Los duques de Lugo dejarán España y se instalarán temporalmente en EEUU. Así lo han decidido después de que Pablo de Grecia y Marie Chantal (primos de la infanta doña Elena) y otros amigos del matrimonio les animaran a ponerse en manos de un grupo de médicos neoyorquinos especialistas en isquemias cerebrales.
Apoyados por las familias de ambos Don Jaime de Marichalar, cuya fuerza de voluntad ha sido admirable a la hora de luchar por su recuperación total, sabe que para seguir avanzando en su rehabilitación -también se lo han aconsejado así los médicos que le trataron en el hospital madrileño Gregorio Marañón- tiene que pasar a formar parte de la lista de pacientes de esta clínica pionera en ataques cerebrales sólo comparables a los centros suizos y ha decidido, apoyado por su esposa, y por las familias de ambos, que no hay más tiempo que perder. Los duques de Lugo podrían haber optado por quedarse más cerca de casa, pero eso no cambiaría drásticamente la circunstancia de dejar Madrid atrás, ya que igualmente tendrían que buscar una nueva escuela-guardería para sus hijos, así como una casa en la que residir y, en cambio, sí tendrían el inconveniente de que don Jaime podría ver mermado su tratamiento por culpa de obligaciones y compromisos laborales.
El trabajo es secundario La salud es lo primero y, en estos momentos, a los duques de Lugo, el trabajo y sus responsabilidades dinásticas, sólo les preocupa relativamente. Saben que ambas cosas se pueden posponer en el tiempo y que todo se puede recuperar en la vida, excepto la salud... Y ambos, por desgracia, saben bastante de enfermedades. Por eso, después de haber estado el pasado verano en la Costa Atlántica, al norte de Nueva York, (estudiando la posibilidad de ser tratado) y de que don Jaime haya ultimado todos los detalles la pasada semana para el inicio de su nuevo tratamiento de rehabilitación, los duques de Lugo preparan sus maletas con la ilusión de afrontar todos juntos, en familia, esta nueva y dura etapa.
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