El próximo verano, concretamente el 10 de junio, Margarita y Henrik de Dinamarca hubieran cumplido los 51 años de casados. Una fecha por la que bien podría haber brindado, como hicieron cada verano ante la prensa, en su refugio francés en Cahors. Sin embargo, ahora la soberana se asoma al mundo en solitario. La Reina de 77 años ha hecho su primera aparición tras el fallecimiento de su marido, que tuvo lugar en la noche del martes, a las puertas del castillo de Fredensborg y para recibir las condolencias de los ciudadanos daneses.
La reina Margarita ha traspasado las puertas de la residencia de verano de la Familia Real –palacio que eligió Henrik para pasar sus últimas horas de vida y también en la que pidió que se depositen la mitad de sus cenizas- a primera hora de la tarde del miércoles. Lo ha hecho de riguroso negro y para agradecer los gestos, las flores y las palabras de cariño que han ido llegando a las puertas del palacio en las últimas horas.
De riguroso negro y con un luto que durará hasta el 14 de marzo, fecha hasta la que la Familia Real no participará en ningún acto, la soberana ha saludado a los allí congregados y se ha vuelto a retirar al interior. Será en la mañana del jueves cuando vuelva a salir de la residencia, ya que está previsto que la Familia Real acompañe el féretro del príncipe Henrik que será trasladado del Palacio Fredensborg al de Amalienborg.
Ni funeral de Estado, ni mausoleo real… Henrik de Dinamarca tendrá un último adiós a su estilo
El viernes a las seis de la tarde el féretro será instalado en la iglesia del Palacio de Christiansborg y desde el sábado hasta el lunes los daneses, que ya han estado depositando flores y firmando en el libro de condolencias, podrán despedirse de él. No se espera que se celebre un funeral de Estado, por deseo del propio Príncipe que ha pedido que se celebre un funeral íntimo y ser cremado para que sus cenizas se dividan, a partes iguales, entre el mar danés y los jardines privados de su residencia favorita, Fredensborg.
