La infanta Elena se ha vuelto a subir este sábado a lomos de su querido caballo Jordano, volviendo así a disfrutar de la que es sin duda una de sus grandes pasiones: la equitación. La duquesa de Lugo lucía una enorme sonrisa en el rostro durante su participación en el concurso de saltos que organiza a lo largo del fin de semana la Escuela Hípica Las Cadenas, club situado cerca de la localidad de Alcalá de Henares (Madrid) y que cuenta con una extensión de 180.000 metros cuadrados para 9 pistas tanto cubiertas como al aire libre. En la competición denominada como CSN2*, la primogénita de don Juan Carlos y doña Sofía era presentada por la speaker a través de la megafonía, saliendo a escena en el puesto 41 con gran temple y dominio de la situación. Superaba así a contrarreloj sin aparentes problemas los obstáculos que marcaba el recorrido, obteniendo de momento en su primer día una notable posición 15 de un total de 52 jinetes que hay en liza.
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A la espera de lo haga este domingo para conocer la clasificación definitiva, lo que resulta evidente es que la hermana del rey Felipe es toda una amazona con gran experiencia a sus espaldas en este tipo de competiciones. Aún más si hablamos del animal al que monta y que crió ella misma como parte de su yeguada. A finales del pasado abril, la Infanta formó parte del torneo de que tuvo lugar en el RACE, que congregó a infinidad de rostros conocidos y en el que también participaron Margarita Vargas y su hija, Eugenia. El mundo ecuestre es, desde hace muchos años, una de las aficiones que más feliz hace a doña Elena. Le viene de niña y le ha llevado a competir en más de una ocasión, como la que tuvo lugar en febrero en el Club de Campo Villa de Madrid, donde obtuvo muy buenas marcas. Aunque en 2017 sufrió una caída mientras practicaba su deporte favorito en el picadero que hay en el Palacio de la Zarzuela y tuvo que ser operada de una fisura en la muñeca, pronto retomó su práctica.
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En octubre de ese mismo año quedó nada menos que subcampeona de salto amateur en el campeonato de España absoluto, donde logró completar una ruta sin derribos obteniendo un total de 8.61 puntos. Qant, un caballo castrado de raza Silla francés, ha sido durante años el favorito de la Infanta, si bien la edad del animal hace que cada vez compita menos con él. Ahora, Jordano EB se ha convertido son duda en un más que digno sucesor. Muchos expertos ven en los logros de la infanta Elena un gran mérito, no solo por su tesón sino porque desde 2014 no cuenta con un entrenador que la ponga a punto para este tipo de competiciones, al menos de forma oficial. Hay que recordar que, durante mucho tiempo, Manuel Malta Da Costa -uno de los mejores jinetes de la historia de Portugal, olímpico y fallecido en el 2014- fue el encargado de prepararla.
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