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reyes1© J. I. Viseras

La infanta Cristina, junto a los reyes Juan Carlos y Sofía y su hermana Elena, se une a la familia en el último adiós a doña Pilar

Han estado con los familiares y amigos más cercanos en el domicilio de la Infanta antes de trasladarse al cementerio, donde la hermana de don Juan Carlos recibirá sepultura en la más estricta intimidad


Actualizado 9 de enero de 2020 - 15:40 CET

Por expreso deseo de la familia su despedida será en la más estricta intimidad. Los restos de la infanta Pilar recibirán sepultura en el cementerio madrileño de San Isidro, donde reposa su marido Luis Gómez-Acebo. Don Juan Carlos y doña Sofía han acudido al domicilio de doña Pilar en torno a las doce y media del mediodía, junto a su nieto, Juan Valentín, hijo de la infanta Cristina, para arropar a la familia antes del traslado al camposanto. En otro coche iban las infantas Cristina, que reside en Ginebra y a quien no se había visto ayer miércoles en la capilla ardiente, y Elena. Los reyes Felipe y Letizia cumplían por la mañana, en torno a la misma hora, con sendos compromisos oficiales. Al domicilio de la infanta Pilar, antes del entierro, han llegado además Laura Ponte, exmujer de Beltrán Gómez-Acebo, Andrea Pascual, actual mujer de Beltrán, Bárbara Cano, mujer de Bruno Gómez-Acebo, Antonio Carmona y algunas personas que trabajaban con ella en el Rastrillo Nuevo Futuro. La infanta Margarita, Simeón y Margarita de Bulgaria, y los primos de Felipe VI, Cristina de Borbón dos Sicilias, con su marido, Pedro López-Quesada, y su hermano Pedro, con su mujer Sofía Landaluce, también se han unido a este último adiós. Los cinco hijos de la Infanta, Juan, Bruno, Beltrán, Fernando y Simoneta, han estado confortados así por sus familiares, además de algunos amigos cercanos, en esta sentida despedida.

Reyes Juan Carlos y Sofía© J. I. Viseras
Los reyes Juan Carlos y Sofía han llegado a la casa de la infanta Pilar antes de que sus restos se trasladen al cementerio de San Isidro donde recibirán sepultura

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Ha sido un momento íntimo, parece que se celebró una misa, en el que se ha visto de nuevo a sus hijos y demás familiares unidos en el dolor por la pérdida. En un comunicado, la familia expresaba su deseo de vivir estos complicados momentos “en la estricta intimidad familiar”. Y así ha sido. La hermana mayor del rey Juan Carlos había manifestado su deseo de ser incinerada y ser enterrada en el panteón familiar junto a su marido, fallecido en 1991, así que la comitiva fúnebre se trasladará al cementerio desde el domicilio de la infanta Pilar, ubicado en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid, donde se había instalado la capilla ardiente que visitaron numerosos amigos para mostrar sus condolencias. En la tarde del miércoles, don Juan Carlos y doña Sofía, la infanta Margarita, así como los reyes Felipe y Letizia estuvieron allí, un lugar en el que se vio además a la infanta Elena con sus hijos, Felipe y Victoria Federica, y a Juan Valentín, hijo de la infanta Cristina.

Infanta Margarita© J. I. Viseras
La infanta Margarita, acudió con su marido e hijos a despedir a su hermana

Se pudo ver además a Laura Ponte, exmujer de Beltrán Gómez-Acebo, muy afectada; a Luis Alfonso de Borbón, con su mujer Margarita; Eugenia Martínez de Irujo, Cayetano Martínez de Irujo, María García de la Rasilla y Konstantin de Bulgaria, Fernando Martínez de Irujo, Paloma Segrelles, Beatriz de Orleans, Carla Royo-Villanova, Fernando Falcó, entre muchos otros, arroparon a la familia. Se celebrará, en una fecha aún sin concretar, un funeral en su memoria en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Bárbara Cano© J. I. Viseras
Bárbara Cano, mujer de Bruno Gómez-Acebo, llegando al domicilio de la infanta Pilar con uno de sus hijos, antes del traslado de sus restos al cementerio

La infanta Pilar falleció el día 8 de enero en la clínica Ruber Internacional de Madrid, donde había ingresado el día 5 a última hora. La hermana del rey Juan Carlos estuvo arropada hasta el final por sus hermanos y sus hijos, que no se separaron de ella. Padecía un cáncer de colon desde hacía un año, una dolencia que siempre afrontó con una gran entereza.

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