A los debuts ya superados de Marie Cavallier como Princesa -su primer compromiso y su primer viaje oficial al extranjero junto a su esposo, el príncipe Joaquín, así como su primer acto público junto a la [Familia Real danesa] al completo-, hay que añadir otro más: su primera puesta de largo en una cita oficial. Una fiesta de gala, celebrada en el recinto ferial Bella Center, situado a las afueras de Copenhague, con ocasión de los actos conmemorativos del 350º aniversario de la Guardia Real. Tanto el príncipe Henrik como sus dos hijos, los príncipes Federico y Joaquín vistieron uniforme militar para la ocasión. Así que fueron las damas reales -la [reina Margarita], sus nueras, las princesas Mary y Marie, y su hermana la princesa Benedicta- las encargadas de dar la nota de color y sofisticación a la velada.
La llegada de las invitadas reales al recinto ferial se convirtió en una pasarela de glamour con vaporosos y brillantes trajes de noche. Ninguno de los atuendos reales era mínimamente parecido a cualquiera de los otros: la princesa Marie, que como debutante desvió el foco de atención hacia sí, apostó para su estreno de largo por una puesta en escena muy a la moda con un vestido azul eléctrico de corte imperio, con escote en V y tirantes al cuello, y, como único complemento, pendientes largos de aire antiguo; la princesa Mary, que se ha convertido en referente de su cuñada en el cargo, también eligió para la ocasión una prenda de absoluta tendencia, y de carácter muy español, una falda de volantes negra con estampado de flores, que combinó con un cuerpo a tono con escote en V, y, como su cuñada, pendientes largos retro; la reina Margarita lució en esta ocasión el look más clásico de los cuatro con un cuerpo rosa chicle, combinado con un fajín verde de cuadros y una falda negra larga hasta los pies, y como complementos, bolso a tono con la falda adornado con una rosa, zapatos plata y echarpe de color marfil, y un collar de perlas de varias vueltas, y la princesa Benedicta optó por uno de los colores de moda, el dorado, para su vestido. Cuatro estilos distintos con una premisa común: la elegancia.