemaduras y ampollas en las manos- y, desde entonces, cada verano llega a Mallorca con la misma ilusión de hacerse a la mar y dos expresiones que lo dicen todo: “Había ganas” y “da gusto navegar”.
Navegante de interior
Para su hija es diferente. No pasó por la Escuela de Vela de Palma Nova ni ha seguido las regatas desde otra embarcación, bien es cierto que aprendió a navegar durante su estancia en un campamento de verano en Estados Unidos y que ha hecho sus pinitos en algunas salidas al mar privadas. Leonor, en Mallorca, ha sido más bien una navegante de interior. Al menos así la hemos visto. Descubriendo pueblos y rincones de la Isla junto a sus padres y su hermana, la infanta Sofía, mientras iba creciendo… Pero con 19 años, y muchos meses de instrucción marinera, puede que esto haya cambiado.
El año pasado, la Armada adquirió ocho cruceros de instrucción de vela para el aprendizaje de los cadetes. Dos de ellos fueron enviados a Marín, donde el pasado otoño vimos a la princesa de Asturias realizando actividades de Instrucción Marinera. Y uno de ellos se quedó en Mallorca. A este Regulus I -en latín, pequeño rey-, se une ahora el Regulus VII que ya ha puesto rumbo a la Isla desde Cádiz. La heredera al trono podrá elegir entre estas dos unidades del monotipo J/99 que tienen la ambición, bajo las grímpolas de las Comisiones Navales de Regatas de Cartagena y Cádiz y con jóvenes oficiales al mando, de consolidarse en el Top 10 de la clase UBER ORC C.
Tripulación femenina
Y la tercera opción -la que se está dando como la más probable porque es una manera importantísima de apoyar a la mujer en el deporte- es que se una a la tripulación femenina del barco del Consejo Superior de Deporte Militar del Ministerio de Defensa patroneado por la médico militar melillense, Esther Gómez Díez de la Cortina. La línea de salida de la primera regata de la Women’s Cup será el miércoles 30 de julio. En ese momento, quedarán despejadas las dudas. Las mujeres de la Armada desembarcan en la Copa del Rey, en la élite de la vela, y Leonor de Borbón podría ser una de ellas.
Una exigencia brutal
Aunque estamos hablando de una exigencia brutal. Termina la formación en la Armada, retoma su papel en tierra con los Premios Princesa de Girona en los que cada vez tiene más peso y, casi sin respiro, ¿se lanza a regatear? En apariencia parece tan descansada como el día de enero en el que salió del puerto en Cádiz, pero tiene que estar agotada al igual que sus compañeros. O más porque a la princesa de Asturias siempre se le exige el extra.
No a bordo, donde ha quedado claro que ha sido una más… Sino en cada puerto y han sido muchos con la presión que eso supone. Y participar en la Copa -el mundo de la vela más profesionalizado- son muchas horas en la mar con todos los focos encima, aunque nunca ha estado más preparada físicamente para afrontar esta competición. Que es vela, pero también una plataforma de apoyo a las causas humanitarias y a la sostenibilidad.
Como dijo el verano pasado Manu Fraga, director de la regata, “Este evento ha asumido un rol pionero en la lucha contra el cambio climático y la protección de nuestros océanos”. Y, ya sabemos que esta es una causa muy cercana a su corazón y a sus intereses. De hecho, el pasado verano, durante su visita a Portugal -fue su primer viaje oficial al extranjero en solitario- uno de los temas centrales de la agenda fue la protección del Medio Ambiente y la conservación de los océanos.